En algunas fuentes de la lingüística la palabra premonición denota “presentimiento”. También, en el mismo sentido, “presagio de algo que va a suceder”, bueno o malo. Para la Real Academia Española (DRAE), “advertencia moral”.
Admitamos, vía “una laxa interpretación”, que “las premoniciones” han podido ocurrir en el pasado, en el presente y en tiempo posterior a este último, o sea, en “el porvenir”. Ello ayudaría a resumir los lineamientos más significativos de lo que acontece en Centro y Suramérica, pidiendo al lector nos manifieste sus apreciaciones con respecto a lo que pasó y acontecerá.
Un cuadro premonitorio hoy revela apreciaciones realmente preocupantes, difíciles de admitir: 1. Argentina, nada más y nada menos que bajo the partnership de Alberto Fernández & Cristina Kirchner y sin haberse desprovisto de eso que todavía llaman el peronismo; 2. Colombia, en la lucha para evitar que Gustavo Petro, “exguerrilla member”, le ponga la mano al país de la producción de droga bajo mecanismos sofisticados en la siembra, procesamiento y comercialización universal, actividad generadora de grandes fortunas, exceptuando al consumidor limitada a producirle únicamente “una falsa sensación de bienestar”. Fuente, además, de un segmento significativo del crimen organizado, razón para mirar aún desde lejos el denominado “Acuerdo de Paz”, suscrito en La Habana por el Gobierno de Juan Manuel Santos. 3. Bolivia, bajo la permanente amenaza de Evo, la justicia en manos extrañas y preceptos constitucionales que se quedan en lo escriturado, pues se aplica todo lo opuesto a lo que las normas predican.
4. Brasil, el gigante de América Latina, en manos de Jair Bolsonaro, quien en honor a las primeras 5 letras de su nombre, integradoras de la palabra “bolso”, conduce a pensar que en él portará y hasta el tope síntomas que recuerdan la locura clásica que explica Michel Foucault o por lo menos la insensatez. En todo caso, evidencian atinente al “desorden del espíritu”, pareciera haberlas; 5. Perú, cuya independencia se inicia en julio de 1821 y su nacimiento como República en el Primer Congreso Constituyente de septiembre de 1822, en manos del hombre del sombrero y los militares sin saber que hacer. El Banco Mundial estima necesario potenciar la efectividad del Estado, entre, otras razones para reducir las rigideces de los mercados de factores y productos. Cuán tremendo reto para Pedro Castillo, quien tal vez tiene fe en algunas bendiciones que recibiera su “hat” de cocuiza y alas largas.
6. Chile, con una Constituyente con rumbo incierto, pero, además, con los políticos convencidos de que “un nuevo orden normativo” no deja de ser una especie de “quimera”, vale agregar, “una ilusión producto de la imaginación. 7. Venezuela, en complicadas conversaciones en México para dilucidar cómo define el peliagudo desastre que es hoy. Además, con un “pollo” a quien España no se sabe por qué guarece y un Alex Saab, tal vez, un “gallo libanes, barranquillero o venezolano”, pues ha de tener los tres pasaportes, pero, además, con afiladas espuelas. Su extradición se teme, como con respecto a la del “pollo”. Connotados abogados y lobistas, en sus defensas.
8. Ecuador, en manos de Guillermo Lasso, cuyo patrimonio asciende a más de 40 millones de dólares, exbanquero y para “the media” político de derecha, rezago de la histórica votación en el Senado francés a fin de poner término a la monarquía (673 votos de lo sentados in the “left” versus 325 in the “right””, lado este último donde se hubiere ubicado Lasso. Ha expresado que la deuda del país asciende a $ 80 millones, el 63 % por producto interno bruto. El presidente pudiera, entonces, pagar con su patrimonio la mitad de la deuda de Ecuador, pero la bondad tiene sus restricciones, muchas más en la burguesía. 9. Nicaragua, bajo la mano dura de Daniel Ortega y su particular esposa, quienes ya no consiguen a quién meter preso y 10. En el salvador, Nayib Armando Bukele Ortez, con barba a menudo acomodada y la gorra para atrás, cada día más imberbe y dictador. Hasta aquí las peculiaridades de un escenario preocupante.
Es oportuno, por tanto, el esfuerzo por indagar cuáles países del elenco han avanzado, están en status estacionario o han retrocedido. Pareciera que todos son víctimas del retroceso, pero que Chile, Colombia y Argentina moran en estado estacionario, pero con bombas de tiempo en sus espaldas.
En el arte de las premoniciones una de las frases más usadas es “te lo dije”, la cual suele pronunciar quien vive convencido de que vaticina el futuro. ¿Qué hacer?, en lo relativo a Centro y Suramérica, más que para “premonitores”, pareciera ser para sabios, pero el problema es que hay muchos bastando unos pocos, capaces de edificar “democracias fuertes”, en lo cual ilustra el libro de Benjamin Barber, en cuyas páginas se anteponen las primeras a “las blandas”. El PDF está en español, “Barber y la idea de la democracia fuerte, por Pablo Penas, Universidad de Granada). Noruega, Islandia, Suecia, Nueva Zelanda, Dinamarca, Canadá, Irlanda, Suiza, Finlandia y Australia lo han logrado. Y por qué no los del catálogo de hoy.
Una de las tareas pareciera ser, entre otras, “estudiar a Barber y desde el kínder”. No sería perder el tiempo, pues, si lo hacemos bien los beneficiarios serían 667 millones de personas, distribuidas así: 431 en la parte sur del continente, 80 en América Central y El Caribe y 128 en México.