EnglishUna semana después de los tiroteos en Francia que dejaron una cifra de 17 muertos, un miembro del partido separatista de oposición de Quebec revivió un polémico plan para secularizar la vida pública en la provincia de habla francesa, y prohibir el uso de las cruces o del hiyab entre los empleados del Gobierno.
Bernard Drainville, un miembro del Partido Quebequés (PQ) en la Asamblea Nacional de Quebec y aspirante a la dirección del partido, sostuvo una rueda de prensa el pasado miércoles 15 de enero, en la que renovó el llamado por una “Carta de Valores de Quebec”.
Drainville declaró a la prensa que la Carta podría ayudar a combatir el fundamentalismo islámico, y que demorar el desarrollo de una discusión formal sobre el asunto, significaría la rendición ante los terroristas: “Pueden pensar que todo esto no son más que tonterías, pero se los digo, siento la responsabilidad de terminar este debate”.
“Si creen que es una buena idea continuar esquivando este debate, postergándolo siempre y nunca enfrentarlo ni resolverlo, creo que estamos engañándonos por completo”, afirmó Drainville quien también indicó planes para crear una “fuerza de trabajo” para combatir el fundamentalismo y los crímenes de honor.
Un arduo y largo trabajo
El primer boceto de la “Carta de Valores de Quebec” original data de septiembre de 2013, cuando el PQ era el titular provincial y Drainville el ministro para las instituciones democráticas y ciudadanía activa. La Carta, producto de un año de deliberación, afirmaba promover “relaciones armoniosas y de cohesión social para un Quebec que es cada vez más multiétnico y multireligioso”.
Tous Québécois, peu importe notre provenance ou nos croyances. http://t.co/vECZ3mBNhO #laïcité #polqc #VotreVoix pic.twitter.com/DS5uW8fu1C
— Bernard Drainville (@drainvillepm) January 18, 2015
En la imagen: “La laicidad es el complemento necesario a nuestra diversidad. Necesitamos un espacio donde todos seamos iguales, sin importar nuestros orígenes, creencias o no creencias. Y este espacio de igualdad es la laicidad”.
El tuit: “todos somos quebequeses, sin importar nuestros orígines ni creencias. #laicidad #polqc #tuvoz”
Entre los elementos de la Carta hubo propuestas para establecer la separación entre la religión y el Estado, forzando a los oficiales a mantenerse neutrales con respecto a la religión, incluyendo una prohibición para los trabajadores gubernamentales de usar “símbolos religiosos que puedan observarse a simple vista”, así como prohibir que cualquier otra persona lleve su rostro cubierto “cuando estén proporcionando o recibiendo servicios del Gobierno”.
Sin embargo, la esperada Carta resultó polémica incluso dentro del partido en pro de la soberanía de Quebec, creando divisiones que contribuyeron a la derrota electoral del PQ en abril de 2014. La victoria del Partido Liberal, el cual obtuvo 41% de los votos frente a los 25% del PQ, provocó la renuncia de la líder del partido, Pauline Marois, y sirvió para alejar aún más el debate de la Carta.
Pero a medida que la carrera por el liderazgo del PQ se intensifica conforme se acercan las elecciones en mayo, Drainville ha enfocado la atención nuevamente en el polémico asunto de las relaciones intraculturales dentro de la región francófona. Su renovada actividad en la Carta está obligando a los otros candidatos por la presidencia del PQ a definir sus posiciones con respecto al tema, y así crear presión en el Gobierno antes de que el mismo realice sus propias propuestas sobre la secularización que serán publicadas más tarde este año.
“Debemos ser muy cuidadosos,” dijo su principal rival Alexandre Cloutier, actualmente en segundo lugar. “Debemos asegurarnos de no ir demasiado lejos”.
Entre tanto, el candidato favorito para las elecciones, Pierre Karl Péladeu, aún tiene que aclarar su posición con respecto a la Carta de Valores.
Por su parte, el partido autónomo pro-Quebec de Coalición por el Futuro de Quebec (CAQ) le solicitó al primer ministro provincial Philippe Couillard que adelantara su propio proyecto de ley secular para el jueves 16, y así ponerle fin al debate.
Preocupación por los derechos individuales
Mientras que la última versión de la Carta ha sido suavizada, muchos han expresado su preocupación por motivos de libertad y de derechos humanos religiosos, debido a que se mantiene la prohibición de vestimenta religiosa en servidores públicos, las instituciones y universidades públicas, y autoridades a nivel municipal.
Cara Faith Zwibel, directora del programa de Libertades Básicas en la Asociación de Libertades Civiles de Canadá (CCLA), informó al PanAm Post que la Carta va en contra de la legislación de derechos humanos tanto nacional como provincial.
“Cualquier ley que busque prohibir el uso de símbolos religiosos constituye una clara violación a la libertad de religión”, señaló Zwibel, “la cual está protegida tanto en la Carta de Derechos y Libertades de Canadá como en la Carta de Derechos Humanos y Libertades de Quebec”.
Haría falta una “justificación muy convincente” para ignorar eso añadió: “y de ninguna forma creo que el hecho de que los servidores públicos escojan usar símbolos religiosos signifique una transgresión a la naturaleza secular o neutral del Estado”.
Zwibel además sugirió que el hecho de que el Partido Quebequés haya dado marcha atrás en la propuesta de prohibir la vestimenta religiosa a los nuevos trabajadores del Estado fue para “evitar algo de controversia”, a la vez que simultáneamente servía para disuadir a los futuros aspirantes de usar dichos símbolos.
La integrante de la CCLA también argumentó que si la Carta o alguna otra disposición similar llegase a convertirse en ley, el resultado podría incluso exacerbar el extremismo y las diferencias intraculturales.
“Restringir los derechos de los individuos —muy frecuentemente los de las minorías religiosas— no resulta en un diálogo constructivo sobre los problemas de la diversidad. Más bien, podría crear un entorno donde las minorías sean percibidas como desagradables, o incluso servir para profundizar tensiones ya existentes.”
"the state must not only be secular it must appear to be," except the crucifix in the National Assembly can stay. http://t.co/pOeAEozr1o
— John Michael McGrath (@jm_mcgrath) January 16, 2015
“El Estado no solo debe ser secular, también debe parecerlo,” excepto que el crucifijo en la Asamblea Nacional puede quedarse donde está.
Algunas contradicciones
A pesar de su herencia rica en diversidad, Quebec ha demostrado en ocasiones anteriores estar notablemente en contra de símbolos visiblemente multiculturales. Una encuesta elaborada en el año 2010 por Leger Marketing encontró que el 73% de los quebequenses apoyaban una prohibición completa de la burka, el velo de cuerpo completo establecido para las mujeres en algunas tradiciones islámicas.
Algunos grupos Musulmanes en Canadá, como el Congreso de Musulmanes Canadienses, también apoyaron la prohibición de las burkas, expresando preocupación por los derechos humanos y declarando que el vestido tiene dudosa justificación en las escrituras. Morton Weinfeld, un profesor de sociología en la Universidad McGill de Montreal, ha resaltado las décadas de esfuerzo para eliminar la influencia pública del catolicismo en la provincia, como una manera de sentar un precedente para los recientes movimientos hacia la secularización.
Sin embargo, en la Carta Drainville hace excepciones como la no prohibición de símbolos religiosos como el crucifijo prominente en la Asamblea Nacional de la provincia, y una cruz iluminada de 31 metros en Montreal Mount Royal “por ser de importancia histórica”. Esta explicación ha sido calificada por algunos como hipócrita.
Traducido por Rebeca Gónzalez.Editado por Sabrina Martín y Daniel Duarte.