Los votos de Venezuela y Libia fueron suspendidos de la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU) por tercera vez en tres años, debido a que deben millones de dólares a la organización internacional.
El secretario general de la ONU, António Guterres, informó a la Asamblea en la noche del pasado 14 de enero que habían países con un importante atraso financiero. La portavoz del cuerpo diplomático, Brenden Varma, confirmó que Venezuela perdió el voto en la organizaron.
De acuerdo con una carta de Guterres al presidente de la Asamblea General, Venezuela aún debe pagar $25.200.296 para restaurar su estatus como votante.
Dado el estado actual de la economía, donde padres venezolanos se ven obligados a dejar a sus niños en orfanatos, y el desafío del liderazgo de Nicolas Maduro con el cuerpo diplomático, es dudoso que se produzca el pago.
Pero esto resulta en una situación curiosa donde Venezuela pierde la capacidad de votar en contra de cualquier acción humanitaria que quisiera tomar la Organización de Naciones Unidas; como cuando Rusia se privó de asistir a la reunión de la Asamblea General donde se decidió invadir a Corea.
Considerando el estado de alerta en las Fuerzas Armadas Venezolanas, es sorprendente que el régimen de Nicolás Maduro haya permitido esta falta, dado el riesgo para su estabilidad.