En vista de que la criptomoneda bitcoin alcanzó niveles históricos esta semana, la plataforma de noticias Bloomberg entrevistó a quien fue jefe de economistas del Banco Mundial y ganador del premio Nóbel de economía. En dicha entrevista Joseph Stiglitz dijo que el Bitcoin debe ser prohibido.
“Bitcoin tiene éxito solo por su potencial para circunvalar, por la falta de supervisión”, dijo Stigliz, actualmente profesor de la Universidad de Columbia. Y agregó: “Me parece que debe prohibirse. No cumple ninguna función socialmente útil”.
Esto quiere decir que, para el economista, que las personas logren acuerdos de manera voluntaria, sin supervisión estatal, no cumple un rol social y tampoco sirve. Y es que esa es la base filosófica del bitcoin: que cada persona administre su billetera —que puede tener en forma física o digital desde su teléfono— y llegue a acuerdos voluntarios de canje con otros individuos o entidades. De esta manera, se forja un intercambio social que consiste de reciprocidad, algo que según las declaraciones del economista es inútil. Crea una dinámica que siembra la autonomía y debido a ello contrarresta la dependencia a un regidor central.
Anteriormente, hasta principios y mediados del siglo pasado, según el país, las monedas nacionales estaban respaldadas en metales preciosos. Por ende, una nación tenía el equivalente en moneda a su reserva en oro o plata.
Actualmente, el dinero que usamos en gran parte del mundo se conoce como dinero FIAT o fiduciario. Deriva de la palabra fidelidad o confianza. Pues su respaldo es la confianza en el emisor, el Banco Central o la Reserva Federal. Esto le da al Estado, a través del Gobierno, el poder de emitir billetes y/o contraer deuda, logrando así devaluar la moneda en curso.
En cambio, el bitcoin, similar al oro, opera con minas (virtuales). Tienen un número finito de unidades, entonces la moneda —contrario al FIAT— no se devalúa, sino que adquiere valor acorde escasean las monedas por la cantidad de compradores y usuarios.
Pero esta dinámica no es avalada por economistas como Stiglitz, quien considera que es “uno de los roles principales del Gobierno generar moneda”. Sostiene que debemos volver a lo que ya teníamos. Siendo esto, no el patrón oro, sino una economía regulada donde el Estado es el emisor, no donde el dinero equivale a su valor (en metales preciosos).
Sin embargo, Stiglitz, quien también presidió el Consejo de Asesores Económicos del presidente estadounidense durante la administración Clinton, dijo que sí apoya la innovación tecnológica en los pagos, pero cree que incluso utilizando dinero digital debe ser creado y controlado por el Gobierno. “Alejémonos del papel en el siglo XXI de una economía digital”, dijo.
Al igual que muchos otros miembros de Davoisie (como se apoda a los miembros de la élite política y empresarial mundial que asisten al Foro Económico Mundial en Davos, Suiza), Stiglitz, que ganó el Premio Nobel en Ciencias Económicas en 2001, calificó el aumento en el precio de bitcoin como injustificado e insostenible.
“Es una burbuja que le dará a mucha gente muchos momentos emocionantes mientras sube y baja”, dijo. “El valor de un bitcoin hoy en día es la expectativa de lo que va a ser el bitcoin mañana”.
“Si el Gobierno dice ‘la razón por la que se está utilizando bitcoin es la elusión’, podrían cerrarla en cualquier momento”, dijo. “Y luego se derrumba”.
A pesar de que bitcoin es una red descentralizada, con participantes diseminados por todo el mundo, Stiglitz parecía pensar que Washington podría cortarlo fácilmente de raíz. Es decir, el economista sostiene que el Estado no solo debe tener el monopolio de la generación del dinero, sino, también, la posibilidad de anular cualquier competencia.