El pasado 30 de junio se vencieron los US$539 millones correspondientes al pago de intereses del bono Discount propiedad de los tenedores de bonos reestructurados. Una orden judicial del juez federal de Nueva York Thomas Griesa bloqueó el pago del Estado argentino a estos bonistas haciendo alusión al principio pari pass«, es decir, igualdad de condiciones para todos los tenedores de bonos: no se le puede pagar a uno sí, y a otro no, lógico.
El pago de estos $539 millones tenían 30 días de gracia que se vencieron el pasado 30 de julio a última hora. Es decir el Estado argentino no pudo cumplir con sus obligaciones con estos bonistas, más allá de que el pago haya sido liberado, los bonistas no recibieron un dólar.
Muchos dirán que entramos en default, pero la realidad es que desde diciembre de 2001 nunca dejamos de estarlo. Nunca se pudo acordar el pago con el 100% de los bonistas, que sería la única situación con la cual se saldría del default. Ahora, no solamente seguimos en impago por no acordar el pago de los bonos no reestructurados, sino que tampoco podemos pagar los bonos reestructurados por el fallo del juez Griesa.
¿Qué se pudo haber hecho para evitar este retroceso de dejar de pagar a los bonos ya reestructurados?
El reconocido economista argentino Jose Luis Espert explica muy bien la solución más lógica: «Si el motivo real, como sugiere el Gobierno, por el que no quiere acatar la sentencia de Griesa, es que se active la cláusula RUFO con lo cual las demandas totales contra Argentina podrían ascender al rango de $150.000 millones a $400.000 millones. ¿Por qué no pagó cash? y presupuestar, con impuestos o baja del gasto público, el pago de los $15.000 millones restantes que son el 100% de los holdouts, según Cristina. Era la manera más aséptica y limpia de cumplir con la sentencia del juicio que había perdido.»
Recordamos que la cláusula RUFO (Right Upon Future Offers) significa que si el Estado argentino ofrece mejores condiciones a un grupo de bonistas (en este caso el fondo Elliot) los bonistas que sí entraron en la reestructuración tienen el derecho de exigir las mismas condiciones. Sin embargo, en la propuesta del doctor Espert no existiría la condición de «acuerdo voluntario» que necesita la cláusula RUFO, ya que no se estaría negociando libremente, sino que se estaría acatando un fallo judicial.
¿Por qué no se tuvo en cuenta el hecho de pagar en efectivo la deuda al fondo Elliot?
A pesar de que el monto a pagar al fondo Elliot representa el 10% de la recaudación de un mes del Estado argentino, el gobierno no quiere tener nada que ver con el pago de esta deuda. Quieren como sea patear el problema para la próximo presidencia a partir del fines del año que viene.
Para eso deberían pagarle a los holdouts con bonos, abriendo la puerta a la cláusula RUFO que haría caer toda la deuda reestructurada, dejando al país con un monto a pagar igual al de su PBI anual. Como no pueden hacer esto, pidieron un stay, es decir, una medida cautelar hasta principios del año que viene para que la cláusula RUFO quede sin efecto y se pueda negociar el pago sin ningún problema.
Este gobierno, acostumbrado a llevarse todo por delante, se encontró con instituciones que hacen valer los contratos firmados y para las cuales el fallo de un juez vale. Perdieron.
Si hacíamos lo que propone Espert, ¿salíamos del default?
No, todavía quedaría pendiente el acuerdo con el resto de los bonistas que no entraron en la reestructuración y que no pertenecen al Fondo Elliot, pero sí se hubiese dado un gran paso adelante, con nuevas inversiones en el país como resultado, para amortiguar las consecuencias de la crisis económica existente, la inflación constante, la recesión, la falta de empleo, el déficit fiscal y el déficit comercial.
¿Por qué caemos/vivimos en default?
Que la Argentina esté en default no es algo nuevo, al contrario, desde su independencia ha estado en default (el 36% de sus años de historia).
Argentina es un país saqueado por su propio gobierno que incentiva mediante sus medidas populistas la no-creación de riqueza. En Argentina se le ponen trabas a los que intentan crear riqueza y dar empleo mediante impuestos y regulaciones ridículas. En Argentina, para ser un empresario exitoso, es mas importante el poder de lobby y las amistades con funcionarios públicos que el darle un buen servicio a los consumidores, nosotros.
Si el incentivo entonces es no-crear riqueza sino esperar que otros la generen por nosotros, estamos ante la presencia de una bomba de tiempo. Cada vez va haber mas mantenidos que mantenedores. Mientras el gasto público sigue creciendo, la recaudación seguirá bajando aunque la carga fiscal sea confiscatoria, ¿quién invierte en un país donde hay que pedir para dar trabajo y generar riqueza? ¿quién invierte en un país donde la división de poderes no existe y el Ejecutivo es amo y señor del Estado? ¿quién invierte en un país donde el emprendedor es considerado un vende patria?
¿Cómo afecta esta situación al ciudadano común?
La economía argentina vive hace ya varios años una de las inflaciones mas altas del mundo (sólo superada por Venezuela): recesión, gasto público enorme que no provee ningún servicio decente, déficit fiscal y déficit comercial.
Esta situación sólo puede traer tal vez menor inversión de parte de los actores internacionales que ya se encuentran participando en el mercado, pero el perjuicio principal de no resolver esto es evitar que venga el salvavidas que necesita el país. El resolver esta situación significaba una inyección de dólares importante desde el exterior para actividades productivas a desarrollar en el país.
Así es, el no acordar con los holdouts no es un problema, pero sí es un rechazo a una ayuda importante para los problemas que ya existen hace rato en la economía argentina.
¿Y ahora? ¿Cómo seguimos?
Lamentablemente líderes de la oposición como Hermes Binner, segundo en la pasada elección presidencial, acusa a el juez Griesa de no ser imparcial y estar del lado de los «fondos buitre». La realidad es que estos fondos tienen un papel donde dice que la Argentina debe, y es lo que exige. Que por otro lado haya un fallo favorable es simplemente la exigencia legal de que el Estado argentino cumpla con las obligaciones asumidas voluntariamente. El oficialismo es un mono con navaja, pero la oposición de centro-izquierda no se diferencia mucho.
La alternativa tiene que ser otra, una alternativa donde los ciudadanos no tengamos que pagar la fiesta de unos pocos (aunque estos hayan sido electos dramáticamente). La alternativa del progreso, la alternativa para salir de todo eso hoy, y para siempre, es una: la libertad.