El pasado sábado 19 de agosto miles de activistas marcharon en Boston en rechazo a los nacionalistas y supremacistas blancos que hace una semana organizaron una concentración en Virginia, la cual terminó en violencia y en la muerte de una activista antirracista.
Tras la en Charlottesville y la polémica reacción de Donald Trump, los manifestantes que condenaron el racismo y a la extrema derecha, llevaban mensajes en sus pancartas como: “No hay lugar para el odio” y “Váyanse, nazis”.
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La manifestación conformada por aproximadamente 15.000 activistas se movilizaron a la histórica plaza Boston Common y muchos de ellos se concentraron en torno a una tarima donde un pequeño grupo de conservadores tenía pensado pronunciar discursos.
Los conservadores fueron sacados de la zona en camiones policiales tras forcejeo entre ambos bandos; sin embargo, al final de la marcha manifestantes antirracistas fueron violentamente reprimidos por la policía, según un fotógrafo de AFP. La policía de Boston arrestó a unas 27 personas, según indicó el comisionado William Evans.
Eventos similares fueron programados en otras ciudades, como Atlanta, Dallas y Nueva Orleans, cerrando una semana de fuertes debates sobre el tema racial en el país norteamericano.
“Quiero aplaudir a los numerosos manifestantes de Boston que se expresan contra la intolerancia y el odio. Nuestro país estará pronto unido“, escribió el presidente estadounidense Doland Trump, luego de calificar a esos mismos manifestantes antiracistas como “agitadores”.
Por otra parte, la hija del mandatario estadounidense, Invanka Trump y quien vale destacar que es judía, se sumó a la celebración y comentó: “Fue hermoso ver a miles de personas en todo EE. UU. reunirse para denunciar la intolerancia, el racismo y el antisemitismo. Debemos mantenernos juntos, unidos como estadounidenses“.