La editorial del Wall Street Journal, uno de los principales diarios de Estados Unidos, habló sobre las preocupaciones y críticas que existen al rededor del acuerdo entre el Gobierno Nacional con las FARC anunciado la semana pasada por parte del presidente Juan Manuel Santos. El texto concluye diciendo que las preocupaciones de los colombianos con respecto a lo acordado en La Habana son justificadas.
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La primera preocupación de los colombianos que expone el Wall Street Journal es la entrega de diez curules fijas en el Congreso de Colombia para el grupo político que forme las FARC como lo establecen los acuerdos. El diario estadounidense califica esta concesión como “humillante” ya que se le dan beneficios a “unos terroristas que pasaron su vida declarando la guerra contra la democracia”.
La editorial del diario norteamericano también critica el hecho de que los guerrilleros de las FARC no paguen cárcel si confiesan sus delitos en los tribunales especiales que establece la justicia transicional que se aplicará. Este hecho la consideran como un irrespeto con las víctimas que han visto como asesinan a sus familiares y amigos.
También advierten en la editorial que los guerrilleros podrían usar estos tribunales para acusar falsamente a los oficiales del ejército de haber cometido delitos en el marco del conflicto. Esto podría traer un problema grande de institucionalidad según expone el diario norteamericano.
Además, el Wall Street Journal también dice que no sorprende que los colombianos tengan dudas sobre las negociaciones entre el Gobierno y las FARC por el hecho de que fueron lideradas por Juan Manuel Santos, ya que el presidente Santos muestra cifras de desaprobación muy altas, contrario al principal opositor al proceso y antecesor, Álvaro Uribe Vélez.
También han advertido sobre el peligro que supone aquellos miembros que anunciaron que no se desmovilizarían como el frente primero. Sobre este tema, la editorial culpa al narcotráfico como la principal razón por la cual este frente no dejaría las armas, ya que tendrían que abandonar un negocio muy rentable con el cual las FARC han financiado su operación militar.
Finalmente, el artículo hace una comparación entre los acuerdos que logró el Gobierno con las FARC y el proceso de paz que se implementó en El Salvador. Sobre este tema, dice la editorial que no hay un buen augurio para Colombia, ya que en ese proceso hubo amnistía para los guerrilleros y posibilidad de participación política, lo que ha supuesto un problema legal ya que esas concesiones fueron declaradas inconstitucionales.
Fuente: Wall Street Journal