Estaba previsto que esta semana sea “la semana de la libertad de expresión” en la Universidad de California, Berkley. Pero, de acuerdo con los organizadores, una serie de obstáculos burocráticos impidieron que suceda. Pese al anuncio de la universidad sobre la cancelación del evento, el orador principal Milo Yiannopoulus —cuya presentación previa fue cancelada luego que sus simpatizantes fueron atacados físicamente por activistas de extrema izquierda— se manifestó en la universidad.
El diario digital The Hill anunció la cancelación del evento el mismo sábado, fecha de inicio, luego que la universidad confirmó el aviso del grupo organizador The Berkeley Patriot. La página virtual de la organización de estudiantes conservadores tiene en su sitio la publicidad del evento que nos lleva a: freespeechweek.com; ahí aparece una serie de videos y anuncios sobre el evento.
Por ejemplo, expone un video promocional del provocador de derecha Milo Yiannopoulus para la semana de la libertad de expresión diciendo lo siguiente: “La mayor amenaza para tu futuro, el mayor riesgo para la república americana, es el asalto sin precedentes a la libertad de expresión cometida por los medios de comunicación, Silicon Valley, los políticos, productores de Hollywood y la academia”.
Asimismo, en su página de YouTube, Milo Yiannopoulus publicó un video para enseñar consejos sobre cómo preparase para la semana de la libertad de expresión. El primer consejo fue: “No traigan armas. No traigan nada que no deban. Dejen eso a los locos de izquierda como Antifa. No hay nada que quiera más la prensa que encontrar a conservadores haciendo algo indebido en espacios públicos. La semana de la libertad de expresión es una celebración de la libre expresión y el liberalismo clásico. Así que vengan con eso en mente.”
En el mismo artículo de The Hill que anunció la cancelación del evento, aparece una entrevista a Milo donde dijo lo siguiente: “UC-Berkeley hipocritamente nombró a este año académico como su año de libertad de expresión, algo que haría si tuviera un problema de relaciones públicas realmente serio, y el problema de relaciones públicas hoy va a ser peor. UC Berkeley y los hombros de nadie más “, dijo Yiannopoulos.
Entre los disertantes, estaba invitado quien fue estratega de la Casa Blanca, Stephen Bannon y la comentarista conservadora Ann Coulter. Sin embargo, nunca se oficializó. También estaba prevista la participación de James Damore, el biólogo de sistemas que fue despedido de Google por un memorandum que envió dentro de la empresa con recomendaciones para estrechar la brecha de género apelando a las diferencias biológicas y psicológicas entre los sexos, alegando que –distinto a la retórica de la ideología de género– la cultura no es el único determinante por el cual hay menos mujeres en el campo de la ciencia y tecnología. Damore reveló que Google era parcial en los contenidos que presentaba, dando menor visibilidad a contenidos de índole conservadora y libertaria.
Los únicos invitados que se presentaron en la Universidad de California, Berkeley, el sábado fueron –además de Milo Yiannopoulus– Mike Cernovich, difusor en redes sociales y defensor de la libertad de expresión, y Pamela Geller, crítica del Islam. Los tres condujeron una rueda de prensa en la Universidad declarando que fueron silenciados por medio de obstáculos burocráticos. Aunque Milo aclaró que todavía tiene planes de presentarse en la universidad el domingo “para ejercer su derecho a la libertad de expresión como un ciudadano privado”, y así fue.
Pese a la cancelación del evento, se llevó a cabo la “Marcha por la libertad de expresión” a mediodía del domingo. Aparece el video completo en su página de Facebook y YouTube. A los tres panelistas del sábado se sumó Ariana Rowlands, presidente de Republicanos Universitarios de California, que se ha vuelto una estrella en las redes sociales.
Anoche publicó en su cuenta de Facebook la creación de un nuevo equipo de defensa para apoyar a los universitarios republicanos. Es un enlace al medio donde ella publica, RedAlertPolitics, una plataforma que apela al juego de palabras “alerta roja” porque enciende una alarma mientras alerta sobre el auge del marxismo (representado con el color rojo).
En lugar del evento que tenían planificado, los presentadores se pararon en lo más parecido a un podio —un lugar ligeramente más alto que el piso— el borde de un jardín para manifestarse. Originalmente estaba previsto dedicar el primer día a la crítica del feminismo, el segundo a la libertad de expresión en las universidades, el tercero al Islam y el cuarto, y último, iban a otorgar el premio en honor a Mario Savo, padre de la lucha por la libertad de expresión en la Universidad de Berkeley. Ese día se iba a titular “Mario Savo está muerto”, pues la misma universidad que en la década de los 60 le permitió luchar por derechos civiles, hoy instaura la censura.
No solo la universidad en sí, sino hasta el propio alcalde de Berkeley —Jesse Arreguin— pidió la clausura del evento. En una entrevista con Fox News, declaró que los oradores de derecha despiertan violencia entre manifestantes de izquierda. Es decir, no condenó a quienes ejercen la violencia, sino a quienes por expresar sus ideas son atacados.
Pues, luego de amenazas y protestas por parte del cuerpo estudiantil, la semana pasada, según las declaraciones de la Universidad, gastaron alrededor de USD $600.000 en la seguridad para una charla del columnista conservador Ben Shapiro. Al respecto, el portavoz de la Universidad de California, Berkeley, declaró ante LA Times que estaban dispuestos a invertir 1 millón de dólares para asegurar la primera enmienda de la constitución —la libertad de expresión— de los oradores. No obstante, la seguridad misma que requería el evento generó trabas burocráticas para los organizadores, sobre todo en materia de tiempo, para coordinar el evento.
Meses atrás, en una presentación previa de Yiannopoulus en Berkeley —que no se pudo llevar a cabo en vista de los múltiples ataques físicos a sus simpatizantes— las protestas violentas en el campus universitario produjeron daños, sumado a los USD $200.000 de costos de seguridad. Asimismo, los gastos reportados para la seguridad necesaria para la oradora Coulter en la universidad fueron de USD $600.000, que de todos modos se canceló después, ya que no había garantías suficientes para su integridad física.
En resumen, la universidad debe invertir cantidades exorbitantes para proteger tanto a los estudiantes como a visitantes y sus instalaciones de manifestantes de extrema izquierda, pero eligen —en lugar de afrontar que el problema está no solo en la falta de diálogo pacífico, sino en la falta de diálogo en su totalidad— censurar al que piensa distinto para evitar la violencia. Asimismo, los estudiantes que promueven la libertad de expresarse deben fortificar su universidad como un frente de batalla simplemente para decir lo que piensan y en esta ocasión no lograron cumplir las exigencias.
Por ello, en la rueda de prensa Milo Yiannopoulus declaró: “UC Berkeley no es el final. Es solo el principio.” Pues deja el precedente de cómo al negar el diálogo, la violencia y la censura se vuelven tan frecuentes que se normalizan.