
El 50 % de los bosques en Nicaragua se han perdido, de acuerdo a datos proporcionados por la Estrategia Forestal de Deforestación Evitada que cifran la cobertura en 2.200.939 hectáreas, según la última cifra registrada en el 2011.
En 1980 se registraron 7.225.300 hectáreas de bosque, y se han ido perdiendo hectáreas con el pasar de los años, lo que afecta directamente las reservas de aguas nacionales.
“Sabemos que el bosque está relacionado con la parte de agua. No podemos desvincular el recurso bosque del recurso agua. Al desaparecer los bosques, principalmente de las zonas de las cuencas hídricas, las zonas de recarga hídrica se ven afectadas. Eso altera los ciclos del agua subterránea como superficial y afecta la parte de los ríos, por ende la fuente de disponibilidad de agua para las comunidades”, menciona Jurguen Antonio Guevara, oficial de industrias extractivas del Centro Humboldt.
Guevara también explicó que la pérdida de bosque también afecta la fauna silvestre y todo su ecosistemas,sobretodo en los mamíferos medianos y grandes.
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“De continuar el ritmo de depredación actual, según datos que hemos corroborado de otras instancias gubernamentales de 10 a 15 años es lo que se podría esperar para no tener bosques del todo. Incluso algunas estimaciones más alarmantes hablan de que son de 7 a 8 años los que nos quedan de continuarse o incrementarse el ritmo actual”, dijo.
A pesar de este problema, y todas las consecuencias que esto podría tener, el Gobierno se mantiene en silencio.
Medios nacionales de han tratado de comunciar con el Ministerio de Ambientes y Recursos Naturales (Marena) y el Ejército Nacional, para realizar una entrevista y expliquen el papel que tienen frente a la conservación de la Reserva Biológica Indio Maíz; sin embargo, no han obtenido respuestas de su parte.
Por otra parte, la Federación de Asociaciones Ganaderas de Nicaragua (Faganic) expresó desconocimiento con respecto al tema, asegurando no saber quiénes eran los ganaderos que estaban entrando a la Reserva Biológica Indio Maíz, en el Sur de Nicaragua, a deforestar para dar paso a la ganadería extensiva.
Asimismo, el presidente de Faganic, Álvaro Vargas aseguró que su rubro no es el único que está dañando los bosques de reserva.
“No nos estamos justificando, pero no somos los únicos culpables. La ganadería, si bien es cierto, está presionando las áreas protegidas, pero se hace a vista y paciencia de las autoridades”, dijo Vargas.
“Nosotros en Faganic estamos en contra de que la ganadería esté avanzando hacia las áreas protegidas y por eso estamos promoviendo el cuido del medio ambiente en nuestras reuniones, por eso hemos buscado financiamiento para este proyecto, en las instancias internacionales, para hacer ganadería sostenible, pero eso también es responsabilidad del sistema financiero del gobierno”recalcó.
Fuentes: Confidencial