Esta semana el mercado de valores empezó con una caída del 2 % en los bonos de la compañía innovadora Tesla. Desde Wall Street, empieza a notarse el hartazgo de los inversionistas; ya que llevan años esperando una devolución que no llega. Por el momento, la fortaleza de la marca es la ilusión futurista que vende de la mano del carisma de su inventor, Elon Musk. Pero ya no son los únicos fabricantes, se enfrentan a los grandes productores en masa.
En el pasado julio salió al mercado el nuevo modelo de automóviles eléctricos Tesla 3. Para lograr la producción, la marca emitió una venta masiva de bonos. Esa venta fue un indicador visible de la falta de liquidez de la marca. Una vez público ese indicador, produjo a su vez una caída en los precios de los bonos.
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Apenas empezó agosto y los bonos del fabricante aparecieron en el mercado conocidos como bonos basura, donde están situadas las empresas con crédito malo. La caída de los precios sugiere que la compra de bonos podría haber dañado aún más la ya maltratada imagen financiera de Tesla. Si el modelo 3, que debutó a finales de julio, se convierta en un vehículo con tendencia y rentable, justificaría la venta de la deuda.
Pero esto solo genera más incomodidad entre los inversores. La plataforma digital Daily Caller publicó un artículo titulado Los inversionistas están comenzando a darse cuenta de que Tesla está de pie en terreno tembloroso. Ahí recogió testimonios de algunos. Por ejemplo, Jack Flaherty, gerente de cartera de bonos de GAM Holdings AG, dijo: “Que Dios se apiade de ellos, se aprovecharon de un mercado súper fuerte para obtener una financiación muy baja”. Agregó que su compañía no se invertirá, ya que la marca se basa más en expectativas que dividendos.
Justamente la fortaleza de Testla no está en los resultados, sino la promesa. Tesla vende una ilusión, de cómo un emprendedor puede soñar e inventar algo que no existe en medio de una industria dominada por corporaciones titánicas. Sumado a eso, ofrece energía limpia; un concepto de moda en medio de la discusión del cambio climático.
Pero los competidores de Tesla han tenido tiempo suficiente para aumentar su campaña contra el fabricante de automóviles Elon Musk. Por ejemplo, Audi prepara para el 2018 el modelo A8. Incluirá la autonomía de nivel 3, permitiendo a los conductores moverse con seguridad por la carretera sin prestar atención a las condiciones de la carretera, una característica que también ofrece Tesla.
Sobre una pantalla de colores y formas que indican desde peatones hasta señales de tránsito, el modo de piloto automático del Tesla 3 se publicita bajo el lema que el conductor solo está sentado detrás del volante por cuestiones legales; pues el automóvil se conduce solo. Lo pueden ver aquí.
También Chevrolet sacó su propio modelo eléctrico, el Chevy Bolt a un costo similar. Tomemos en cuenta que todo vehículo eléctrico necesita ser cargado antes de encenderse. A diferencia del Tesla 3 que asegura poder durar 346 kilómetros luego de cada carga, el modelo eléctrico de Chevrolet tiene la capacidad de correr más de 383 kilómetros antes de necesitar una carga. Es decir, supera al inventor.
De acuerdo a un artículo publicado en la plataforma de análisis del mercado Market Watch, el bono de Tesla cayó el viernes pasado a su punto más bajo: 93,75 centavos de dólar, lo que obligó al rendimiento hasta el 5,65 por ciento, según datos de MarketAxess.
Es un patrón común, los rendimientos de los bonos aumentan cuando los precios bajan y bajan cuando los precios aumentan. Los inversores se han aprovechado del atractivo que ofrece el producto, pero la caída continuada de los precios no presagia buenas noticias para una empresa que no ha obtenido beneficios.
Al momento, la compañía todavía se puede valer de sus características singulares. Para lograrlo, bajó el precio considerablemente; lo cual amplía el mercado, en comparación con los modelos previos. Está valorado en USD$ 35.000. Los grandes productores apostaron a vehículos más grandes este año, así que fue la única marca que lanzó un sedan; según Business Insider.
Ya se puede reservar el Tesla 3 pero, demora hasta un año y medio en ser entregado; de acuerdo a categorías. Los empleados van primero, luego quienes ya son propietarios de vehículos de la marca. Es decir, premia a quienes han sido parte de este proyecto que se solventa en base a la ilusión que genera.
Pero son pocos los que están dispuestos a esperar tanto para la entrega de un producto, más si conocen el historial de deuda de la compañía. La paciencia se agota, sobre todo en el caso de los inversores que llevan más de una década para recuperar su inversión en una marca que tuvo que vender sus bonos para financiar la producción y gracias a eso hoy está entre las compañías con bonos muertos.
Así que le queda a la marca proyectar de tal modo que ese sueño que tanto promocionó para lograr popularidad, y que está pronto a volverse una pesadilla, se vuelva una realidad y así devolver la inversión con resultados.