EnglishEl 18 de septiembre, Estados Unidos anunció que no se opondrá a la candidatura de Venezuela para un asiento temporal de dos años en el Consejo de Seguridad de la ONU a partir de 2015. La decisión de Estados Unidos se produjo después de que los países de la región aprobaran por unanimidad la candidatura de Venezuela.
Para aquellos que han sido testigos de la violación de los derechos humanos en Venezuela —así como de las conexiones nefastas del país con las FARC, Hezbollah, ETA, e Irán—, la aceptación de Venezuela como miembro con voto del Consejo de Seguridad sería una burla de la Carta de Derechos Humanos de la ONU.
Por desgracia, la mayor parte de América Latina está ahora dominada por un grupo marxista y progresista de países que han acogido con gran satisfacción el régimen bolivariano, así como la dictadura cubana de más de 50 años y los países de la Alianza Bolivariana (ALBA).
Estados Unidos no tiene otra razón para apoyar su acción (o inacción) que no sea evitar confrontar a los países de la región, o aducir que tiene cosas más importantes que hacer, como construir una coalición en el Medio Oriente contra el Estado Islámico (ISIS).
La primera razón menoscaba nuestra tradicional altura moral, lo que nos convierte en irrelevante para la región. Esto, por desgracia, es coherente con las políticas estadounidenses, probablemente desde la segunda mitad del segundo mandato de la administración Bush.
Estas tendencias han continuado bajo el Gobierno de Obama. El supuesto es que América Latina —tal vez con la excepción de México y ahora el triángulo norte de Centroamérica— no presenta ninguna amenaza de seguridad a Estados Unidos, y por lo tanto puede relacionarse con esta región enfocándose en asuntos económicos.
Sin embargo, Venezuela presenta un conjunto especial de problemas para Estados Unidos que, si el país sudamericano tiene éxito, se pondrán de manifiesto en el Consejo de Seguridad.
Este es en realidad el segundo intento de Venezuela, ya que presentó la misma candidatura en 2006, a la que se opuso ferozmente el presidente Bush, a pesar de que su Gobierno estaba pasando su peor crisis en la invasión a Irak. Los funcionarios estadounidenses luego continuaron la campaña contra la candidatura de Venezuela y lograron evitar la mayoría de dos tercios que el país sudamericano necesitaba.
Esa oposición ya no existe. Venezuela no sólo es considerado como un país normal; se minimizan sus aberraciones, locuras y malas acciones. Incluso un proyecto de ley limitado de sanciones contra Venezuela fue rechazado por el Gobierno y por senadores claves contactados por el Gobierno venezolano.
Por otra parte, en 2006 todavía había países en América Latina que veían al régimen bolivariano como lo que realmente era. Hoy en día, la región está dominada por Gobiernos de izquierda que ven al Gobierno venezolano como bueno, a pesar de su represión política maliciosa y sistemática, sus políticas económicas fallidas y sus conexiones con terroristas.
El mensaje que Venezuela y otros obtienen de estos eventos es que pueden continuar con su comportamiento perverso, porque no hay ninguna fuerza política ni moral eficaz para prevenirlo. Ahora la pregunta es lo que Venezuela, bajo el liderazgo del presidente Nicolás Maduro, hará una vez asegurado su puesto en el Consejo de Seguridad de la ONU.
Sin duda, Venezuela apoyará a sus amigos como Irán, Siria, y otros. Eso incluye a Rusia, cuya invasión de Crimea fue apoyada por Maduro. Por otra parte, Venezuela no comparte nuestros valores y es probable que vaya en contra de Estados Unidos o cualquier otra democracia en asuntos relacionados con la paz y la seguridad, a pesar de que es el trabajo del Consejo de Seguridad de la ONU garantizar la paz y la seguridad internacionales.
Además de las hostilidades de Venezuela hacia Estados Unidos, así como un desprecio total del régimen por los derechos humanos de sus ciudadanos, existen otras razones de peso por las que Estados Unidos y otros países deben rechazar la candidatura de Venezuela.
- Venezuela está muy involucrada en el tráfico de drogas. Venezuela es el único país de América Latina que voluntariamente pone a disposición sus puertos y aeropuertos a los cárteles y a criminales. Altos funcionarios del Gobierno están profundamente inmersos en el negocio de las drogas, incluyendo la distribución (principalmente a Estados Unidos y Europa) y el lavado de dinero.
- El Gobierno venezolano ha establecido alianzas con Estados delincuentes y organizaciones terroristas como Irán, Hezbolá, y las FARC.
- Venezuela ha construido la Alianza Bolivariana. A través de la dependencia económica, el Gobierno de Venezuela exporta su ideología y su comportamiento. Para citar un simple hecho, los pequeños miembros del ALBA, como las islas caribeñas de Dominica, St. Kitts, Nevins, San Vicente y las Granadinas, y Santa Lucía, han firmado acuerdos con Irán para proporcionar a este Estado pasaportes a sus ciudadanos, en muchos casos bajo nombres falsos. Esto es algo que el Gobierno venezolano ha estado haciendo de forma sistemática durante años.
A medida que organizaciones terroristas como ISIS y otras siguen floreciendo, estas acciones de Venezuela podrían ser aún más siniestras.
Sin embargo, el Gobierno de Obama no quiere ser aislado diplomáticamente de la región, ni ha querido actuar o tomar decisiones con las que los países de la región no están de acuerdo.
De hecho, a finales del año pasado el secretario de Estado John Kerry declaró que los 190 años de la Doctrina Monroe —que declaraba unilateralmente a Estados Unidos como protector de la región— había terminado. En la misma ocasión, Kerry señaló que Estados Unidos considera a las naciones de la región como “iguales, compartiendo la responsabilidad, la cooperación en cuestiones de seguridad, y que ya no se basaba en una doctrina, sino en las decisiones que tomamos como socios”.
Kerry es muy generoso. De hecho, Estados Unidos ya ha abandonado el programa de derechos humanos en Venezuela, porque no hay apoyo regional. Pero, ¿aplicaríamos la misma lógica cuando se trata de nuestra propia seguridad?
¿Vamos a abdicar la responsabilidad y delegar nuestra propia seguridad a estos países dominados por Cuba, Venezuela y Brasil?
Instamos al Gobierno de Obama a reconsiderar su posición sobre la candidatura de Venezuela al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y a utilizar su influencia internacional para negar al régimen de Maduro un voto tan importante.
Artículo publicado originalmente en The Americas Report.