
En el marco del día mundial de la Libertad de Prensa, damos voz a un caso sin precedentes, donde la libertad de expresión en espacios públicos no solo se coarta por lo que decimos, sino por lo que aplaudimos. Entrevistamos a Francisco Endara Daza, ciudadano ecuatoriano e ingeniero de sistemas, sentenciando con prisión por aplaudir durante el supuesto golpe de Estado contra Rafael Correa.
Cuéntenos su caso. ¿Qué pasó en el momento, durante el caso y qué le condujo al exilio?
Actualmente me encuentro en el exilio, pues de ningún modo iba a cumplir con una sentencia injusta y única en el mundo por lo absurdo (ir a la cárcel por aplaudir).
Mi caso se circunscribe a la época del gobierno de Rafael Correa 2007 – 2017. Desde el momento que Correa lanzó su candidatura, fui un fuerte crítico de la misma, pues era bastante claro que Correa quería seguir el mismo modelo del castrismo cubano. Participé en foros en algunas universidades tratando de dar a conocer lo que consistía el denominado “Socialismo del Siglo XXI”. Asimismo, lo hice en entrevistas y escritos de opinión en medios de comunicación desde el año 2007 al 2010.

El 30 de septiembre del 2010, se realizó un levantamiento militar y policial motivado por una ley arbitraria que les quitaba algunos privilegios adquiridos. Entonces, el gobierno de Correa tomó todas las señales de radio y televisión desde las 10 de la mañana con una “cadena indefinida e ininterrumpida”, en la que solo se mostraba propaganda y opiniones a favor del gobierno.
Tras el hastío de la propaganda gubernamental y sin información real de lo que sucedía, cerca de las 7 de la noche un grupo de personas ingresó rompiendo las puertas de vidrio del canal del Estado, EcuadorTV, matriz de la “cadena indefinida”. La gente pedía “libertad de expresión” y que se abriera la señal a canales privados para conocer qué sucedía en el país.
Había cerca de 2.000 personas en las afueras del canal del Estado. Me encontraba en las calles aledañas al canal pidiendo libertad de expresión también, cuando escuchamos que un grupo entró al canal y nos dirigimos con varios conocidos a ver lo que sucedía.
Un grupo de funcionarios del canal -uno de ellos con una boina roja- salió a provocar a la gente que pedía libertad de expresión. Para evitar un enfrentamiento, me interpuse entre las personas y los provocadores. Pedí que se calmaran y así sucedió. Una cámara de televisión alcanzó a grabar unos cortos segundos de este evento.
Posteriormente, el gobierno de Rafael Correa, a través del fiscal Gustavo Benítez, me inició un proceso judicial “por sabotaje y terrorismo” acusándome de “autor por omisión”. Es decir, me acusaba por no haber evitado un supuesto delito. El fiscal reconocía que no había hecho ningún daño, ni violencia en el canal, pero con su acusación pedía que yo debía regresar en el tiempo e impedir que la gente entrara al canal rompiendo las puertas. Así de absurdo fue el inicio de toda la persecución “revolucionaria”.
Posteriormente, fui condenado por el tribunal presidido por la juez Miriam Escobar como autor de sabotaje y terrorismo, sin pruebas. Las sentencias son públicas, cualquiera puede verificarlas. Ante esta abuso, apelamos y los jueces determinaron que mi presencia “no corresponde ni al autor ni al agitador, sino más bien al apaciguador pero que participó y que con su aplauso, en un momento determinado, hacía manifiesto y exteriorizaba su acuerdo general con la actuación del colecivo social” -cito txtualmente la sentencia- me condenaban a dos años de cárcel. O sea, dos años de cárcel por aplaudir. Finalmente en la Corte provincial, me condenaron a 18 meses basados en la sentencia que me condenaba por aplaudir.
En resumen, defender la Libertad de Prensa y de expresión en un día que el gobierno usó para hacer show político me costó años de persecusión judicial, pues se usó mi sola presencia en el canal del Estado aquel 30 de septiembre, como pretexto y/o venganza por mi oposición al “Socialismo del Siglo XXI” de Correa.
¿Qué nos puede decir de la represión que se vivió durante el gobierno de Correa?
Pues básicamene fue una represión orientada a reprimir y castigar a quienes no estábamos de acuerdo con su proyecto político que era claramente totalitario. El Estado de propaganda dirigido desde el gobierno ayudaba a esconder, tanto nacional como internacionalmente, los abusos cometidos por el correísmo.

¿Cómo explicaría lo relevante que es la libertad de expresión para vivir en una sociedad próspera?
La libertad de expresión es parte de una democracia, es parte del respeto a los Derechos Humanos, y es parte de vivir en un Estado de Derecho. Las democracias pueden no ser perfectas, pero -bajo ningún pretexto- los ciudadanos deben permitir que se coarte la libertad de expresión.
Justamente las sociedades prósperas son aquellas donde se respetan los derechos individuales y la libertad de expresión juega un rol importántísimo en el desarrollo de las mismas, pues gracias a ello se puede conocer la corrupción en sectores gubernamentales y detenerlos.
¿Qué le diría a quienes dicen que el gobierno de Rafael Correa no fue un socialismo?
El correísmo, como todo proceso autoritario, inició por un socialismo light cargado de populismo. Pero el socialismo necesita el dinero de los demás para mantenerse, necesitará de siervos que actúen sin refutar ni pensar lo que, los planificadores insisten, es el paraíso. No lo digo yo, lo dice la historia. El mismo proceso se ha repetido una y otra vez, y siempre va a tener el mismo resultado. El ser humano necesita de la libertad y eso es algo que ningún régimen socialista puede darse el lujo de mantener.
Así es como vemos hoy que el correísmo en la época de mayor bonanza petrolera del país, no solo subió impuestos a los ciudadanos, sino que agotó el petróleo que tenía y que no tenía. Se endeudó con los chinos y dejó al país en una situación bastante crítica. Sumado a eso, no había cómo decirles nada a los sabios “planificadores”, aun cuando muchos de ellos -y se está comprobando ahora- fueron artífices de los más grandes casos de corrupción en toda la historia del Ecuador: llamado Socialismo del Siglo XXI .
¿Cuál es su mensaje por el día de mundial de la Libertad de Prensa?
A quienes viven en espacios de libertad, recordarles que la misma es algo que hay que defender todos los días, pues desde que la humanidad es humanidad, han existido personas que, sea por sus complejos o ambiciones, siempre han querido callar la verdad objetiva de los hechos.
Y a quienes viven en regímenes donde no hay libertad les digo que su esfuerzo no es en vano, pues ellos son la luz que alumbra en la oscuridad.