El ex presidente de Perú, Alan García, afirmó que hay una “obsesión” por querer criminalizarlo, pero que “nunca” habrá alguien que lo vincule con la recepción de dinero ilícito.
“En su desesperación por encontrarme algo no me encuentran cosas porque yo no nací para ladrón, como algunos, sino para la gloria de poder conducir a nuestra patria a un camino mejor”, aseguró García.
Según el exmandatario, “nadie nunca ha dicho, ni podrá decir porque no hay nada” de que él tenga que ver con algo de dinero.
“Hay la obsesión de que García puede querer hacer algo en política o influir en política. Hay que criminalizarlo, hay que liquidarlo, como si las cosas fueran muy bien cuando me criminalizan, según se ve no van muy bien”, aseguró.
“Tengo paciencia, constancia, las manos y la conciencia limpia. A otros los agarraron con US$20 millones (en referencia al ex mandatario Alejandro Toledo), US$3 millones (en referencia al ex presidente Ollanta Humala) y con agendas (ex primera dama Nadine Heredia). Yo no tengo nada que ver con dinero (ilícito)”, reiteró.
Los comentarios de García se dan tras haber acudido a declarar el pasado martes 8 de agosto, en calidad de testigo, ante la Primera Fiscalía Provincial Corporativa Anticorrupción, a donde fue citado por un caso referente a la construcción de un complejo habitacional en la zona de Collique.
El expresidente llegó a la sede fiscal, ubicada en el jirón Lampa del Centro de Lima, a las 9:40 a.m. y permaneció ahí hasta minutos después de la 1:40 p.m.
“¿Cuál es la discusión? Que era un terreno que estuvo dedicado a la aviación civil, una escuela de aviación civil en avionetas durante 70 años pero estaba ya dentro de la ciudad y pertenecía al Ministerio de Defensa. El Mindef, dentro de nuestra política de ofrecer terrenos para que se levanten viviendas sociales, aceptó una iniciativa de una empresa para construir primero 16 mil viviendas y luego Pro Inversión decidió que eso no seguía, pero el Tribunal Constitucional decidió en sentencia inapelable que se continuara con la iniciativa privada”, comentó.
“Así fue, se mejoró en ese trato hasta llegar a las 22 mil viviendas y duplicar el precio por metro cuadrado de terreno, que era un terreno eriazo de 34 hectáreas”, concluyó.
Fuentes: Perú21; El Comercio; La República.