El miércoles 27 de septiembre se publicó en prensa un video que circula hace unos días en redes sociales demostrando que los grupos autoproclamados “Antifa”, abreviando antifascismo, tienen consignas racistas. Imponen normas diferenciadas para sus integrantes de acuerdo a su raza y no solo eso, vinculan conductas -como el racismo- a un componente genético y exigen atacar físicamente a las personas si no están de acuerdo con sus consignas, calificándolos de Nazis.
La plataforma digital Daily Wire publicó el video con extractos escritos del mismo. Ahí se puede observar cómo una joven le dice a otro que para ser un aliado del movimiento debe demostrar su pertenencia atacando físicamente a sus adversarios. Entre los presentes, le gritaron varias consignas; entre ellas que es patético y que debería tener un cartel indicando que es parte de su lucha. Pues, al ser de raza blanca, puede ser confundido con el enemigo.
Dentro de su mismo grupo sufrió no solo violencia verbal sino agresiones físicas. En medio del intercambio de gritos, dijo: “¡Alguien me lanzó un megáfono a la cabeza!”.
Frente a los ataques de sus compañeros, respecto a su comportamiento, cuando estos pretendían que él agreda a quién llamaban Nazi, el “aliado”se defendió diciendo: “Estoy tratando de echarlo. ¡Lo estoy haciendo! He estado peleando por tres meses. Me he puesto en riesgo para nosotros todo el tiempo…”
La joven más prominente dentro del bando acusador utiliza el término “performativo”, hace alusión al comportamiento del joven, indicando que para que su postura sea concebida como auténtica, y no actuada, debe demostrar que es parte del grupo agrediendo físicamente a sus adversarios.
El video concluye con la activista gritando al otro: “Todavía eres blanco. Todavía eres responsable. Esto es tu culpa. Eres inherentemente racista. Está en tu sangre. Está en tu ADN”.
Es decir, niega al individuo la capacidad de determinar sus comportamientos. Es determinista. Si naces con cierta genética, estás predestinado a ciertos comportamientos. Este grupo que se jacta de golpear Nazis, discrimina racialmente no solo a sus rivales sino a los propios integrantes de su organización, si su melanina —el pigmento que da color a la piel— no es la adecuada.
Así, este grupo visibiliza una corriente en auge dentro del neomarxismo: la jerarquización de la victimización y la negación del individuo por medio de su agrupación en colectivos con base genética —aplicado tanto al sexo como la raza. Acorde más oscura es la piel, mayor es el grado de opresión. Si es mujer, se ahonda. Si no se identifica con su sexo biológico aun más. En contraste, el hombre blanco, heterosexual, cisgénero (que se identifica con su sexo biológico) está en la cúspide de la jerarquía. Por ende, no importa su comportamiento. Haga lo que haga y diga lo que diga, debe exculparse por algo que se le adjudica por su aspecto, no por sus actos.
De acuerdo a la filosofía libertaria, el único justificativo para agredir físicamente a otro es si este rompe el Principio de No Agresión; ejerciendo en respuesta la legítima defensa. Al respecto, la página Libertad y lo que surja nos envía una imagen adaptada desde su sitio; en vista de la campaña convocada por el movimiento que se llama Anti-Fascista mientras discrimina a las personas en base a su raza. La campaña se titula #PunchANazi (pega a un Nazi). Detalla cuándo es correcto pegar a un Nazi. Primero es necesario identificar si en efecto lo es o si simplemente se está llamando a esa persona de esa manera para invalidar sus argumentos y justificar la agresión hacia ellos. Es fundamental identificar si no se está incurriendo en un Reductio ad Hitlerum o un argumentum ad nazium. Este término apela a la falacia argumentativa donde Hitler y los Nazis, al ser identificados como símbolo social consensuado del mal, se equipara a otros malos actos; tengan o no que ver con su filosofía. Si alguien es malo, es como Hitler y los Nazis, es una falacia.
No obstante, el vínculo histórico no es incorrecto. La juventud auto-proclamada Anti-fascista es abiertamente marxista. Por ende, como Hitler combatió a los Marxistas, aducen que ellos también luchan contra los Nazis. Pero no toman en cuenta cuántos adversarios tuvo y cómo numerosos de sus rivales nada tenían que ver con el marxismo. Tampoco comprenden que él, al igual que ellos, era socialista. Pues Nazismo es la abreviación de nacional-socialismo. Estos jóvenes promueven el socialismo internacionalista. También desconocen mayormente que las dictaduras de índole marxista fueron y -y aún son- represoras y genocidas. Es decir, otro tipo de colectivismo pero que de todos modos agrupa tanto a sus adherentes como a sus adversarios. Niegan en todo momento a los individuos a pensar como tal y obligan a que actúen como manada, de la misma forma que identifican a sus adversarios, negando su singularidad. Este es el resultado de un sistema educativo deficiente en materia histórica.
Por ello, el ícono libertario Ron Paul pide luchar contra fascistas de derecha e izquierda. Pues cada día queda más expuesto que el racismo es un instrumento de ambos polos de la escala política, sea para proclamar superioridad aduciendo la inviabilidad de convivir como para remarcar discursos de victimización y estigmatización institucionalizada. Es decir, en ambos casos no miden de acuerdo al comportamiento de cada persona, le niegan su derecho individual, y le agrupan basándose en sus genes e impiden la cooperación pacífica.