El 16 de mayo fue presentado ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra , Suiza, el Examen Periódico Universal con un Informe del Instituto Patmos sobre la Libertad Religiosa en Cuba. Esta organización promueve el diálogo interreligioso y monitorea las libertades religiosas que, bajo el régimen castrista, están en constante peligro.
“La misión de nuestro Instituto Patmos, una organización que a los efectos del régimen cubano no existe, pues es ilegal como todas las organizaciones que a duras penas sobreviven en la resistencia en la incipiente sociedad civil cubana, es una misión para con el pueblo cubano dirigida a defender sus libertades y derechos cívicos fundamentales, en especial los relacionados con sus libertades religiosas y de creencias”, explica Mario Félix Lleonart Barroso, ministro bautista y Coordinador General del Instituto Patmos.
“En aras de esa misión tocamos las puertas, a como podamos, de cuanta institución en el mundo pueda ser capaz de escuchar con sensibilidad el clamor de libertad del pueblo cubano, incluyendo -como ahora en el proceso del Examen Periódico Universal- las puertas del Consejo de Derechos Humanos en Ginebra, por más infuncionable que haya demostrado ser este mecanismo, o la ONU en general, a lo largo de su historia. Entonces nuestra misión ante la ONU es nuestra la misma ante cualquier otra instancia: es ante el pueblo cubano, del cual nacimos y del cual en definitiva somos parte”, agrega.
Mario y su familia se exiliaron luego de años de abusos, expropiaciones y prisión por ejercer su libertad de expresión. Ahora nos explica lo que ha sido su trabajo para lograr volver a una Cuba Libre, ya que actualmente no hay libertad de culto.
¿Cuál es la finalidad de la persecución religiosa bajo un sistema socialista?
Mucho en el origen de la persecución a la religión en los regímenes socialistas y comunistas está en la muy conocida y lapidaria frase de Carlos Marx de que “la religión es el opio de los pueblos”.
Cuando Lenin, primer líder de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, criticaba a los creyentes, en particular al renombrado escritor León Tolstoi, diciendo: “la religión es lo más bajo que existe bajo la capa del cielo”.
En Cuba, una vez que Fidel Castro acató e impuso la tutela del socialismo soviético, lo primero que se intentó fue aplicar los manuales soviéticos del “comunismo científico” que decretaban la muerte de la religión, porque “al opio había que destruirlo”.
Basados en esto, lo primero que intentaron hacer fue destruir todo lo religioso y lo procuraron bastante en los años 70 y principios de los 80. Al no lograrlo y al desplomarse el muro de Berlín, el régimen castrista se vio obligado a realizar cambios por su propia sobrevivencia, y como parte de esos cambios no dejó de considerar a la religión como el opio, sino que a cambió de destruirlo, decidió usarlo, por tanto, la política del régimen cubano a partir de 1992 implicó incluso un cambio constitucional, donde de un Estado ateo pasó a ser un Estado laico .
Aunque todos conocemos el vacío ideológico que dejó el derrumbe del campo socialista y la impopularidad que hoy gozan en Cuba -no las religiones, sino precisamente los obsoletos manuales de “ateísmo científico”-, donde el órgano rector de la sociedad cubana -según la constitución vigente- es el Partido Comunista de Cuba (PCC), ya sabemos lo que piensa el comunismo de la religión.
Y a no ser que esto cambie, como esperamos y procuramos, no en balde todas las violaciones a la libertad religiosa en Cuba se generan en la macabra “Oficina de Atención a los Asuntos Religiosos” del Comité Central del PCC.
¿Qué mensaje le podría dar a quienes no viven bajo una dictadura sobre cómo y cuánto la libertad religiosa influye sobre las demás libertades?
La libertad religiosa es el perfecto medidor de hasta dónde el resto de las libertades son respetadas o no. Cuando en un país comienzan a evidenciarse violaciones en esta área crucial del pensamiento humano es porque, casi seguro, ya hay otras libertades que están siendo violentadas, o la sociedad tiene que prepararse, pues puede ser la perfecta señal de que a continuación vendrán otras violaciones relacionadas como libertad de prensa, de movimiento, de conciencia, etc.
Es esta la razón por la que muchos expertos consideran la libertad religiosa y de creencias como el vellón o prueba de cuan libre o cuan violentada puede ser una sociedad. Y esas violaciones a las libertades religiosas pueden sobrevenir cuando se impone un pensamiento único, como en el caso de Cuba, aún cuando sea una ideología religiosa, como en el caso de muchas sociedades islámicas, o como en el caso de Cuba donde la religión del ateísmo (sus principios se basan en la “no creencia”, pero esa es ya de por sí una definición de Fe) estaba impuesta hasta el 92 desde la constitución, y de ese año en adelante en la práctica mediante los mecanismos de control y manipulación desde la Oficina en el Comité Central.
¿Qué nos dice la persecución religiosa en Cuba sobre el clima general de negarle a los individuos pensar por sí mismos?
En Cuba, donde un sistema totalitario intenta controlarlo todo y donde un pensamiento único se trata de imponer “a las buenas o a las malas” a toda la sociedad, las creencias religiosas están en el número 1 de la vigilancia y el control. Y por supuesto, esto está estrechamente relacionado con la negación a los individuos de pensar por sí mismos.
Teniendo en cuenta las experiencias del desplome del campo socialista por la influencia de movimientos religiosos, en la frontera Oriental por influencia católica en el movimiento “Solidaridad” liderado por el sindicalista católico Lech Walesa de la mano con el Papa polaco Juan Pablo II; y en la frontera Occidental por movimientos protestantes como el crucial y determinante que desató el pastor Laszlo Tokes en Rumanía, esto hace que los “ideólogos” del régimen cubano estén muy vigilantes con el pensamiento religioso en particular, sea cual sea.
¿Cuál es la importancia de defender la libertad de expresión?
La defensa de la libertad de expresión debe ser la prioridad de todo ciudadano en el mundo, ya sea que viva en un país libre y democrático, donde cada minuto pueden ponerse de manifiesto enemigos a esa libertad, hasta en países donde desde hace décadas, como en el caso de Cuba, nos la han robado. Y esa libertad de expresión para que sea auténtica libertad de expresión, deberá ser la libertad de expresión de quienes pueden pensar igual o semejante a mí, o a quienes piensan diametralmente opuestos.
En esa garantía estará segura la libertad de toda una sociedad. En eso concordaré totalmente con Voltaire: “No estoy de acuerdo con lo que dices, pero defenderé con mi vida tu derecho a expresarlo”, y esto es lo que anhelo con todas mis fuerzas para Cuba. Y no solo yo, sino que creo que todos quienes nos hemos unido desde hace más de cinco años. Y aunque todavía sea una débil voz, pero que en definitiva es la sumatoria de las voces de unos cuantos que, a veces en las más precarias situaciones dentro de Cuba, conseguimos que esas voces nuestras puedan ser escuchadas hasta en ese ejercicio, inservible tal vez, pero en definitiva un intento como el Tercer Examen Periódico Universal para Cuba en Ginebra.