El presidente de Ecuador, Lenín Moreno, se refirió al expresidente Rafael Correa como “capo” a través de su espacio semanal “El Gobierno Informa”.
“Amigas y amigos, hemos dado muestras de que no encubriremos a nadie y ratificamos ese compromiso ¡No a la venganza, sí a la justicia!, ¡No a la persecución, ni a la impunidad!”, manifestó el mandatario ecuatoriano.
“La lucha contra la corrupción debe ser así, sin diferencias político partidistas, ¡Es una lucha de toda la sociedad!. La lucha contra la corrupción no admite lealtades malentendidas, ¡Lealtad no es obsecuencia!, ¡Lealtad no es la sumisión al capo, ni defensa al amigo vivaracho!”, añadió sin aclarar a quiénes se refería, aunque uno de los distanciamientos entre Correa y Moreno ha sido precisamente por el vínculo de corrupción del vicepresidente Jorge Glas en el proceso de asociación ilícita por la trama de sobornos de Odebrecht.
Asimismo, en su programa, el jefe de Estado confirmó que se está “analizando llamar a una consulta” popular para que los ciudadanos se pronuncien “sobre los cambios que se deben introducir para garantizar una democracia plena, sin caudillismos y con entidades transparentes, que garanticen el control de lo público”.
La consulta, ha sido considerada por Correa como la mayor “traición a la Revolución Ciudadana” que ambos dicen defender desde ángulos distintos, por lo que la relación entre el presidente y su antecesor parece que continuará deteriorándose.
Estas y las diferencias sobre la situación económica del país, continúan trayendo discusiones entre los líderes ecuatorianos. Según Correa, su administración le dejó “la mesa servida” a Moreno en cuanto a la economía del país; sin embargo, el actual presidente ha anunciado que el endeudamiento del Estado es mucho mayor a lo indicado.
Las diferencias entre un presidente y otro han estado marcadas desde el discurso de posesión de Moreno en el que marcó distancia al modelo anterior.
Fuentes: La República; Ecuador Inmediato.