Lo que en cualquier otra nación de Latinoamérica y el mundo sería normal, en Cuba implica alto riesgo. A principios de esta semana, activistas del recién inaugurado Movimiento Libertario Anarcocapitalista de Cuba dieron a conocer sus ideas por medio hojas impresas con frases del economista y filósofo de la Escuela Austriaca, Ludwig Von Mises en las calles de la provincia oriental de Camagüey. No tardaron en ser detenidos.
Salieron a las calles de la provincia oriental de Camagüey. En la avenida más transitada de la ciudad principal de dicha provincia, entregaron hojas con la frase a los transeúntes y la pegaron en varios postes. Hicieron lo mismo en las puertas de sus respectivas casas.
La “polémica” frase proviene del libro La Acción Humana y dice:
“Mientras más gasta el gobierno, menos puede gastar el ciudadano. Las obras públicas no se hacen con el poder milagroso de una varita mágica. Son pagadas con fondos arrancados a los ciudadanos”.
Con el fin de concientizar a la población sobre la falsedad de la gratuidad de aquello que provee el Estado, los activistas lo explicaron de manera sencilla. El Estado no tiene poderes divinos, tampoco el gobierno y mucho menos quienes lo conforman. Son los ciudadanos quienes producen y a quienes se esquilma para abastecer los “programas sociales”.
Para mantener a flote un régimen como el Castrista más de medio siglo, es necesario sostener una narrativa mística. Tanto es así que cuando vuelve la electricidad, luego de un corte por falta de suministro, el pueblo aplaude. Algo similar sucede en Venezuela. El Estado fracasa en el mantenimiento de un servicio, pero como convence a las masas que sin él no existiesen, se mantienen complacientes y serviles.
De esto se hartaron estos libre pensadores. Pero la huella de Mises no llegó recién. Años atrás, uno de los fundadores del actual Movimiento Libertario Anarcocapitalista de Cuba, Nelson Rodríguez Chartrand, formó lo que es hoy el Instituto Mises-Mambí, llamado así en honor a los mambises, los guerreros que se enfrentaron a España en los tiempos de la independencia cubana; avivando así el espíritu libertario.
Se trata de un espacio digital para educar, difundir y publicar contenidos libertarios que ayuden a capacitar a los individuos en lugares donde la libertad es suprimida.
Y así fue que en febrero del 2017 el régimen Castrista apresó al activista Ubaldo Herrera, quien sigue preso, por difundir dichos contenidos.
Esta vez, la policía del régimen, que no admite ideas ajenas al comunismo, detuvo a dos de los activistas: Nelson Rodríguez Chartrand y Adrián Queseda.
Luego de ser detenidos, interrogados, acosados y humillados públicamente, fueron liberados después de 24 horas.
El año pasado Nelson fue desterrado de la provincia de Camagüey. Desafió la orden y al ser expulsado nuevamente de la provincia le quitaron su computadora, advirtieron que si tenía información contra el régimen o el socialismo sería incautada y así fue.
Ahora, en cambio, le echaron ácido sobre el celular de modo que no pueda recuperar información de allí.
En el video adjunto pueden escuchar y ver el testimonio de Adrián Queseda.
Está claro que el régimen que prohíbe todo partido que no sea el comunista no tolera ningún tipo de agrupación o asociación política, mucho menos si pregona la antítesis de la planificación central; como es el caso del anarcocapitalismo, o sea libre mercado sin Estado.