Mezclar la política con los negocios suele tener consecuencias que generalmente no son positivas. Haber hecho una millonaria donación a la campaña de Kamala Harris le está pasando factura al cofundador y presidente de Netflix, Reed Hastings, que ha visto un pico de cancelaciones masivas en el gigante del streaming inmediatamente después de haber hecho pública la contribución monetaria a la candidata a la Presidencia de Estados Unidos por el Partido Demócrata.
Si bien ya la empresa había comenzado a experimentar un aumento en la cancelación de suscripciones en rechazo a la decisión de eliminar gradualmente su nivel más básico sin publicidad, la compañía de investigación Antenna detectó que fue a partir del 23 de julio, cuando Hastings confirmó la donación por 7 millones de dólares a la campaña de Kamala Harris, que se observó un incremento inusual de cancelaciones en Netflix, según la información divulgada este domingo por Bloomberg.
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De acuerdo con el reporte, en julio se registró una tasa de cancelación en Netflix de 2,8 %, la cual fue superior a cualquier otro mes desde febrero, considerando que la popular plataforma de series y películas es la que tiene la tasa de abandono más baja de la industria. Fue el 26 de julio, tres días después del anuncio de Hastings –quien ha sido donante del Partido Demócrata desde hace mucho tiempo–, cuando se detectó el mayor número de cancelaciones en todo el año 2024.
No fue casualidad que los seguidores del candidato republicano, Donald Trump, iniciaron una campaña para instar a los usuarios de Netflix a boicotear la plataforma de streaming por la millonaria donación que hizo su CEO a Kamala Harris, apenas se conoció la noticia que el propio Reed Hastings publicó en su cuenta en X el 22 de julio.
La agenda woke de Netflix
Con el hashtag #CancelNetflix acompañando capturas de pantalla en las que los simpatizantes del Partido Republicano mostraban que habían cerrados sus cuentas, se promovió en las redes sociales esta campaña contra la empresa que ha sido blanco de duras críticas por haber adoptado una línea woke que favorece la agenda progresista no solo en Estados Unidos sino incluso en otros países como España, donde recientemente se eliminó un capítulo de la popular serie española Aquí no hay quien viva, grabado hace casi 20 años, por el simple hecho de que un actor que no es negro interpretó a Baltazar, uno de los tres reyes magos, en el episodio titulado “Érase un belén”. Esto mientras Netflix usa actores negros para interpretar personajes que en la vida real no tenían este color de piel, como ocurrió con el documental de Cleopatra, entre otros.
El efecto a largo plazo de este comportamiento colectivo de los clientes de Netflix por la vinculación política de su presidente con Kamala Harris es difícil de medir. Lo cierto es que el aumento de cancelaciones solo se extendió por unos días, siendo este boicot, por el momento, menos grave que el sufrido por la compañía en 2020, cuando activistas conservadores exigieron a Netflix eliminar la película francesa Cuties por explotación sexual infantil.