En un país donde solo es legal un partido, el comunista, hacer política implica la posibilidad de perder cualquier de los tres derechos naturales: vida, propiedad y libertad, un riesgo que los activistas del Partido Libertario Cubano-José Martí asumieron en mayo del año pasado. En promedio, cada dos semanas al menos uno de sus miembros es detenido, interrogado e incluso torturado. Uno de ellos –Ubaldo Herrera– sigue en prisión incluso antes de la inauguración oficial.
Ser opositor en Cuba es un actitud percibida como contrarrevolucionaria por el régimen y por tanto se castiga y persigue, no solo al oposito,r sino a toda su familia. Esto produce secuelas emocionales y sociales, con impacto económico, pues aísla a quienes cuestionan al gobierno, pierden amistades y también oportunidades de trabajo, pues el régimen tiene el poder de prohibir el ejercicio profesional.
“Aun pasando necesidad, créeme que tenemos un alto grado de consciencia. Porque la libertad es lo más preciado en este mundo”, indica Elsa Fernández Graelle, vicepresidenta de la sede Camagüey, maestra de niños con necesidades especiales que fue presa política por ocho años por su trabajo en la oposición.
La adhesión a la oposición surge también para quebrar el monopolio del partido de gobierno sobre cada aspecto de la vida de los ciudadanos. En el caso de Elsa, el hecho que no existan servicios de salud por fuera del Estado, que envía a sus médicos al extranjero a modo de propaganda y también como medio de ingreso, le costó la vida a su hijo mayor. El sueldo de los médicos es recaudado por el Estado, un monto que hoy en día produce cinco veces más dinero que la industria del turismo.
Llegó al hospital Hospital Provincial de Camagüey “Amalia Simoni” vomitando y defecando sangre. En vista que no había médicos en la zona, fue atendido por estudiantes que le diagnosticaron “un gas”. Lo enviaron de vuelta a su casa. Finalmente murió a causa de una hemorragia intestinal interna.
El presidente de la sede de la provincia de Camagüey, Alexis Muñoz Jiménez, explica que la importancia de crear partidos es para promover el pluripartidismo y como tal la democracia, para que el pueblo no asuma que no existen opciones fuera del comunismo. Llama “narcisista” al partido de gobierno, ya que es un gobierno “de ellos, por ellos y para ellos”.
Desde el extranjero, los activistas tienen respaldo de libertarios voluntarios que facilitan su acceso a la comunicación, ya que en Cuba conectarse a Internet es un lujo.
“Los dos desafíos principales han sido las limitaciones tecnológicas y la cultura. El régimen de Castro mantiene un estricto control sobre la población, especialmente a los disidentes, con acceso a tecnología de hace 20 años. La comunicación telefónica y conexión a Internet se compra por minuto y a precios extremadamente caros, cada recarga cuesta un mes completo de un sueldo promedio. Así que, naturalmente, a los cubanos les puede tomar tiempo ponerse en contacto”, explica Zach Foster, portavoz del Partido Libertario Cubano-José Martí para Norteamérica.
Indica que “según el artículo 53 de la Constitución cubana, solo los socialistas tienen derechos civiles, incluida la libertad de expresión”.
Resalta el caso de Nelson Rodriguez Chartrand, quien contribuía para PanAm Post hasta que el régimen le negó primero el acceso a Internet (ya que el Estado es el único proveedor y asigna un usuario por ciudadano), luego de haberle rociado ácido a su teléfono para inutilizarlo y de haber incautado su computadora, porque albergaba contenido contra el socialismo y la revolución.
El régimen le negó el acceso a la página del PanAm Post, por considerarla “subversiva” por fuerzas de seguridad del Estado y medios afines al gobierno socialista la acusaron de estar “en guerra mediática anticubana“.
“El régimen también controla a la población para lograr dividir y conquistar a los miles de disidentes. Después de 50 años de socialismo, la expectativa cultural es que aquellos que trabajan duro y mantienen la política correcta serán recompensados. El socialismo también promueve la igualdad estricta, de modo que si una persona está ‘recibiendo’ algo que otra no recibe, como el crédito de Internet, se genera discordia. El crédito de Internet es específicamente para subir videos de actividades del partido y testimonios de abuso a los derechos humanos, pero surgirán acusaciones de que la gente está robando o espiando o del régimen. La pobreza y la escasez crean inseguridad, y cuando los activistas están celosos entre sí, esto puede desgarrar una organización”, explica.
“Admiro a los libertarios que se han elevado por encima de eso. Realmente toma mucho trabajo y un esfuerzo consciente. Cuando mantienen a raya sus celos, realmente están desafiando a la cultura nacional durante los últimos 59 años”, agrega.
Pues explica que sus privaciones son muchas y la presión constante. Por ejemplo, “existen leyes contra viajar fuera de la propia provincia sin autorización”. Entonces, “la gente rompe esas leyes todo el tiempo en Cuba, pero si violan esas leyes por razones políticas, la policía reacciona con fuerza. Los miembros del Partido Libertario y los libertarios independientes se han salido con la suya muchas veces, pero también han sido arrestados, golpeados, amenazados con ejecuciones extrajudiciales y deportados a su provincia de origen. Cuando los Libertarios están huyendo, a veces maniobran como James Bond. Otras veces es casi cómico, como una escena de persecución de Scooby Doo… hasta que son arrestados. Entonces se vuelve como las escenas de tortura de 1984”.
“Ayudar a los libertarios en Cuba es importante en múltiples niveles. Primero, ayudarlos directamente implica ser parte de la historia. Hace un año, los espectadores de todo el mundo pensaron que el Partido Libertario Cubano sería aniquilado. Hoy celebramos un año completo de ese partido de oposición constantemente superando las probabilidades”, exclama.
“El Partido Libertario Cubano es un modelo real de trabajo sobre cómo cultivar un Partido Libertario en un país opresivo donde los derechos civiles son un mito. Una vez más, están superando las dificultades y los libertarios de todo el mundo deberían prestar atención y aprender a superar las dificultades. Estos cubanos NO son libres, sin embargo, viven libres como un acto de rebelión. Están comenzando desde abajo. Mientras en otros países tenemos algunos derechos civiles y también mejor tecnología y mejor acceso al proceso político. Comparado con esos cubanos, estamos en una posición de ventaja extrema. ¡Entonces, aprovechémosla!”, concluye.