El día de ayer me reuní con unos amigos para tratar asuntos varios, como suele suceder, saltó a la palestra el aspecto político que actualmente vive nuestro país, todos estábamos de acuerdo en que al actual presidente va a tener días muy duros y que esperábamos que haga lo mejor para el país aunque el hecho de que antes de cumplir una semana en funciones haya conseguido un crédito de 2.000 millones de dólares a una tasa de casi el 10 % no nos da buenos augurios.
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Mientras debatíamos sobre ese asunto y más, uno de ellos se puso a reflexionar y a manera de suspiro solo dijo: “Imaginarse que estamos pasando por momentos tan duros y la gente está más preocupada porque dos equipos de fútbol pasen a la siguiente etapa, quizás si lo prohibieran la gente pensaría en cosas más trascendentales.”
Luego de eso expuso sus razones que básicamente se resumían en:
-El fútbol se ha convertido en una especie de circo romano, utilizado por los políticos para que el pueblo olvide el hambre.
-Las personas gastan más su tiempo debatiendo por cuál es el mejor equipo que en cuál es la mejor forma de salir de la crisis.
-Muchos futbolistas no precisamente son un buen ejemplo, muchos tienen unas vidas muy desordenadas.
-Se puede fomentar el deporte sin necesidad de fomentar el fútbol hay muchos más que podemos explotar en nuestro país e incluso contribuirían más para la salud de los niños tanto física como mental.
-El fútbol está destruyendo a la sociedad, haciendo que evite el debate, que olvide el hambre y a quien se la está provocando, leyes perjudiciales han sido aprobadas luego de partidos importantes aprovechando la distracción de las personas, muchos gastan varias horas a la semana frente al televisor en lugar de leer y crecer en conocimiento.
Todos no pudimos más que callar, sus argumentos eran muy buenos, veía la cara de mis otros amigos consternados queriendo debatir y defender su deporte favorito, me aventuré a hablar antes que ellos porque ninguno de ellos se estaba dando cuenta de cuál era el verdadero debate que debía desarrollarse en este momento.
Recordé lo que había visto hace pocas horas en los medios de comunicación, sobre la Supercom instando a los medios de comunicación a evitar el horario familiar para poner reggaetón, he visto a muchos celebrar la medida pero tampoco se han fijado en que el debate, al igual que en el caso que comenté anteriormente, no está en si el reggaetón es bueno o es malo, deberíamos ponernos a debatir/a reflexionar si debemos continuar dándole el poder a los políticos sobre nuestras vidas, al menos en Ecuador ya nos dan decidiendo a donde comprar, a donde no, a quien comprarle y a quien no, hace pocos años decidieron que cosas se podían ver y decir por televisión, ahora están decidiendo que podemos escuchar y qué no podemos.
Si prohibimos el reggaetón o el fútbol por televisión no estamos solucionando nada, ni siquiera estaremos mejorando algo, porque los problemas continuarán allí, es decir, no porque se lo prohíba en la televisión los niños dejaran de escucharlo o verlo, en las casas en las que les guste pondrán su equipo de sonido y lo escucharan o irán a alguna red social, lo que sea, a quien le guste lo seguirá escuchando o viendo y a los que no les guste y les preocupe que sus hijos se “contaminen” con esa música o lo que sea creo que es momento que aprendan a evitar que la televisión sea quien eduque a sus hijos, pueden apagar la televisión o cambiar de canal en los programas que no les gusten que vean y en esos horarios hacer otras actividades con ellos.
No necesitamos que los políticos se entrometan tanto en nuestras vidas y en la de los demás, necesitamos retomar el control de nuestras vidas y si nos preocupa el futuro de nuestros hijos involucrarnos en su crianza y guiarlos para cultivarles los valores que creamos que son los mejores, si lo hacemos podremos ver y palpar verdaderos resultados y no solo contentarnos con la ilusión que generan esta clase de prohibiciones.