Para la noche del 3 de junio el Instituto Nacional de Salud (INS) confirmó que Colombia llegó a los 33 372 infectados de COVID-19, 1 521 casos más que el día martes. Para la fecha en total van 12 288 recuperados, 1 045 fallecidos y 20 021 casos activos.
Aunque sin lugar a dudas la situación no es para estar tranquilo, el horizonte para la mayor parte del país es más esperanzador. En la actualidad cuatro departamentos concentran el 73 % de los casos activos del país, Bogotá, Atlántico, Bolívar y Valle del Cauca. Preocupa por su situación de riesgo especialmente Amazonas, que registra 14 casos por cada 1 000 habitantes; y en la actualidad cuenta con un total de 1 827 infectados. Esta situación afecta con especial fuerza a la población indígena en los resguardos del departamento que para llegar al centro de la salud más cercano deben afrontar trayectos de hasta ocho horas en balsa antes de ser atendidos.
A pesar de que la mayoría de los casos se concentran en estos cuatro departamentos, hay varios que se encuentran en riesgo de un potencial incremento, pues presentan elevadas tasas de contagio. Los departamentos con mayor número de casos activos por millón de habitantes (excluyendo Amazonas) en la actualidad son Atlántico con 1 246, Bolívar con 1 178, Nariño con 601 y Valle del Cauca con 528. El resto de los departamentos tienen un número inferior a 500 casos activos por millón de habitantes.
Para el caso del departamento de Bolívar la situación parece estar bajo control en municipios distintos a Cartagena, pues el departamento, sin tener en cuenta a la capital, presenta 188 contagios por millón de habitantes. Cartagena en cambio presenta 2 236 contagios por millón de habitantes.
El Valle del Cauca parece afrontar la misma situación que Bolívar, pues el brote se ha focalizado en la capital Santiago de Cali y el puerto de Buenaventura. Sin estas dos ciudades el brote en el Valle del Cauca solo llegaría a 93 casos por millón de habitantes.
La tasa de crecimiento diario de casos ha oscilado entre el 5 % al 3,8 % desde el 14 de abril. En la actualidad el país está procesando aproximadamente 16 000 pruebas diarias en 60 laboratorios, la promesa es llegar a 17 000.
Bogotá está en especial presión, ya que está a poco de ocupar el 50 % de la capacidad instalada de unidades de cuidado intensivo (UCI). Algunas localidades, como Kennedy, decretadas en alerta naranja, se encuentran con severas restricciones a la movilidad para evitar el esparcimiento de contagios.
A pesar de que la alcaldesa Claudia López se ha excusado en la alta densidad poblacional, solamente la localidad de Kennedy presenta casi tantos casos activos —alrededor de 215— como la ciudad de Medellín, donde hasta la fecha hay 243 casos activos, 327 recuperados y tres fallecidos. De los casos activos en Medellín, ocho pacientes se encuentran hospitalizados, cinco en UCI y tres en atención general.
Para el caso de Antioquia, la región con mayor aporte a la economía después de Bogotá, el número de personas contagiadas llega a 1 258. A pesar de haber una discrepancia con las cifras del INS, las autoridades sanitarias de Antioquia explican que “la diferencia en la totalidad del número de casos respecto a lo emitido por el Ministerio [de Salud] se da debido a que hay casos en verificación en el departamento”. Varios de los casos reportados en los municipios de Chigorodó, Carepa y Turbo hacen parte del brote que existe dentro de las Fuerzas Armadas y que actualmente se encuentra en estudio.
La situación, aunque preocupante en ciudades como Bogotá, Cali, Buenaventura, Cartagena y Barranquilla, parece estar bajo control en la mayor parte de Colombia. Es hora de que el Gobierno nacional considere una cuarentena focalizada en estos puntos de brote y permita, a través de una apertura inteligente, que el aparato productivo de país opere con normalidad, pero sin bajar la guardia en los controles sanitarios.