El Fondo Monetario Internacional (FMI) ajustó sus proyecciones de crecimiento para el próximo año esperando una recesión “menos severa de lo pronosticado, pero igualmente muy profunda”. La revisión se dio con base al comportamiento del segundo trimestre de las economías desarrolladas que tuvieron un mejor comportamiento al proyectado. Ya hay señales de una recuperación incluso más acelerada en el tercer trimestre.
A pesar de la rápida recuperación de las economías desarrolladas debido al comportamiento de la pandemia en los mercado emergentes y las economías en vía de desarrollo, el FMI espera crecimientos negativos para estas economías con excepción de China.
A finales de septiembre, el número de infecciones confirmadas en todo el mundo superó los 33 millones, con más de un millón de muertes, frente a más de 7 millones de infecciones y 400 000 muertes en el momento de la actualización del reporte de junio del FMI. Los casos confirmados aumentaron drásticamente en Estados Unidos, América Latina, India y Sudáfrica. Además, hubo repuntes renovados en lugares que había aplanado previamente la curva de infección como Australia, Japón, España y Francia.
La actividad comenzó a recuperarse a partir de mayo y junio
Según el FMI, el fortalecimiento del sectores del retail se comenzó a ver a finales de abril de forma más pronunciada, sin que fuera una sorpresa. El gasto del consumidor creció a medida que se fue dando la reapertura en las diferentes economías. Sin embargo, las firmas permanecen prevenidas ante la incertidumbre las producción industrial en muchos países que permanece por debajo de los niveles de diciembre del año pasado.
El FMI también señala que aunque los precios de objetos como insumos médicos se incrementaron, así como el precio de los commodities a partir de abril, los efectos de una demanda agregada débil permitieron que la inflación en las economías desarrolladas permaneciera por debajo de la media pre pandemia.
400 millones de empleos perdidos
Según la Organización Internacional del Trabajo, la reducción global de la jornada laboral en el segundo trimestre de 2020 en comparación con el cuarto trimestre de 2019 fue equivalente a la pérdida de 400 millones de empleos a tiempo completo, profundizándose desde el equivalente a 155 millones de empleos a tiempo completo perdidos en el primer trimestre.
Las mujeres en la fuerza laboral, particularmente aquellas empleadas informalmente, se han visto afectados de manera desproporcionada por la pandemia y los cierres necesarios para frenar la propagación del virus: la Organización Internacional del Trabajo estima que 42 % de las mujeres empleadas informalmente trabajan en sectores de la economía gravemente afectados, en comparación con alrededor del 32 % de los hombres en el empleo informal.
Una recesión diferente, una recuperación que depende de una vacuna
La recesión provocada por la pandemia del COVID-19 ha sido muy diferente a las recesiones pasadas. En recesiones anteriores, los sectores orientados a los servicios han tendido a sufrir menores caídas que la manufactura.
En la crisis actual, la respuesta de salud pública necesitaba frenar la propagación con cuarentenas estrictas, restricciones a la movilidad y distanciamiento social, lo que ha significado que los sectores de servicios dependiente de interacciones cara a cara – particularmente comercio mayorista y minorista, hotelería y artes y entretenimiento- hayan experimentado contracciones mayores que el sector de la manufactura.
La escala de la disrupción indica que, según el FMI, sin una vacuna y terapias efectivas para combatir el virus, estos sectores se enfrentan a un camino difícil de regreso a cualquier apariencia de normalidad.
Las medidas discrecionales de ingresos y gastos anunciadas hasta ahora en las economías avanzadas ascienden a más de 9 % del PIB, con otro 11 % en diversas formas de respaldo de liquidez, incluidas inyecciones de capital, compra de activos, préstamos y garantías crediticias.
La respuesta en las economías de mercados emergentes y en desarrollo es menor pero aún considerable; alrededor del 3,5 % del PIB en medidas presupuestarias discrecionales y más del 2 % en respaldos de liquidez.