Ciudad de México aprobó el derecho a la muerte digna en su nueva Constitución.
“Este derecho humano fundamental, el de la determinación y el libre desarrollo de una personalidad, deberá posibilitar que todas las personas puedan ejercer plenamente sus capacidades para vivir con dignidad. La vida digna contiene implícitamente el derecho a una muerte digna”, indica el artículo 11 discutido por los asambleístas.
Con 56 legisladores a favor, 27 en contra y una abstención, fue aprobada la iniciativa que se contemplará como opción para los enfermos.
La nueva reforma complementa la Ley de Voluntad Anticipada aprobada en 2008, que le permite al enfermo al que se le hubiese diagnosticado una enfermedad terminal, poder renunciar a cualquier tipo de tratamiento que prolongue su vida.
La iniciativa fue propuesta por Jesús Ortega del Partido de la Revolución Democrática (PRD), y sería la primera aprobación en la materia, en todo el país.
El derecho a la “muerte digna” podría extenderse en toda la nación según explica el constitucionalista Diego Valadés, ya que “de acuerdo con la Constitución federal, el artículo primero reconoce la progresividad y universalidad de los derechos fundamentales. Esto quiere decir que los derechos que se adquieren en un lugar del país se consideran como referentes en el resto de Estados”.
La iglesia mexicana ya se ha manifestado respecto a la aprobación de dicha ley, y ha advertido que se trata de una capital “asesina” y que el texto que preparan los diputados no es más que un “bodrio”.
Esta no sería la primera ley que causa polémica entre los católicos. La capital mexicana es pionera en permitir la interrupción libre del embarazo y lucha por los derechos de los homosexuales.
Fuentes: El País; Informador; Hipertextual.