Los esfuerzos por disimular la coincidencia ideológica con el chavismo son cosa del pasado. Gustavo Petro logró venderse con éxito como un izquierdista moderado, más cercano al progresismo que ensaya Gabriel Boric en Chile que al castrochavismo que hundió en la miseria a Cuba y Venezuela. Fue precisamente la unión de los nefastos legados de Fidel Castro y Hugo Chávez lo que dio origen al término. Y pese a los casi dos millones de inmigrantes venezolanos en territorio colombiano que dan fe del fracaso del socialismo, la izquierda supo distanciarse hábilmente de la dictadura venezolana durante la campaña para propagar como un mantra la afirmación de que el castrochavismo no existe y alegar que se trataba de un miedo fabricado por el uribismo –movimiento en el que encasilló a toda la derecha y centroderecha– para atemorizar a los electores que anhelaban el prometido “cambio”.
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Finalmente este 7 de agosto se instala el nuevo gobierno que en realidad ofrece pocas novedades, pues la mayoría de los funcionarios anunciados para integrar el gabinete vienen de la administración del expresidente Juan Manuel Santos, quien –por cierto– recién llegó a la Casa de Nariño en 2010 calificó a Chávez como su “nuevo mejor amigo”. Pero fue una de las más recientes designaciones la que despertó el fantasma del castrochavismo. Gustavo Petro anunció este sábado el nombre de Gloria Inés Ramírez como titular del Ministerio del Trabajo y no tardaron en aparecer en las redes sociales las evidencias de su admiración por el fallecido dictador venezolano y los mensajes de respaldo político al actual ocupante del Palacio de Miraflores.
Ministra de Petro prometió “defender el proceso revolucionario bolivariano”
“Ya quisiéramos nosotros que aquí estuvieran las ideas de Chávez, de Evo, de Rafael Correa y de todos los que están construyendo patrias soberanas e independientes”, se le escucha decir en un video a la dirigente del Partido Comunista, quien incluso asistió con la hoy senadora Piedad Córdoba al funeral de Chávez en Caracas, donde dijo haber observado “la convicción y la decisión de seguir defendiendo el proceso revolucionario bolivariano”, no sin antes agregar que ella también se sumaba a “defender la revolución”. Y así lo ha hecho. Luego de la muerte de Chávez ha seguido apoyando a Nicolás Maduro con incontables mensajes en las redes sociales.
La nueva Ministra del Trabajo, Gloria Inés Ramírez, dirigente del partido comunista, es devota del chavismo y benevolente con las ideas colectivistas que destruyeron al país vecino.
Dios nos ampare. pic.twitter.com/BWBnwpvgDV
— Julián Uscátegui (@JulUscategui) August 6, 2022
Ojo con esta perlita de la nueva ministra de trabajo, Gloria Inés Ramírez, chavista comunista en cuerpo y alma: pic.twitter.com/fox1rysc1i
— stebang (@futboleri) August 6, 2022
Pero esta no es la única señal de la llegada del castrochavismo al poder en Colombia. En la ceremonia de juramentación del exguerrillero como presidente aparece con un destacado protagonismo la espada del Libertador Simón Bolívar, robada en 1974 por el M-19 –el grupo criminal al que Petro perteneció– resaltando así el mismo bolivarianismo del que el chavismo se apropió en Venezuela, por iniciativa del nuevo mandatario.
Hacía el castrochavismo
Otro detalles que tampoco puede pasar por debajo de la mesa es el hecho de que su canciller, Álvaro Leyva Duran, expuso las prioridades de la nueva administración al poco tiempo de su nombramiento. Lo primero que hizo fue viajar a Venezuela para sostener un encuentro con el canciller de Maduro, Carlos Faría, así como con el gobernador del fronterizo estado Táchira, el chavista Freddy Bernal. Acto seguido procedió a reunirse con su homólogo de Irán, país aliado del régimen venezolano y sobre el cual pesan duras sanciones de Estados Unidos por vínculos con el terrorismo.
Las prioridades de Álvaro Leyva Canciller de Gustavo Petro antes de la posesión fueron Irán 🇮🇷 y Venezuela 🇻🇪
Dos países con pésimos indicadores en libertad de prensa, DDHH, libertades económicas y con peligrosas dictaduras al mando. pic.twitter.com/MApEhIby2O
— Daniel F. Briceño (@Danielbricen) August 6, 2022
Dicen que los niños siempre dicen la verdad. Y tal vez fue lo que hizo hace cuatro años la hija menor de Gustavo Petro, que durante la campaña presidencial de 2018, en la que fue derrotado por Iván Duque, ella se paró en medio de una entrevista en la W Radio para cantar con aparente ironía: “hacía el castrochavismo”, para luego dirigirse hacia una esquina del escenario y agregar que se estaba ubicando “a la extrema izquierda”.