Pronto Empresas Públicas de Medellín (EPM) entrará a integrar el mercado de distribución de energía eléctrica en la Costa Atlántico a través de la operación de la empresa Caribe Mar, que pasará a llamarse —a partir del primero de octubre— AFINIA, , un nombre sacado de la raíz de la palabra afinidad. Caribe Mar es una de las dos empresas que surge tras la intervención de Electricaribe por parte de la Superintendencia de Servicios Públicos desde el 15 de noviembre de 2016. La otra empresa resultante de la partición de Electricaribe es Caribe Sol que quedaría en manos del Consorcio de Energía de la Costa, cubriendo los departamentos de Atlántico, Magdalena y Guajira.
Con la adquisición de Caribe Mar, EPM accedería a la distribución de energía eléctrica en Bolívar, Sucre, Cesar y Córdoba, aproximadamente una base de 1,5 millones de usuarios, representando el 10,9 % del mercado nacional.
Antes de la intervención por parte de la Superintendencia de Servicios Públicos la compañía —en manos de la empresa española Gas Natural Fenosa— llegó a registrar un promedio de cortes de 90 horas al año, el doble del promedio nacional, e incluso su estado de caja era tan deficitario que no tenía con qué pagar la energía que le compraba al despacho nacional, lo que conllevó en cortes del suministro de energía eléctrica a sus usuarios y a la actuación urgente por parte del Gobierno. La situación administrativa e interna, tampoco dejaba mucho margen de operación. La empresa hacia 2018, tenía un pasivo pensional de $1.2 billones.
Una de las primeras decisiones del Gobierno de Iván Duque fue incluir un plan de salvamento de Electricaribe en el Plan de Desarrollo Nacional y luego una serie de medidas para evitar el colapso de la empresa y hacerla atractiva para posibles interesados en prestar el servicio en la Costa. La siguiente tarea fue el pasivo pensional. Hasta el momento el Gobierno ha asumido cerca de $1.6 billones de pesos de pasivo.
Otro punto clave, fue crear un marco transitorio especial en la aplicación de tarifas en la costa Caribe a través del cual incrementó los valores para poder hacer rentable el negocio para cualquier operador entrante, pero además, asumió las deudas frente al pasivo que tenía Electricaribe, y como si ello no bastara, el Gobierno Duque ha invertido $3 billones a través de una iniciativa denominada Plan5Caribeen la infraestructura eléctrica de la Costa. A pesar del salvamento de Duque una fuente de EPM reveló al PanAm Post que el negocio de Electricaribe sigue siendo bastante riesgoso.
La Fuente
“Esa empresa tiene pérdidas cercanas al 30 % entre técnicas y no técnicas, pero eso en teoría se lo va a reconocer el gobierno nacional en la tarifa de la factura a EPM”, afirmo el funcionario de EPM que pidió anonimato.
El problema de fondo de Caribe Mar es su bajísimo nivel de recaudo, inferior al 85 %, es decir, que de cada 100 pesos que se cobraban realmente solo se recaudan 85, todo esto antes de la pandemia. “Después de las medidas de confinamiento estricto el número cayó a números más bajos del 70 %. Una empresa en este negocio es viable si recupera al menos el 92% de lo que factura, no es que sea rentable, al menos no pierde dinero”, cuenta el funcionario.
“Allá hay mucha cultura del no pago, el fraude lo hacen grandes empresas, y terratenientes, e incluso hay políticos cometiendo fraudes en sus instalaciones, entonces hay intereses de personas muy poderosas que hay que llegar a pelear”. Incluso empresas estatales, de las alcaldías y gobernaciones serían grandes deudores de Caribe Mar, como cuenta nuestra fuente.
El funcionario también es enfático que la situación actual restringe a EPM de aplicar medidas correctivas para frenar los incentivos al no-pago puesto que “allá el poder judicial ha permitido que la gente no se le pueda desconectar el servicio a nadie. Si una casa no paga, una persona pone una tutela, y puede dar cualquier argumento relacionado con la salud, entonces hay que seguir prestando el servicio a pesar de que la persona no pague nunca”.
Según nuestra fuente: “Hay que afrontar varios problemas en el proyecto Caribe Mar, las pérdidas por el fraude son cuantiosas, el tema del no pago esta cultura se ve desde las grandes empresa hasta la personas corriente que se amparan en el poder judicial que ha sido cómplice de estos robos, también hay un problema de confianza, pues los mismos trabajadores se han encargado de ofrecer servicios de conexión ilegal, incurriendo en corrupción, y costándole pérdidas a la empresa”.
En EPM se han visualizado otros riesgos asociados a la adquisición de Caribe Mar y “es que somos una empresa Estatal, entonces esta gente allá nos ve como papá país además de ser antioqueños, por ende el riesgo de No pago aumenta; esa estimación de riesgo se realizó a través de diversos estudios sociológico, antropológicos, y con encuestas, y este riesgo se ha detallado como posible”.
La pregunta es ¿Por qué EPM se metió en este negocio? Según el funcionario, esta es la quinta vez que Empresas Públicas de Medellín analiza el negocio de Electricaribe, “cada vez que un operado de red se la ofrecía a EPM siempre la rechazábamos. De hecho la gente que ha trabajado históricamente en la línea de negocios se ufanaba de haber estudiado 5 veces las opción de comprar Electricaribe y nunca haber tomado la decisión de comprarla”.
“Esa decisión se iba a tomar durante el gobierno de Federico Gutiérrez, pero el alcalde decidió dejársela a su sucesor. Había mucha presión por parte del Gobierno Nacional, donde se llegó a un pacto tácito donde la alcaldía de Medellín, a través de EPM ayudaba al gobierno con Electricaribe, y el gobierno le ayuda con Ituango para que Autoridad Nacional de Licencias Ambientales y la Comisión de Regulación de Energía y Gas expidieran una rede de soluciones para sacar Hidroituango adelante”, dijo la fuente..
Tal y como lo corroboran las fuentes del diario 2020 Noticias, nuestra fuente asevera que Daniel Quintero habría presionado al gobierno nacional para que el Metro de la 80 en Medellín fuera incluido en el CONPES y obtener financiación de la nación: “Este alcalde aprovechó esa oportunidad para adicionarle una arandela, a cambio de este favor logró meter en la negociación el tema de las vigencias de la ley de metros para conseguir financiación para el metro de la ochenta. Esto se convirtió más que en un análisis técnico y detallado de EPM, en un favor para el gobierno nacional de carácter político. El intercambio pasó de ser un intercambio a favor de Hidrotiuango, a un intercambio a favor de construir el metro de la 80, que nada tiene que ver con EPM. La decisión de Electricaribe dejó de ser técnica, y comenzó a ser política; hay gente que está viendo este proyecto más riesgoso que Hidroituango, las inversiones se estiman superiores a los 10 billones de pesos, sin que haya una certeza de que esa plata se va a recuperar”.
“La caída de la demanda ha sido drástica XM, el operador del mercado eléctrico nacional, entre enero y agosto de este año la demanda de energía en el Caribe solo creció el 1.43 % del total nacional, mientras, que en el mismo periodo de 2019, fue del 6.09 %” enfatizó nuestra fuente para vislumbrar la situación de riesgo de la adquisición de Caribe Mar. En PanAm Post tuvimos acceso al seguimiento de riesgos de Caribe Mar hecho por la Dirección de Riesgos de EPM, que confirma las alertas levantadas por la situación actual de Caribe Mar. “Esa empresa la van a anunciar con bombos y platillo el primero de octubre; una persona de la línea de negocios de EPM me dijo que ningún hombre de negocios racional hubiera tomado la decisión de meterse en Electricaribe con esa matriz de Riesgos”, nos contó la fuente tras enviarnos las matriz que aquí les presentaremos.
La matriz
El seguimiento de Riesgos del proyecto Caribe Mar apunta que hay 5 riesgos de máximas consecuencias para EPM. De estos 5 riesgos, 2 tienen una muy alta probabilidad de ocurrencia y 3 una alta probabilidad de ocurrencia. El equipo también ha identificado 5 riesgos de consecuencias mayores, pero con una alta o muy alta probabilidad de ocurrencia.
Uno de los riesgos más tangibles es el de la categoría F1 que se refiere al incumplimiento de las metas de recaudo, este riesgo afectaría fuertemente la caja de EPM y los resultados financieros del negocio de Caribe Mar. El riesgo F2, desplazamiento en el cumplimento de metas de pérdidas, es otro riesgo identificado como máxima consecuencia, sin embargo con la pandemia el cumplimiento de estas metas será más difícil de controlar, volviéndose en un riesgo para la estabilidad financiera del proyecto. El riesgo F4 se identifica como un mayor CAPEX, es decir, que la inversiones en capital que tendrá que hacer EPM en la infraestructura de Caribe Mar tendrá costos superiores a lo estimado que bordean alrededor del 10 %, según estimaciones del equipo de riesgos de EPM.
En ese orden de ideas EPM tendrá también que tener mayores gastos de operación y mantenimiento como lo indica el riesgo F6, que de cumplirse EPM tendrá que incurrir en 15 % de sobrecostos para sostener la operación de Caribe Mar
A nuestra fuente en EPM le preocupa en especial el riesgo categorizado como F12, que se refiere al pasivo pensional y contingencias laborales del personal de Electricaribe, según él: “el cálculo actuarial de las pensiones de la gente de Electricaribe es desproporcionado y la información disponible sobre estos pasivos tanto pensionales como de contingencias laborales es pésima, lo que puede representar un ‘roto’ en la cartera de EPM”. Este riesgo es agravado por el Rubro G2 que identifica como un riesgo de alta probabilidad de ocurrencia las clausulas convencionales restrictivas; es decir, las clausulas laborales vigentes hacen sumamente difícil el manejo del personal y el despido de personal en caso de no estar haciendo bien su trabajo.
El Rubro F15, que responde a las limitaciones de la operación de la empresa por COVID-19, es seguramente el riesgo más tangible para “la toma, operación y puesta en marcha del negocio por medidas asociadas a la prevención del COVID-19”. Es importante resaltar que este es un riesgo tangible para cualquier empresa en la actualidad. No obstante como se dijo anteriormente la emergencia de la pandemia ha afectado considerablemente el recaudo.
Finalmente el riesgo G5, garantías en compra de energía, que se cataloga como altamente probable, es decir, la nueva empresa que surgiría de Caribe Mar comenzaría con extremas dificultades para obtener garantías bancarias para poder hacer compras a futuros de energía, esto se debe al deterioro del mercado.
Empresas Públicas de Medellín (EPM) se embarca en una inversión riesgosa, que se junta con la crisis por la demanda de Hidroituango. La gerencia de EPM deberá pilotar esta nueva empresa bajo un panorama de incertidumbre, sobrecostos y ganancias inciertas, al tiempo que afronta una crisis corporativa entre los técnicos de su empresa y una Junta Directiva puesta para favorecer los intereses políticos del alcalde de Medellín, Daniel Quintero.