Hace varias décadas que en Ecuador no se vivía un evento como el de los últimos días. Tal acontecimiento nos demostró varias cosas, algunas buenas y otras no tanto.
Resultó interesante observar cómo luego de que las personas se habían asegurado de que ellas y sus familias estaban bien, comenzaron, en muy poco tiempo, a organizarse y movilizarse para ayudar a los demás. Muchos se olvidaron de la crisis, de la escasez y de sus limitaciones, para así brindarles a sus compatriotas el apoyo que necesitaban. En menos de 24 horas, ya se veían camiones repletos de donaciones que se transportarían a las zonas más afectadas.
- Terremoto en Ecuador dejó devastación en varias provincias
- Revelan que Gobierno de Ecuador ordenó bloqueo de internet
Fue inspirador ver a los bomberos y a otras organizaciones que se forman, en gran parte por voluntariado, alistarse e ir a ayudar a personas que incluso viven en otras provincias. El aparataje estatal se veía claramente opacado por la cantidad de personas que brindaron su ayuda y emprendieron comisiones de rescate. Aunque resultó algo duro ver que muchos militares movían los escombros sin los implementos necesarios, fue algo heroico de su parte, pero demuestra lo poco que estamos preparados para esta clase de sucesos.
Por lo pronto, hay mucho por hacer. Esperemos que a nuestros gobernantes no se les ocurra que para salir de esto, se necesitan más impuestos, cuando se pueden implementar medidas como la elaboración de incentivos tributarios (disminuir impuestos) a todo agente del sector privado que realice donaciones, ejecute planes para reconstruir viviendas o ayude a los damnificados con diferentes productos que les permitan seguir subsistiendo en esta dura época.
Esperemos que el Gobierno no quiera sentirse protagonista de esta historia, y que no crea que todo lo que se puede hacer, sólo puede quedar en sus manos. Actualmente, un movimiento político de oposición se encuentra elaborando un proyecto de ley para aprovechar la fuerza solidaria tanto de nuestro país, como del extranjero. Esperamos que sean oídos y que no se los ignore tan solo porque no son “del equipo gubernamental”.
Hasta que el Estado y los diferentes políticos hagan lo que tienen que hacer para ofrecernos mejores condiciones legales, y de esta manera impulsen la ayuda que necesitamos, queda en nosotros seguir haciendo lo que venimos haciendo hasta ahora y duplicar esfuerzos incluso.
[adrotate group=”7″]
Cada hora cuenta, y aunque podamos llevar una botella de agua, una lata de atún o incluso alguna actividad que podamos ofrecerles, tenemos que hacerlo. No desfallezcamos, sigamos demostrando el espíritu solidario que hemos demostrado hasta ahora, multipliquemos esa ayuda para darles algo de alegría a nuestros hermanos, siempre podemos hacer algo aunque sea regalarles una sonrisa o un abrazo que los reconforte. Ecuador es un país solidario, ya lo hemos demostrado, ahora sigamos haciendo hincapié en esto.