El presidente de Colombia, Iván Duque, promulgó el decreto 1174 que permitirá a aquellas personas que ganen menos de un salario mínimo aportar a seguridad social a través del pago por horas. Aunque esta reforma es tímida y no flexibiliza el mercado laboral, al menos ya legalmente no se excluye de la seguridad social al menos a 5 millones de colombianos que trabajan bajo estas figuras.
Según el decreto todas las personas que tengan uno o varios vínculos laborales por tiempo parcial, y que tengan un ingreso menor a un salario mínimo legal deberán vincularse a esta nueva modalidad de contratación. El decreto indica que el empleador deberá aportar a la administradora del Servicio Social Complementario de Beneficios Económicos Periódicos (BEPS) el valor del 15 % del salario que devengó su empleado, y el gobierno aportaría otro 20 %. De los aportes realizados el 1 % iría a financiar el Fondo de Riesgos Laborales. La vinculación es voluntaria para los trabajadores del sector agropecuario.
El peor golpe a la estabilidad laboral en la historia lo ha dado Duque con la reforma laboral por decreto: contratación por hora, por debajo del salario mínimo y sin derecho a la pensión.
Ha llegado la esclavitud moderna a la sociedad colombiana
— Gustavo Petro (@petrogustavo) September 1, 2020
Aunque mucha polémica causó el decreto —llegando Petro incluso a señalarlo como la llegada de la “esclavitud moderna”— está lejos de ser una reforma laboral, e incluso no es plenamente un modelo de contratación por horas. Este decreto meramente cobija a aquellas personas “que ganan menos de un salario mínimo, no porque trabajen 240 horas, ni estén el mes completo en una empresa, sino aquellos que trabajan temporalmente, y que no les pagan el equivalente a un salario mínimo, esas personas no tienen ningún tipo de prestación social”, dijo el ministro de Trabajo, Ángel Custodio Cabrera.
La contratación por horas es extremadamente común y en miles de empleos en el campo, en los sectores informales y en el mundo de los negocios en Colombia se cobra la hora desde hace tiempo, pero los únicos que parecen desconocerlo son nuestros congresistas. Lo único que busca el gobierno, al menos en el papel, es formalizar una modalidad de trabajo que hace tiempo ya existía en la sociedad.
El decreto 1174 reglamente un piso de protección social para las personas que mensualmente reciben ingresos inferiores a un salario mínimo. Esto es muy importante porque el 44% de los trabajadores del país gana menos de un mínimo. pic.twitter.com/fPKtOISg8o
— Henner Andrés Solarte (@kodysolarte) September 1, 2020
Por el cierre masivo de la economía por la cuarentena la tasa de desempleo superó el 20 %, en la actualidad el país se encuentra en su peor situación de desempleo desde que existen estadísticas laborales. Por si fuera poco este es un país donde —ya de por sí— antes de la cuarentena la informalidad era la forma de empleo natural del 50 % de la población ocupada.
Es importante añadir que los micronegocios han sido los más afectados por la cuarentena como lo indicaron los resultados del mercado laboral presentados por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) en junio. Algunos negocios simplemente no cuentan con la caja suficiente para reactivar operaciones con personal por tiempo completo, otros como los restaurantes, tienen horarios muertos por lo que tener personal sale muy costoso, por ende esta reforma es un incentivo a la contratación formal para muchos negocios que por su estructura se puedan ver beneficiados.
De acuerdo a la información presentada por el Ministerio de Hacienda en el decreto esta medida cobijaría alrededor de 5 millones de personas que en la actualidad trabajan tiempo parcial y se encuentran en la informalidad.
Como dentro de cada sector hay una rigidez típica, es posible que el mercado no corra a formalizarse de inmediato, incluso es posible que este decreto pase completamente desapercibido entre empleadores colombianos, a menos de que el gobierno lo haga cumplir. La realidad es que de acogerlo hay pocos incentivos tanto para los empleadores como para los empleados. De no flexibilizar el mercado laboral en Colombia es probable que las altas tasas de desempleo ronden por mucho más tiempo en Colombia.