Desde que el izquierdista Andrés Manuel López Obrador (AMLO) asumió la presidencia de México el pasado 1 de diciembre de 2018, le dio un respiro al dictador venezolano Nicolás Maduro. Como “buen revolucionario”, el mandatario mexicano decidido no involucrarse como si lo hizo la mayoría de los países de la región en la crisis que afecta al país suramericano, ni reconocer al presidente encargado, Juan Guaidó.
Pero ahora le tocó más de cerca verle la cara mas fea a la dictadura que tanto insiste en evitar confrontar. Un grupo de periodistas, compatriotas suyos, fueron detenidos y deportados de Venezuela, simplemente por hacer su trabajo.
Se trata del equipo de Univisión, encabezado por el periodista Jorge Ramos Ávalos, Martín Guzmán Monroy y Pedro Zayd Ultreras, de nacionalidad mexicana, que en plena entrevista con Maduro, fueron detenidos por dos horas, metidos en un cuarto oscuro, y les fueron decomisados sus equipos televisivos y celulares.
Estos equipos nunca les fueron devueltos a Ramos, a pesar que la propia Secretaría de Relaciones Exteriores de México dijo en un comunicado que estos les serian restituidos hoy, antes de partir de territorio venezolano. Los periodistas partieron sin sus equipos.
Ya estamos abordando. Fuimos expulsados de venezuela por hacer preguntas incómodas a Maduro. Perp ahora nos sentimos más seguros tras la actitud represiva del gobierno de Venezuela. @UniNoticias @jorgeramosnews pic.twitter.com/mw9nzGUZJQ
— Pedro Ultreras (@pedroultreras) February 26, 2019
Según narró Jorge Ramos, la detención por más de dos horas ocurrió dentro del Palacio de Miraflores, durante una entrevista con Maduro.
“Pero luego de 17 minutos de entrevista a él no le gustaron las preguntas que le estábamos haciendo sobre la falta de democracia en Venezuela, la tortura, los presos políticos y la crisis humanitaria; y se levantó de la entrevista luego de mostrarle el vídeo de unos jóvenes comiendo del camión de la basura. Inmediatamente uno de sus ministros, Jorge Rodríguez, dijo que la entrevista no estaba autorizada y nos confiscaron los equipos, se quedaron con nuestras cámaras, no tenemos nada”, dijo Ramos a la prensa la noche del lunes tras ser liberado.
These are the images that @jorgeramosnews showed Nicolás Maduro and that caused Maduro to walk out of the interview, order the Univision team detained and their work confiscated. This is what Maduro does not want the world to see. pic.twitter.com/RmszSjmJBf https://t.co/ThJwilFYKV
— Univision News (@UnivisionNews) February 26, 2019
La Secretaría de Relaciones Exteriores de México manifestó “su preocupación y protesta al Gobierno de Venezuela por lo ocurrido al periodista Jorge Ramos y su equipo” en un comunicado este lunes. Además, les ofreció apoyo en Caracas.
“Nosotros somos partidarios de la libertad de expresión, del respeto que debe haber para el ejercicio libre del periodismo en México y en el mundo. Le expreso mi solidaridad, desde aquí (a Jorge Ramos)”, dijo este martes AMLO.
Le falto expresarle su solidaridad a otros muchos casos de violaciones contra la libertad de expresión registradas recientemente en Venezuela. Según un balance del Ipys (Instituto Prensa y Sociedad), ONG dedicada a proteger los DDHH, solo en el mes de enero de este año se registraron 59 casos de censura en 20 estados del país. Y además se han producido 15 detenciones arbitrarias en lo que va de 2019, que han afectado el trabajo de periodistas nacionales y extranjeros.
Sin embargo, AMLO insistió en su postura “no injerencista” sobre Venezuela. “Lo que no quiero es involucrarme en un asunto que está muy polarizado, no quiero ser candil de la calle y oscuridad de la casa. Primero quiero atender nuestros asuntos y apegarme a las políticas de principios que siempre se ha aplicado”, agregó.
Cuestionado sobre la petición del vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, para que el Gobierno mexicano tome partido entre Nicolás Maduro o Juan Guaidó, López Obrador se limitó a remarcar el “respeto” existente entre Estados Unidos y México, informó EFE.
“No hemos tenido ningún tipo de presión”, apuntó el mandatario, que instó a evitar la polarización, la confrontación y la manipulación.
Ante la insistencia de la prensa por el caso de Ramos, AMLO pareció molestarse y rechazo seguir hablando del tema, argumentando que se trataba de una situación que ya estaba en manos de la Secretaría de Relaciones Exteriores de México.
De lo que sí quiso hablar -no se sabe si por pura coincidencia- fue sobre algo que de ninguna manera seria aceptado por la oposición venezolana, ni por el Grupo de Lima, celebrar en su país una mesa de diálogo.
“Si nos lo piden las partes, México siempre estará en condiciones de ayudar en la realización de un diálogo. Para conseguir la paz en cualquier nación están abiertas las puertas de nuestro territorio para que se dialogue”, apuntó el mandatario en la rueda de prensa matutina.
Explicó que de configurarse esta mesa de diálogo se invitaría, en el papel de “intermediario”, a diplomáticos de “prestigio mundial”, a las Naciones Unidas (ONU) o a Uruguay, país que sostiene una postura parecida a la de México ante la crisis venezolana.
“Incluso hasta el papa Francisco (podría ser mediador), pues ya lo ha hecho”, dijo el presidente, que recordó que el pontífice había intervenido en asuntos sobre Cuba o la pacificación de Colombia.
Pareciera que AMLO no esta muy informado sobre como van las gestiones de gran parte de la comunidad internacional respecto a exigir la salida del régimen de Maduro y llamar a elecciones libres y democráticas que se organizarían durante un gobierno de transición.
AMLO parece que necesita una dosis más fuerte y cercana de la dictadura venezolana. Una como la que sufren los países vecinos como Colombia y Brasil, o el resto de los países andinos, receptores de la mayoría de los millones de migrantes venezolanos y que están afectados por la desestabilización que produce el narcotráfico rampante y la presencia sin control de grupos irregulares en sus zonas fronterizas.