
El levantamiento de sanciones sigue beneficiando al régimen de Nicolás Maduro. El Gobierno de Joe Biden autorizó en noviembre pasado a la petrolera Chevron volver a operar en Venezuela y este año comenzó con la noticia de la llegada de dos barcos de esta compañía a costas venezolanas para cargar crudo y llevar diluyentes. La italiana Eni y la española Repsol estaban previamente en la lista de beneficiadas. De hecho, en julio se conoció que Petróleos de Venezuela (PDVSA) había logrado aumentar sus exportaciones gracias al permiso de Estados Unidos para reanudar los envíos a Europa. Sin embargo, el chavismo frenó los despachos al viejo continente en agosto argumentando que no había interés en el intercambio por deuda. Pero todo parece indicar que finalmente cedió. Al menos Repsol retomó las negociaciones en noviembre.
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Estadísticas de la Corporación de Reservas Estratégicas de Productos Petrolíferos (Cores), actualizadas este viernes, revelan que España recibió en el penúltimo mes de 2022 un total de 152.000 toneladas de petróleo venezolano. En agosto, septiembre y octubre las casillas quedaron en blanco, lo que confirma que en efecto los envíos estuvieron suspendidos luego de haber desembarcado en julio un despacho de 435.000 toneladas de crudo proveniente de Venezuela. Este fue el primer envío tras la flexibilización de las sanciones impuestas por el expresidente de EE. UU., Donald Trump, que obligaron a Madrid a paralizar los negocios petroleros con Caracas en septiembre de 2020.
La presión de Washington al Gobierno socialista de Pedro Sánchez se incrementó para ese momento, cuando España parecía estar desafiando a Estados Unidos. Por un lado, aumentó 60 % la adquisición de crudo venezolano entre junio y julio de 2020; y por el otro, en septiembre de ese año recibió 291.000 toneladas de Venezuela, mientras que a EE. UU. le compró solo 92.000 toneladas. Incluso Elliott Abrams, quien se desempeñaba como enviado especial de EE. UU. para Venezuela e Irán, había pedido un par de meses atrás a Repsol “parar esas actividades” con el régimen chavista si no quería ser objeto de “sanciones devastadoras”.
Flexibilización de EEUU y la guerra en Ucrania
Con la llegada del gobierno demócrata de Joe Biden a la Casa Blanca las cosas cambiaron. La guerra en Ucrania y las sanciones impuestas por Occidente a Rusia también han jugado a favor de la dictadura venezolana. Ahora Chevron y sus subsidiarias retomaron actividades limitadas en Venezuela, tanto de exploración como de explotación, con la condición de que PDVSA no reciba ganancias. Por su parte, Eni y Repsol recibieron el permiso para enviar petróleo venezolano a Europa para compensar en parte la ausencia de crudo ruso, pero todo enmarcado en el acuerdo de intercambio por deuda.
En el caso de la multinacional energética y petroquímica española existe un acuerdo con PDVSA desde 2019 para recuperar con barriles de crudo al menos una parte de los más de 200 millones de euros que le adeuda la estatal venezolana. Repsol ha descartado salir de Venezuela para poder recobrar sus dividendos. Durante la presentación del plan estratégico 2021-2025, el consejero delegado de la compañía, Josu Jon Imaz, señaló que la empresa estimaba reducir sus operaciones en 14 de los 20 países en los que tiene presencia, pero de esa lista excluía a dos naciones: Libia y Venezuela.