El presidente Trump dijo que los legisladores deberían aprobar una “ley de amor” para resolver qué sucederá con los jóvenes inmigrantes que se beneficiaron de un programa de la era Obama.
El programa de Acción Diferida para Llegados en la Infancia (DACA) permitía a los inmigrantes que fueron traídos ilegalmente a los Estados Unidos como niños el derecho a vivir y trabajar en el país sin temor a la deportación.
Dicho programa se eliminó el año pasado en una sesión extraordinaria en el gabinete de la Casa Blanca con legisladores de ambos partidos.
“Espero que encontremos una respuesta para DACA”, dijo Trump.
A lo largo de una hora, demócratas y republicanos se reunieron para intercambiar puntos de vista sobre inmigración en la Cámara. La reunión fue transmitida por cable, después de que concluyó.
Tras salir de la reunión, el senador demócrata Dick Durbin, dijo ante periodistas: “Bueno, esa fue una reunión única” y refirió que se retiró de la reunión con una perspectiva “positiva” y un mayor “deseo de lograrlo”.
Pues, el presidente Trump se sentó nada menos que junto a él, siendo un acérrimo defensor de la permanencia de los jóvenes inmigrantes en los EE. UU. conocidos como Dreamers(Soñadores). Trump se sentó en medio de él y otro político demócrata. Es decir, lejos de ahondar divisiones, representantes de ambos partidos presentaron propuestas a integrantes del otro partido.
Al respecto, el presidente Trump dijo: “Tenemos algo en común: nos gustaría ver que esto se haga”.
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La Casa Blanca y el Congreso están bajo presión para llegar a una solución. Las conversaciones de inmigración están vinculadas a trabajar en un proyecto de ley de financiamiento del gobierno, bajo la pendiente amenaza que el Gobierno sufrirá un “apagón” si no se llega a un acuerdo antes del 19 de enero.
Mientras tanto, DACA, expira el 5 de marzo.Y aun no hay acuerdos en temas fundamentales. Los demócratas exigen que los “Dreamers” sean parte del acuerdo de financiación y están frustrados con los republicanos que se han negado a vincular los dos temas.
Paralelamente, los republicanos han acusado a los demócratas de mantener las conversaciones de gasto como rehenes sobre la inmigración, según reporta la plataforma digital The Hill.
Asimismo, el muro que Trump prometió construir en la frontera está estrechamente vinculado al tema y aunque la oposición vehemente de los demócratas en este tema no mengua, el presidente exige que sea parte de cualquier acuerdo.
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“Lo necesitamos”, dijo Trump cuando se le preguntó si aceptaría un acuerdo de DACA sin el muro. “Me encantaría no construir el muro, pero necesitamos el muro”.
Y el presidente “agregó leña al fuego” al pedir que una ley sobre el DACA finalice la migración y elimine el programa de lotería de visas.
En su opinión, la lotería de visas permite que otros países “te den a las personas que no quieren” y “Estados Unidos se queda con esas personas”.
De hecho, la lotería de visas es un sorteo al azar de personas de países con tasas de inmigración típicamente bajas a los EE. UU. Los solicitantes deben pasar por un proceso de selección para ser elegibles.
Esas medidas cumplirían las promesas de la campaña de Trump de imponer medidas de seguridad fronteriza más estrictas y reducir el número de personas que emigran a los EE. UU.
Trump llamó a un proyecto de ley de inmigración que será presentado por el presidente del Comité Judicial de la Cámara, Bob Goodlatte (R-Va.), como un “buen punto de partida”. Se espera que la medida incluya muchas prioridades conservadoras opuestas por los demócratas.
Trump luego sugirió un acuerdo de dos partes, que abordaría la reforma “integral” después de que se resuelvan los problemas relacionados con la frontera y los jóvenes inmigrantes.
“Para mí, una ley clara es una ley de DACA, nos ocupamos de ellos y también nos ocupamos de la seguridad”, dijo.
Desde el sector republicano, hay senadores más abiertos en cuestiones migratorias. El senador Graham, por ejemplo, le dijo al presidente: “Usted creó una oportunidad aquí, señor presidente, y debe cerrar el trato”.
Ahora queda lograr un consenso entre la tensión que generan las promesas de campaña y la oposición del partido demócrata a ellas.