
Iván Canelas, gobernador de Cochabamba, desata polémica tras comparar la muerte del guerrillero argentino-cubano, Ernesto “El Che” Guevara, con Jesucristo.
“El Che ha trascendido la muerte ¿qué quiere decir eso? Que el Che sigue viviendo, el Che vive y no vive en Bolivia, no en Cuba, (sino) en todo el mundo, hay muy pocos hombres que han trascendido la muerte (y es el caso) del comandante Castro, el comandante Chávez, Gandhi y Mandela en lo político, y en lo científico está Albert Einstein y también Jesús, Cristo, él también ha trascendido la muerte”, manifestó Canelas durante su discurso en el acto de inauguración de un colegio técnico humanístico que lleva el mismo nombre que el guerrillero.
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“Estos grandes hombres como el Che han dejado con su muerte una semilla y ¿qué es la semilla? Cuando la semilla cae a la tierra, en buena tierra, la semilla crece, vuelve a nacer, nace un gran árbol, y en el caso de estos grandes hombres, en el caso del Che, cuando ha muerto ha nacido sus ideas, su lucha, su revolución y por eso es importante que este colegio técnico humanístico lleve el nombre de un gran hombre nacido en Argentina”, añadió.
La comparación del gobernador generó molestia en miembros de la Iglesia católica.
De hecho, el vicario jurídico del Arzobispado de Cochabamba, sacerdote jesuita Miguel Manzanera, opinó que la declaración del gobernador es un acto “fuera de lugar”, por la diferencia entre los personajes.
“Yo creo con todo respeto que no se puede comparar. Físicamente quizá porque la cara del ‘Che’ (luego de su muerte) mostraba que era de una persona que había sufrido y que ya descansa, pero comparar las vidas del ‘Che’ Guevara y Jesús me parece que es algo fuera de lugar”, comentó el sacerdote.
“El ‘Che’ Guevara es alguien que mató a mucha gente y no solamente en las guerrillas, sino también antes estuvo un tiempo en La Habana, al comienzo de la revolución castrista y estaba ocupado de los prisioneros y se cuentan cosas horribles”, señaló el religioso.
Asimismo, el sacerdote resaltó que el guerrillero “no vino a dar abrazos sino vino a crear una revolución sangrienta, o sea que vino con armas. Todos lo que son las armas Jesús las rechazó”.
Fuentes: El Deber; Página Siete.