La polémica sobre los impuestos a las bebidas azucaradas sigue creciendo en Colombia. El 23 de septiembre, la Cámara de Bebidas de la Asociación Nacional de Industriales (ANDI) publicó un estudio en el que se analiza las experiencias internacionales relacionadas con la carga tributaria a las bebidas azucaradas y así tratar de demostrar que con impuestos no se reduce el consumo como lo ha expuesto el Gobierno.
Por otra parte el gobierno dice estar preocupado por el excesivo consumo de estos productos y las posibles enfermedades que esto genera como la obesidad, diabetes o incluso enfermedades mentales como la esquizofrenia, por lo que piensan integrarlo en la reforma tributaria que preparan para presentar en el Congreso el próximo mes.
- Lea más: Proponen más impuestos en Colombia para tapar déficit de US$8 mil millones
- Lea más: Colombia: el país donde las empresas más pagan impuesto a la renta en Latinoamérica
A pesar de que la medida del Gobierno ha sido apoyada por algunos académicos como Barry Popking, profesor de la Universidad de Carolina del Norte, han llegado algunas críticas por parte de la ANDI ya que desde esta organización argumentan que el aumento de impuestos puede generar otros problemas como el desempleo, ya que el consumo disminuye, pero no la obesidad, generando así pérdida de empleos sin ningún sentido.
Así lo afirma el Director de la Cámara de la Industria de Bebidas de la ANDI, Santiago López, quien habló con PanAm Post sobre la medida del Gobierno de aumentar la carga tributaria para las bebidas azucaradas y criticó la posible medida de la próxima reforma tributaria.
¿En qué consiste el estudio que hizo la ANDI sobre el impuesto a las bebidas azucaradas?
En la ANDI tenemos la convicción que las políticas públicas que se promuevan y que se adopten en el país deben tener siempre un sustento en la evidencia, en la ciencia y en la práctica para tener certeza sobre la conveniencia o no de una u otra propuesta, de una y otra política a implementar. Por eso, solicitamos a el Dr. Mauricio Santamaría, exministro de Salud y Exdirector de Planeación Nacional que realizara un análisis de la evidencia internacional y de los efectos sociales, económicos y de salud que este tipo de medidas tendría en el país.
¿Por qué no deben ser gravadas las bebidas azucaradas?
La campaña para promover este tipo de impuestos ha partido de generar animadversión sobre las bebidas y su industria, de allí que una de las mentiras que se han difundido es que las bebidas no están gravadas actualmente, desconociendo que las bebidas tienen un IVA monofásico del 16 % que se cobra en la primera operación comercial para facilitar el recaudo, desconociendo que las bebidas aportan con impuestos al igual que todos.
¿Cómo afectará la reforma tributaria a las bebidas azucaradas?
Como a muchos alimentos y sectores de la producción, muy probablemente, tendremos modificaciones en nuestro marco tributario, con aumento en las tarifas del IVA entre otras. Sin embargo, el principal asunto de este sector está ligado a la propuesta de establecer un impuesto extra, especifico, a las bebidas que provengan de la industria cuando con sean lácteas, no sean alcohólicas y contengan azúcar y esta propuesta del Ministro de Salud de ser adoptada afectará notablemente la percepción que los consumidores tienen de estos productos, ya que los ubicaría en una categoría similar al tabaco cuando la evidencia científica no respalda este planteamiento.
¿Qué experiencias han tenido para determinar que la medida no es conveniente?
Los impuestos con fines de desestímulo para las bebidas y los alimentos son un experimento regulatorio que en pocos países se han establecido. Dinamarca es un caso emblemático ya que estableció impuestos a la grasa, entiéndase mantequillas, tocinetas, aceites con el propósito de mejorar la salud y en resultado fue un alto impacto en consumidores y comerciantes sin ningún resultado en salud, por lo cual a los 18 meses el Congreso eliminó el impuesto, no obstante el recaudo que les daba.
En México se estableció el impuesto y dos años después no existe una sola cifra de reducción de obesidad y sí grandes impactos que llevaron al cierre de más de 30.000 tiendas, la pérdida de 10.000 empleos y que llevaron a que los estratos 1,2 y 3 tuvieran que pagar el 62 % de lo que el Estado recaudó.
La gran pregunta es si no existe un solo indicador que demuestre que la obesidad disminuyó por estos impuestos por que señalar que es una medida conveniente.
- Lea más: Proponen más impuestos en Colombia para tapar déficit de US$8 mil millones
¿Por qué la medida no reduce la obesidad y mejora la salud pública como argumenta el Gobierno?
La obesidad es un problema multicausal, complejo que no puede ser atribuido a un alimento o bebida en particular, estos impuestos fallan por que parten de la premisa errada de pensar que una bebida que aporta el 2,7 % del total de las calorías que los colombianos consumen en la responsable de algo tan serio como el sobrepeso. Estas medidas no sirven porque no se centran en los determinantes reales del sobrepeso, como por ejemplo que según la Organización Mundial de la Salud (OMS) somos el segundo país más sedentario del mundo.