Una eventual guerra entre Venezuela y Guyana por el Esequibo encendió las alarmas en la comunidad internacional y acaparó titulares hace unos meses. La posibilidad de que Nicolás Maduro tomara el camino del conflicto bélico como excusa para suspender las elecciones del pasado 28 de julio fue uno de los escenarios planteados por analistas, luego del referendo celebrado en diciembre con la intención de anexar el territorio de 159.000 kilómetros cuadrados para hacer valer el legítimo reclamo histórico de Caracas. Sin embargo, el chavismo se arriesgó a medirse en las urnas con una oposición unificada que sorteó todos los obstáculo y el resultado no fue el esperado en Miraflores. Mientras tanto, los guyaneses aprovechaban de empujar su economía a lo más alto en la región, pero ante la mediación de Brasil, que no reconoce la supuesta victoria oficialista sin pruebas, Guyana vuelve a aparecer en el medio del debate político.
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La excolonia británica que experimenta una revolución económica desde el descubrimiento en 2015 de importantes yacimientos petroleros, que ascienden a unos 11000 millones de barriles, dio un salto impensado hasta hace unos años con un crecimiento de su producto interno bruto (PIB) de 49,7 % en el primer semestre de 2024, evidenciando una acelerada transformación pero sin escapar de la polémica con sus vecinos, pues muchas de las concesiones otorgadas por Guyana a compañías como Exxon Mobil para la exploración y explotación de crudo se ubican en aguas aún no delimitades por encontrarse frente a las costas del territorio en disputa con Venezuela.
Brasil en el medio
Por su parte, Brasil ha quedado en el medio debido a sus intereses económicos y geopolíticos en Guyana y su rol de mediador frente a la crisis poselectoral en Venezuela, así como su cercanía ideológica con el chavismo que con los últimos acontecimientos se ha ido diluyendo. “Maduro enfrentará las consecuencias de su gesto”, dijo este viernes el mandatario brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, en una entrevista en la que reiteró que “no hay pruebas” de la supuesta victoria de heredero del chavismo.
Esto sin duda ha generado roces tanto con Maduro como con otros aliados históricos en la región. Fue justamente por no haberse sumado al grupo de líderes de la izquierda autoritaria que reconocieron sin reparos los resultados anunciados por el Consejo Nacional Electoral (CNE) sin totalización, sin actas y sin auditorías, que el dictador nicaragüense, Daniel Ortega, rompió relaciones con Brasil y llamó “arrastrado” a Lula. Un descalificativo que extendió al presidente colombiano, Gustavo Petro, quien no dudó en responderle insinuando que su régimen es una dictadura que no respeta los derechos humanos.
El chantaje de Maduro y los intereses de Lula
¿Dónde aparece Guyana en este debate? Si bien Maduro ha evitado responder públicamente a Lula para no profundizar las gritas con el fundador del Foro de Sao Paulo, el profesor e investigador de la Universidad de Buenos Aires, Fernando Pedrosa, señaló en declaraciones reseñadas por el portal cubano 14ymedio que “Brasil tiene un gran problema. Brasil por un lado presiona, pero tampoco termina de presionar, porque también Maduro está amenazando eso soterradamente con iniciar un conflicto armado en el Esequibo, en la frontera con Brasil”.
Y es que Lula da Silva tiene intereses de larga data en Guyana que no parece estar dispuesto a arriesgar. En noviembre de 2010, cuando estaba a punto de entregar el poder luego de dos periodos consecutivos, dijo en un discurso de despedida que su sucesora (Dilma Rousseff) estaba dispuesta a “avanzar y ampliar la agenda bilateral con un enfoque inmediato en un proyecto hidroeléctrico en Guyana y en la pavimentación de la carretera Linden – Lethem”. Un año atrás, el Gobierno brasileño había inaugurado el puente sobre el río Tacutu, que une a Brasil con el Esequibo. Y es justo esta obra la que ha permitido la construcción de la carretera prometida por el líder del Partido de los Trabajadores en 2010, la cual une la ciudad guyanesa de Linden con la población fronteriza de Lethem, entre el Esequibo y Brasil, hasta conectar con la ciudad brasileña de Boa Vista. De esta manera Brasil ha logrado tener conexión terrestre con Georgetown atravesando el territorio marcado por Venezuela como Zona en Reclamación.
El crecimiento del PIB de Guyana en el sector no petrolero
Mientras tanto, Guyana experimenta un enorme crecimiento económico impulsado por el petróleo pero que ya se aprecia también en otros sectores distintos al energético. Su presidente, Irfaan Ali, destacó este sábado que la economía no petrolera registró un crecimiento estimado de 12,6 %, superando el 11,7 % del año pasado, mientras que el sector construcción se ha expandido 43,7 %, gracias a numerosas obras públicas de infraestructura.
Y en lo que respecta al crecimiento de 49,7 % del PIB en el primer semestre del año, también supera por mucho las expectativas, pues el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha proyectado que 2024 podría cerrar en 33,9 %. En 2022, Guyana se convirtió en el país con mayor crecimiento económico del mundo, con la expansión de 62,3 % del PIB.