Uno de los más grandes miedos que ha generado la implementación de los acuerdos entre el Gobierno Nacional y las FARC son las posibles disidencias que se generarían en las filas de la guerrilla por los miembros que querían continuar delinquiendo y no acogerse a los beneficios que entregará el estado colombiano a los combatientes.
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El propio fiscal General asegura que hay miembros de la guerrilla que quieren continuar delinquiendo y bajo su discurso político argumentan que quieren continuar en la lucha armada, pero sus verdaderos intereses son los negocios ilegales que eran manejados por las FARC como el narcotráfico y la minería ilegal, que han sido el motor financiero del grupo subversivo para financiar “su lucha”.
Hasta el momento las cifras oficiales entregadas por el comandante del Ejército, general Alberto José Mejía, dicen que cinco estructuras de las FARC han decidido mantenerse en la ilegalidad y que entre el cinco y el siete por ciento de los combatientes del grupo subversivo no se van a desmovilizar. Estos corresponden a los frentes primero, séptimo, 44 y Acacio Medina del bloque Oriental, también el 14, que forma parte del bloque Sur según dice el diario El Tiempo.
Las disidencias no son todas organizadas. También hay grupos ilegales dedicados al narcotráfico como el Clan del Golfo que están reclutando miembros de las FARC ofreciéndoles un pago de 1’800.000 pesos (USD $628,2) para que simplemente “cambien de brazalete” y se unan a otros grupos que hacen lo mismo que las FARC en cuanto a las actividades económicas, pero sin un discurso político definido, aunque hay quienes los acercan al paramilitarismo porque la mayoría de ellos vienen de esos grupos.
Durante esta semana el problema de las disidencias se hizo más evidente por panfletos que han aparecido en el Tolima en el que se anuncia que una estructura guerrillera que opera en ese departamento seguirá realizando actividades delictivas y anuncian juicios políticos para funcionarios públicos de esa región.
El Gobierno ha repetido varias veces que las disidencias están siendo controladas. Sin embargo, continúan apareciendo más estructuras que quieren desmovilizarse, los diferentes grupos armados ya copan los territorios de FARC mientras los guerrilleros empiezan a llegar a las zonas de concentración donde deberán a empezar a entregar sus armas y definir su situación jurídica.