
La dictadura cubana que hoy dirige Miguel Díaz-Canel dejará de recibir el impuesto de 4 % que desde inicios de 2019 deben pagar los peloteros que jueguen en el exterior, la gran mayoría en las Grandes Ligas de Estados Unidos (MLB, por sus siglas en inglés), debido a la nueva medida establecida por el Gobierno del presidente estadounidense Donald Trump, que prohíbe la contratación de beisbolistas que residan en Cuba o pretendan volver a la isla.
De acuerdo con el carácter legal que dio a una serie de acciones la Oficina de Control de Activos Extranjeros del Departamento del Tesoro de EEUU, los peloteros cubanos que sean contratados por equipos estadounidenses deben firmar una declaración jurada y notariada antes de “negociar o acordar términos” en la que se deja claro que han establecido su residencia permanente fuera de Cuba y no tienen intenciones de regresar. La información fue publicada por la Federación Cubana de Béisbol Profesional (FEPCUBE) en su cuenta en Instagram.
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Adicionalmente, los peloteros cubanos que ya están contratados por la MLB no podrán jugar con equipos que representen a Cuba ni en eventos deportivos organizados por el castrismo, lo que afectará directamente a quienes ya se comprometieron a jugar para el Team Asere en el Clásico Mundial de 2026, un mecanismo mediante el cual el régimen ha logrado reclutar deportistas para conseguir representación en competencias en el extranjero. Andy Ibáñez y Yoan Moncada son algunos de los peloteros cubanos con contratos en la MLB y que además formarían parte del polémico Team Asere, gracias al permiso que había sido otorgado durante el gobierno de Joe Biden en 2022.
El régimen comunista cubano se ha venido beneficiando de los peloteros contratados por la MLB de distintas maneras como el mencionado impuesto a los ingresos que perciben los atletas en el exterior, las remesas que envían a sus familiares en la isla y el prestigio deportivo internacional que consiguen y del cual se aprovecha la dictadura.