El pasado jueves 30 de marzo, el régimen venezolano emitió un decreto en el que restringen la venta de los carros ensamblados en el país. Ahora, los venezolanos solo podrán comprar un auto ensamblado nacionalmente, cada tres años.
La medida llamada por el gobierno como el “plan de reimpulso de la industria automotriz Venezuela en Movimiento” también establece que los autos ensamblados localmente y que sean vendidos en bolívares podrán contar con una exoneración de impuestos de casi el 30 %, mientras que aquellos vendidos en dólares solo contarán con un descuento del 15 %.
El presidente de la Cámara de Fabricantes de Productos Automotores, Omar Bautista, explicó que el “reimpulso de la producción estará basado en esa reducción”.
La industria automotriz venezolana se encuentra bastante limitada; de hecho, las concesionarias han optado por otras alternativas para poder mantener las nóminas vendiendo vehículos usados y otros insumos relacionados con la parte automotriz.
Según la Cámara Automotriz, el pasado año 2016, las ensambladoras e importadoras solo lograron vender 3008 vehículos.
La principal causa que han afectado esta industria ha sido la falta de divisas para comprar partes o unidades en el exterior, y es que Venezuela se rige por un fuerte control cambiario. La caída del precio del petroleo, ha generado que se reduzcan considerablemente las asignaciones de divisas que deberían ser otorgadas por el gobierno.
“Es urgente revisar las políticas económicas de ese sector, a objeto de que haya mayor libertad para las negociaciones en el extranjero”, dijo por su parte, el presidente de la Asociación de Distribuidores de Automóviles de Nueva Esparta (Adane), Gabriel Briceño.
Fuentes: Panorama; El Sol de Margarita.