La Fiscalía de Colombia capturó a seis hombres que estarían fraguando un plan para asesinar al excabecilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc), Rodrigo Londoño, también conocido con el alias de Timochenko. Según la Fiscalía, estos hombres, bajo el mando de Hernán Darío Velásquez, alias El Paisa, líder de las “disidencias”, también estaban planeando atentar contra la Embajada de Estados Unidos. Un hombre conocido como “El Chavo” habría sido la ficha clave para coordinar el comando de hombres que habría de perpetrar el homicidio.
El Chavo, quién era escolta del Partido Fuerza Alternativa Revolucionaria de Colombia —(Farc) al igual que su predecesor armado—, habría aprovechado su posición para informarle al grupo de sicarios sobre los movimientos de Timochenko, sus familiares, los lugares donde se desplazaba e incluso la información del lugar donde vive.
Con esta información el equipo de sicarios a la orden de El Paisa planeaba atentar contra la vida del senador de las Farc en su vivienda. «Ellos le iban a meter era un rocket a la casa de ese hp, que no quedara absolutamente nada. Ellos no se le iban a meter ni con pistolas ni con fusiles, nada. Sí tenían allá también la MP5 y tenían R15 de asalto pa’ defensa de ellos. Ellos iban era a lo grande, que en la casa de ese hp no quedara era nada», se escucha en uno de los audios interceptados por la Fiscalía.
Lo escandaloso es que Victor Hugo Rojas Silva es miembro de la Unidad Nacional de Protección (UNP). Producto de los acuerdos de La Habana se creó la Subdirección Especializada de Seguridad y Protección (Sesp), que buscaba garantizar la seguridad de los excombatientes a través de esquemas de seguridad integrados por antiguos miembros de las Farc. Esta unidad tiene a su cargo 1 150 escoltas asignados para proteger 222 excombatientes.
Esta unidad, cuya primera función es, según el Decreto 300 del 23 de febrero de 2017, «elaborar, en los temas de competencia de la UNP y en coordinación con la Mesa Técnica de Seguridad y Protección, el Plan Estratégico de Seguridad y Protección para los integrantes del nuevo partido o movimiento político que surja del tránsito de las FARC-EP a la actividad legal, actividades y sedes, así como para los antiguos integrantes de las FARC-EP que se reincorporen a la vida civil y a sus familias, de acuerdo al nivel de riesgo».
Es decir, esta subdirección tiene la responsabilidad de velar por la seguridad de los miembros del partido Farc y de los excombatientes de la antigua guerrilla. Lo graves es que esta no sería la primera vez que un miembro de este organismo planea atentar contra la vida de Timochenko.
En enero de este año, en un operativo conjunto de la Fiscalía y la Policía de armenia, fueron abatidos Gerson Morales y Carlos Ricaurte, conocidos con los alias de Conejo y Güambi, respectivamente. Un informante se contactó con agentes de la Divipol después de que estos dos delincuentes se reunieran en Venezuela con El Paisa, lo que habría permitido frustrar este plan.
Según el propio director de la Policía, el general Óscar Atehortúa, Gerson Morales era miembro de UNP y habría ingresado por medio de la Sesp. Güambi pertenecía a un grupo de desminado humanitario en Puerto Asís, Putumayo.
Por si fuera poco, en septiembre del 2019 la UNP tuvo que auditar a la Sesp tras la desaparición de 20 subametralladoras, que eran parte de la dotación que se les asignan a los escoltas miembros del equipo de seguridad de las Farc. En ese momento el propio Rodrigo Londoño habría protestado por la auditoría de la UNP y manifestado en su cuenta de Twitter que se le estaba privando de las armas de dotación a la escolta del partido Farc.
Quién lo puede explicar, cuando aumentan las amenazas y los riesgos, el gobierno decide quitar TODAS las armas de apoyo de nuestros esquemas de seguridad pic.twitter.com/MZLGNVJLl5
— Rodrigo Londoño (@TimoFARC) September 4, 2019
La UNP tiene un problema de seguridad interna que pone en riesgo a cientos de personas. Varios integrantes del Sesp ya han intentado asesinar a la figura más notoria del partido Farc, cuando estarían encargados de protegerlo; se ha perdido armamento a cargo de este organismo y ha fallado en brindarle protección a cientos de excombatientes que han perecido por venganzas y luchas de poder al interior de la guerrilla. Simplemente no se puede pensar en un esquema de protección serio para los excombatientes cuando ya varios de sus miembros han sido cooptados por las “disidencias” para asesinar en nombre de sus intereses.