El Gobierno venezolano inició con su plan de combatir lo que Nicolás Maduro ha calificado como una “guerra contra el pan” y detuvo a a dos panaderos por hacer brownies (bizcochos de chocolate) con harina de trigo en mal estado.
La medida del gobierno especifica que el 90 % de la harina de trigo debe ser destinada a la elaboración de panes salados con precio regulado, por lo que el régimen venezolano envió esta semana a más de 700 inspectores para verificar que se aplique el pedido del mandatario.
Héctor José Guillote Marrero y Wilmer Oswaldo Camargo Castillo fueron los detenidos por utilizar harina vencida. Asimismo, fue sancionada su panadería y se ordenó que esta fuera ocupada por el Estado durante 90 días.
Actualmente, las panaderías en el país suramericano no solo deben enfrentar el control de precios, de cambio y el monopolio gubernamental de la importación de materia prima, sino que también están obligadas “les guste o no” a cumplir con tres requisitos: producción continua, regulación de materia prima y verificación de la legalidad de los insumos.
“El gobierno monopolizó la importación de todos los insumos alimenticios y todo lo que monopoliza el gobierno termina siendo una trampa de ineficiencia y corrupción que la paga el consumidor y colapsa las empresas”, explicó Víctor Maldonado, director ejecutivo de la Cámara de Comercio, Industria y Servicios de Caracas a PanAm Post.
El representante gremial explicó que el problema es que el pan de consumo cotidiano (canilla) está regulado a un precio que no puede compensar los costos de producción; costos que se ven impactados por a veces tener que adquirir la harina a un dolar que no es el preferencial o en su defecto a revendedores informales, por lo que recurren a otro tipo de productos que puedan garantizar el mantenimiento de sus panaderías.
Fuentes: La Gaceta; El Impulso.