En medio de la tensión diplomática entre Venezuela y España se conocen las más recientes cifras de importación de petróleo de la nación sudamericana a puertos españoles, que demuestran por qué la ruptura total de relaciones que anunció el régimen chavista constituye una amenaza para los intereses económicos de las compañías españolas con la que Caracas busca chantajear a Madrid.
Y es que solo entre enero y julio de 2024, España recibió un total de 1,7 millones de toneladas de petróleo venezolano, una cifra que casi triplica los despachos durante el mismo periodo del año pasado, cuando se ubicaron en apenas 652.000 toneladas, según las estadísticas de la Corporación de Reservas Estratégicas de Productos Petrolíferos (Cores), actualizadas hace pocas horas.
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El acumulado en los primeros siete meses del año en curso ya supera por mucho la cifra total de todo 2023, que fue de 1,4 millones de toneladas. Además, las importaciones de petróleo venezolano por parte de España en lo que va registrado de 2024 son las más altas desde 2019 –previo a las sanciones–, año que cerró con 2,3 millones de toneladas, una cifra que incluso se podría superar en 2024 si se mantiene la tendencia.
La habitual estrategia del chantaje chavista
Sin embargo, el pedido de ruptura total de relaciones que hizo el miércoles el presidente de la Asamblea Nacional chavista, Jorge Rodríguez, pone en riesgo estos números. Haber reconocido ese día el Congreso de los Diputados de España a Edmundo González como presidente electo de Venezuela fue considerado por el dirigente chavista que preside el Legislativo como “una declaración de guerra”. Por tal motivo, pidió “romper de inmediato todas las relaciones diplomáticas, todas las relaciones comerciales, todas las relaciones consulares” con el Reino de España y “que cesen los vuelos hacia y desde Venezuela en líneas aéreas españolas y que todas las actividades de índole comercial de empresas españolas sean cesadas de inmediato”.
Esta medida sin duda afectaría a todos los sectores de la economía, comenzando por el petrolero. Luego del levantamiento progresivo de las sanciones impuestas por Estados Unidos al petróleo y el gas venezolano, varias compañías petroleras extranjeras recibieron la autorización para volver a operar en territorio venezolano desde mediados de 2022, entre estas la estadounidense Chevron, la italiana Eni y la española Repsol. Sin embargo, esta última mantiene operaciones en Venezuela para aprovechar un acuerdo firmado en 2019 que le permite recuperar con barriles de petróleo al menos una parte de los 200 millones de euros que le adeuda la estatal venezolana PDVSA.
¿A quién beneficia suspensión de envío de petróleo venezolano a España?
De esta manera, España sería el más perjudicado al dejar de recibir una importante cantidad de petróleo cuando se acerca el invierno que, hasta julio acumula 1,7 millones de toneladas, siendo mayo el mes en el que recibió el despacho más grande, con 632.000 toneladas, reduciéndose paulatinamente en junio a 371.000 y en julio a 353.000. Por su parte, el régimen chavista aprovecharía la ruptura de relaciones para suspender el pago que a Repsol le interesa seguir cobrando.
En este escenario, la colombiana Ecopetrol podría terminar saliendo beneficiada, considerando que durante el tiempo que se mantuvo la sanción que impedía a España recibir petróleo venezolano aumentó la adquisición de crudo producido en el país vecino y, en la misma medida, se redujo cuando Repsol retomó sus operaciones en Venezuela. Así, por ejemplo, durante 2022 España recibió 727.000 toneladas de petróleo de Venezuela mientras Colombia despachó 974.000 toneladas a puertos españoles, tomando en cuenta que Repsol volvió a operar en territorio venezolano desde julio de ese año; pero en 2023 la tendencia se invirtió con 1,1 millones de toneladas de Colombia y 1,4 millones de Venezuela. Y en lo que va de 2024 España abandonó por completo el mercado colombiano, que hasta la fecha mantiene sus casillas en cero.
¿Está cediendo España al chantaje chavista?
Ante este panorama, el Gobierno español parece estar cediendo al chantaje de la dictadura chavista al intentar bajar la tensión calificando como “soberana” la decisión de Nicolás Maduro de convocar al embajador de España en Venezuela y llamar a consultas a su representante en la capital española, según palabras del ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, luego de que la ministra española de Defensa, Margarita Robles, se refiriera al régimen de Maduro como una “dictadura”, algo que suele evitar el Gobierno del socialista Pedro Sánchez.
También hay que tomar en cuenta que la balanza comercial entre ambos países ha sido favorable para Venezuela, según las últimas cifras publicadas por el Observatorio de Complejidad Económica (OEC), correspondientes a 2022, cuando las exportaciones españolas a Venezuela fueron por un total de 127 millones de dólares y las exportaciones venezolanos a España alcanzaron los 518 millones de dólares, de los cuales 436 millones (84,2 %) correspondieron al despacho de petróleo.