Van más de 40 días de protestas en Nicaragua y la situación es cada vez más preocupante. Los días parecen contarse con las vidas de las personas fallecidas en el marco de la crisis sociopolítica, número que ya asicende a 80 personas, según la Asociación Nicaragüense Pro Derechos Humanos (ANPDH).
Hasta el pasado viernes 25 de mayo se contabilizaban 78 muertos, pero la cifra aumentó tan solo 24 horas después con cuatro nuevas víctimas, entre ellas un menor de 17 años que fue baleado por unos hombres que llevaban el rosto cubierto a bordo de una camioneta, según detallaron familiares de la vícitma.
El Gobierno solo ha reconocido la muerte de 22 personas, pero ha sido la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) la que ha revelado, tras una exhaustiva investigación, que hasta el pasado 21 de mayo han muerto al menos 76 personas por el “uso excesivo de la fuerza por parte de cuerpos de seguridad del Estado y de terceros armados, a los que llama “parapoliciales”.
El descaro del régimen al mentir con las cifras de heridos, desaparecidos y fallecidos, y sus intentos por ocultar graves violaciones de derechos humanos, amenazando y sancionando a los medios de comunicación que reportan lo que en realidad ocurre, solo enfurece más a la población que pide a gritos justicia y democracia.
Tanto la sociedad civil como el Gobierno aseguran que están dispuestos a sentarse a dialogar para tratar de resolver la crisis. Sin embargo, ya se intentó instalar una mesa de negociación con la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN) como mediadora y la misma fue suspendida el pasado miércoles 23 de mayo por falta de acuerdos; y es que para el Gobierno lo que se discutía era una “ruta para un golpe de Estado”.
Cabe destacar que los propios obispos desmintieron que esto fuese cierto y explicaron que la propuesta es adelantar las elecciones como una opción constitucional para que el pueblo sea el que decida democráticamente.
Mientras la ruta constitucional y pacífica hacia la democratización de Nicaragua sea vista por el gobierno como golpe de estado y ni siquiera deseen hablar de ello, será imposible algún diálogo para poder superar la crisis política que sufre el país.
— Silvio José Báez (@silviojbaez) May 24, 2018
Iglesia Católica no se dará por vencida
A pesar de no haber conseguido ningún avance en el primer intento, la Iglesia Católica aseguró que no se dará por vencida y programó para este lunes 28 de mayo la primera sesión de la “comisión mixta” que pidió crear con miembros de la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia, y del régimen.
“Estamos haciendo todo nuestro esfuerzo para seguirle dando esperanza a este pueblo, para que no se agoten los recursos, para que esa rendijita no se termine cerrando, esa ventanita donde hay un poquito de luz, de esperanza de paz”, manifestó el Monseñor Rolando Álvarez, obispo de la Diócesis de Matagalpa.
La Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia, que integra a estudiantes, empresa privada, campesinos y sociedad civil, aseguró que está dispuesta “a sumar esfuerzos para flexibilizar” los bloqueos de las calles (petición del Gobierno), pero siempre y cuando los representantes de la administración de Daniel Ortega “se comprometan a reanudar el diálogo de manera genuina”, a sabiendas de que la principal petición de la Alianza es trabajar en una agenda de democratización del país en la que se adelanten los comicios electorales.
Sin embargo, hasta ahora el Gobierno ha demostrado que no está dispuesto a ceder al no cumplir con las dos condiciones que la Alianza Cívica considera básicas para dialogar: “el cese de la represión y el desmantelamiento de las fuerzas parapoliciales”.
En cualquier caso, la presión nacional está evitando la gobernabilidad de Ortega y esto, más la presión internacional que desde ya parece estarse preparando para actuar en caso de que no haya una pronta mejora de la situación, podría llevar al quiebre del gobierno.
“Sabemos que Daniel Ortega no tiene interés en dialogar y lo demuestra cuando la respuesta ha sido un ataque brutal y sangriento a los pobladores (…), pero sabemos que junto a la movilización y la presión, él tiene que irse“, aseguró a PanAm Post a mediados de mayo, la presidenta del partido político nicaragüense de oposición Movimiento Renovador Sandinista (MRS), Suyén Barahona.