Tras los presuntos “ataques acústicos” que han afectado al menos a 21 estadounidenses en Cuba, la Casa Blanca decidió retirar a más de la mitad de su personal diplomático y pidió a sus ciudadanos no visitar la isla.
A pesar de que aún no se tiene conocimiento de algún turista estadounidense que haya sufrido los mismos síntomas que los diplomáticos, el Gobierno estadounidense emitirá una advertencia, lo que no solo da un golpe a la ya delicada relación entre ambos países, sino que también afectará económicamente a la isla caribeña.
El Gobierno estadounidense ya había informado que la medida de sacar a parte de su personal de Cuba y de advertir a sus ciudadanos se estaba evaluando.
“El secretario (Rex Tillerson) está revisando todas sus opciones” y la “mejor manera de proteger al personal estadounidense”, había anunciado la portavoz del Departamento de Estado, Heather Nauert “en referencia a si vamos a cambiar o no el número de empleados” en Cuba.
Sin embargo, no todas las medidas que estaban bajo evaluación se han llevado a cabo. Por el momento, Estados Unidos no ha ordenado la salida de más diplomáticos cubanos salgan del país norteamericano, a pesar de que varios legisladores habían solicitado su expulsión.
Es importante resaltar que el pasado mes de mayo el Gobierno estadounidense pidió a dos diplomáticos cubanos que se fueran de suelo norteamericano; sin embargo, se aclaró que era para protestar por el fracaso de La Habana de proteger a los diplomáticos en su suelo y no como acusación de que Cuba fuera el responsable de los presuntos ataques.
Por ahora, se desaojará al 60 % de los funcionarios estadounidense en La Habana y solo permanecerán en la isla los “empleados de emergencia”.
Asimismo, Estados Unidos detendrá por tiempo indefinido el proceso de visado en Cuba.
Fuentes: Cubanet, El Nuevo Herald, Infobae, Bloomberg.