El Banco de la República en su última entrega con el Boletín Económico Regional, revela un panorama optimista que se vio frenado completamente por las medidas de confinamiento impuestas para contener la propagación del COVID-19. El común denominador de la realidad del país muestra un sector agropecuario que gana mayor importancia, y mantiene un crecimiento a pesar de la economía; y actividades que tuvieron un freno abrupto como la construcción y la minería.
La capital experimenta una caída de precios en la venta mayorista
Bogotá se vio fuertemente afectada por el comienzo de la pandemia, la mayoría de los indicadores económicos cayeron en términos anuales, consistentemente con los efectos del cierre de la economía por la cuarentena.
Varias de las actividades industriales y comerciales, la construcción, el comercio externo y el transporte terrestre y aéreo presentaron una caída.
La incertidumbre de la pandemia sobre la salud pública y la economía deterioraron la confianza de los empresarios y comerciantes. La industria y ventas minoristas de alimentos y bebidas, el comercio de vehículos de servicio público, y la venta de productos farmacéuticos y medicinales pudieron experimentar algún crecimiento; también aumentaron las remesas, las captaciones y colocaciones del sistema financiero.
Los buenos resultados de los dos primeros meses del año se reversaron en marzo, para el caso de Bogotá en las industrias de textiles y confecciones, papel e imprenta y minerales no metálicos
Por su parte, los indicadores de comercio exterior señalaron una contracción. La tasa de desempleo registró corrección a la baja, mientras la inflación de la ciudad mostró aumento moderado y se mantuvo por debajo de la inflación nacional.
Durante marzo, se redujo el precio promedio mayorista en las principales centrales de abasto de la ciudad capital, con disminuciones en Corabastos de 6,3 % anual y en Paloquemao 3,6 %.
Estado de emergencia frenó minería y construcción en el nororiente del país
La economía del nororiente del país —conformado por los departamentos de Santander, Boyacá, Norte de Santander y Arauca— inició el 2020 con crecimiento en la mayoría de los indicadores, pero el aislamiento preventivo obligatorio que inició a finales de marzo lo frenó.
El sector agropecuario y el sistema financiero, crecieron y mejoraron su desempeño frente al año pasado. No sucedió lo mismo para, la industria y el comercio interno que vieron sus ventas afectadas a finales de marzo por el confinamiento.
El Estado de Emergencia Sanitaria paró abruptamente las actividades de minería y la construcción particularmente en el área causada, mientras estuvo al alza la venta de vivienda nueva. El turismo y el transporte se vieron afectados por la parálisis generalizada, incluso desde antes de la cuarentena. Las exportaciones disminuyeron y las importaciones se incrementaron, mientras que el ingreso de remesas creció menos. Hubo un aumento generalizado tanto de las tasas de desempleo como de la inflación en las ciudades capitales de la región.
El desempleo aumentó en las tres capitales del Eje Cafetero
La región Eje Cafetero —Caldas, Quindío y Risaralda— varias de sus actividades económicas durante el primer trimestre de 2020 se vieron afectas por el confinamiento. Se presentaron descensos anuales en diferentes variables de la actividad constructiva, la producción minera, las ventas del comercio (incluido vehículos y motos), el transporte terrestre y aéreo, la actividad pecuaria y el consumo de energía no regulada.
La industria había experimentado un crecimiento, especialmente la de alimentos, el sector agrícola y el sistema financiero tanto en colocaciones como en captaciones, últimas que coincidieron con el ascenso de las remesas en pesos favorecidas por una mayor tasa de cambio. En cuanto al comercio exterior tanto las importaciones como las exportaciones registraron contracción.
Por último, el desempleo aumentó en Manizales y Pereira, y se redujo en Armenia, mientras que la inflación creció en las tres ciudades.
Las exportaciones venían al alza en Antioquia y Chocó impulsadas por el oro
Para los dos departamentos de la región, Antioquia y Chocó, la mayoría de las variables medidas en el sistema financiero, la minería y el sector agropecuario mostraron un incremento anual. En Antioquia, el comercio presentó unos resultados mixtos, con crecimiento en comercio interno, pero caída en la venta de vehículos nuevos y la ocupación hotelera.
La producción manufacturera, la construcción y el transporte fueron las actividades que más afectadas se vieron por el confinamiento obligatorio decretado en marzo. Las exportaciones venían al alza impulsadas por el precio del oro.
Finalmente, la tasa de desempleo retrocedió levemente en el Valle de Aburrá, pero aumentó en Quibdó, al igual que la inflación en el primer caso.
La venta de vivienda nueva cayó en el suroriente
En el suroriente del país, Meta y Casanare, el sector agrícola el abastecimiento de productos tuvo resultados positivos, así como las colocaciones del sistema financiero, y el transporte aéreo de pasajeros. Por el contrario, se vieron reducciones en diferentes indicadores de la construcción como área en proceso y venta de vivienda nueva, transporte aéreo de carga y en las captaciones de recursos financieros.
En el comercio exterior las importaciones crecieron mientras que las exportaciones, excluyendo petróleo y sus derivados, se contrajeron. Finalmente, aumentaron el desempleo y la inflación en Villavicencio.
La Costa Caribe experimentó una contracción en el turismo
En el Caribe —conformado por los departamentos de Atlántico, Bolívar, Cesar, Córdoba, La Guajira, Magdalena, San Andrés y Sucre— crecieron las colocaciones del sector financiero, el sector agropecuario, y el comercio interno.
El turismo comenzó a ver contracciones incluso antes del comienzo de la pandemia producto del levantamiento de restricciones a los vuelos internacionales a lo largo del mundo.
Nuevamente las principales afectadas son la construcción, minería, industria, transporte y comercio exterior, principalmente impactadas por las medidas decretadas a mediados de marzo por la COVID-19. La tasa de desempleo aumentó, al igual que la inflación que creció en seis de las siete ciudades principales de la Costa Caribe.
En el centro disminuyó la compraventa de vehículos
El Centro —Tolima, Huila, Caquetá y Cundinamarca— del país se vio especialmente afectado por las medidas decretas en marzo por el Gobierno para la contención del COVID-19, varias actividades económicas mostraron un comportamiento negativo, como lo fueron el transporte de pasajeros y la construcción. El comercio, la venta de vehículos nuevos, la ocupación hotelera, y el sector pecuario como el sacrificio de ganado se contrajeron.
El sistema financiero las captaciones y colocaciones crecieron, aunque los desembolsos Finagro descendieron, y también aumentó la generación y demanda de energía.
La industria y el comercio creció en el suroccidente
La economía del Suroccidente —Cauca, Nariño, Putumayo, Valle del Cauca— se encontraba en crecimiento en los principales sectores económicos de seguimiento. Se observó un incremento anual en el comercio, la industria, las actividades agropecuaria y financiera. La construcción, el consumo de energía, el transporte y el comercio exterior, se vieron fuertemente afectados por el inició de la cuarentena por la COVID-19.