
El lobby de Chevron en la Casa Blanca le dio resultado a la compañía estadounidense, que al menos por ahora consiguió que el presidente Donald Trump le extendiera por casi dos meses la licencia para operar en Venezuela mientras en paralelo bloqueaba parcialmente a sus competidores con un arancel de 25 % a partir del 2 de abril que se aplicará a todos los países que compren petróleo y/o gas a Venezuela y mantengan relaciones comerciales con Estados Unidos.
Resulta irónico que mientras Trump castiga con aranceles al resto del mundo que reciba crudo venezolano, su país sí podrá tener acceso al petróleo extraído en Venezuela y exportado a la nación norteamericana por Chevron, que inicialmente tenían plazo hasta el 3 de abril para abandonar sus operaciones en el país sudamericano pero este lunes recibió una extensión de dicha tregua hasta el 27 de mayo, luego del intenso lobby que había venido haciendo en los últimos días el presidente ejecutivo de Chevron, Mike Wirth.
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“Esta licencia general no autoriza (…) la venta de petróleo o productos petroleros producidos por o a través de Chevron JVs para la exportación a ninguna otra jurisdicción que no sea a los Estados Unidos”, se establece en las condiciones del documento que también prohíbe “cualquier transacción que involucre alguna entidad ubicada en Venezuela que sea propiedad o esté bajo control de alguna entidad localizada en la Federación Rusa” así como el “pago de impuestos o regalías al Gobierno de Venezuela”, tal como ya estaba contemplado.
#24Mar Administración de Trump extiende hasta el 27 de mayo de 2025 el wind-down para que Chevron culmine operaciones en Venezuela (el wind-down debía culminar el 3 de abril de 2025) pic.twitter.com/AGVQiGXiVj
— Eugenio G. Martínez (@puzkas) March 24, 2025
El plan para favorecer a Chevron y, en consecuencia a Estados Unidos, se cumplió de manera tal como se especulaba. La semana pasada el Wall Street Journal había adelantado que en la Casa Blanca evaluaban un plan para extender la licencia a Chevron para operar en Venezuela incluyendo la imposición de sanciones y aranceles a otros países que comercien con el régimen de Nicolás Maduro. El presidente ejecutivo de la compañía estadounidense alegaba que su retiro de territorio venezolano no solo desestabilizaría aún más la economía local, incentivando una mayor migración, sino que además permitiría que China y otros adversarios de Estados Unidos aumenten su presencia en la nación sudamericana.
Al menos por ahora, el lobby funcionó. Trump aprobó extender el plazo para la eventual retirada mientras impone aranceles a cualquier otro país que haga lo mismo que estará haciendo Chevron. Es decir, solo Estados Unidos podrá recibir petróleo venezolano, demostrando así que por parte de la Administración Trump hay un interés meramente económico y totalmente alejado de la supuesta lucha por la defensa de las libertades y el retorno de la democracia a Venezuela. Esto también forma parte de la estrategia de la Casa Blanca para que una vez que Chevron salga de Venezuela, su lugar no sea ocupado por compañías de países adversarios como China y Rusia.