La prestigiosa calificadora de riesgo Standard & Poor’s, tras analizar la reforma tributaria que fue implementada en Colombia con la que se le aumentó la carga de impuestos a los colombianos y la base gravable, decidió mantener la baja calificación de riesgo que tiene para el país, es decir, sigue siendo BBB.
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Se suponía que uno de los fines de la reforma tributaria era subir la calificación del país ante las firmas más reconocidas. Sin embargo, la reforma se quedó corta ya que lo más seguro es que ahora el país tendrá más dificultad para endeudarse ante entidades internacionales, lo que explicaría la baja calificación, ya que esta refleja la solidez del sistema financiero del país, ya que a menor calificación más riesgo para el que presta.
El argumento principal de la reforma tributaria fue evitar que la percepción de calificadoras como Standard & Poor’s siguiera bajando, pero este sería un primer aviso de que las nuevas reglas de la tributación en Colombia fueron infructuosas e incluso Colombia tiene riesgo de que su calificación empeore aún más.
La decisión de la calificadora, según reseña el diario El Espectador, se debe a “la debilidad de los precios mundiales de las materias primas ha pesado sobre las perspectivas de exportación, inversión y crecimiento de Colombia, y al mismo tiempo la deuda externa ha seguido aumentando fuertemente como porcentaje del PIB”.
La calificadora considera que la reforma tributaria demuestra un compromiso político para reducir el déficit de las administraciones públicas. Sin embargo, espera que la deuda pública frente al PIB aumente hasta el 38 % durante los próximos dos años, mientras que la carga de intereses aumentaría agudamente y esperan que se mantenga al 12 % de los ingresos según dice Standard & Poor’s en el informe entregado.
Según reseña El Espectador el analista de la firma Valora Inversiones, Camilo Silva, la decisión de la calificadora indica que la reforma tributaria no fue suficientemente buena, ya que esperaban al menos que la perspectiva fuera estable y Colombia quedara fuera de la amenaza de una posible rebaja.
Fuente: El Espectador