El intercambio comercial entre Washington y Caracas continúa su tendencia ascendente. Desde la llegada de los demócratas a la Casa Blanca, la dictadura chavista comenzó a beneficiarse de una progresiva flexibilización de las sanciones impuestas por el gobierno de Donald Trump. Es así como hoy se observa que Venezuela triplica la importación de maíz estadounidense entre enero y mayo 2022, en comparación con el mismo periodo del año pasado.
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Las compras de maíz a Estados Unidos que durante los primeros cinco meses de 2021 fueron de 31.477.919 dólares subieron durante los primeros cinco meses de este 2022 a 99.630.454 dólares, según el más reciente reporte del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés). La variación equivale a un aumento de 217 %.
Se espera para el cierre de 2022 una cifra récord, si se toma en cuenta que el acumulado hasta mayo casi supera la cifra de importación de este rubro durante 2020 y 2021, cuando el reporte total al final de año fue de 100.736.308 dólares y 106.930.523 dólares, respectivamente.
El total de la compra de productos agroalimentarias de Caracas a Washington durante los primeros cinco meses de 2022 registró un aumento de 30 % con relación al mismo periodo de 2021, al subir de 273.254.395 dólares a 354.772.401 dólares.
Además del maíz también destacan otros rubros como el de vegetales y preparados, que subió de 2.383.933 dólares a 7.231.181 dólares, equivalente a un incremento de 203 %; así como el de lácteos y productos lácteos, que pasó de 829.743 dólares a 2.685.168 dólares, que representa una subida de 224 %.
Acercamientos por petróleo
En lo que va de año se han llevado a cabo dos reuniones en Caracas entre la dictadura chavista y representantes enviados por el gobierno del presidente estadounidense Joe Biden. El más reciente acercamiento se dio el pasado 27 de junio cuando James Story, embajador y director de la Unidad de Asuntos Venezolanos del gobierno de EE. UU. desde Colombia, y Roger Carstens, enviado especial de la Presidencia para asuntos de rehenes, aterrizaron en la capital venezolana.
Aunque no ha habido declaraciones oficiales sobre los puntos que se estarían negociando, ha trascendido que ambos encuentros tienen para Washington el objetivo estratégico de tener nuevamente acceso al petróleo venezolano para sustituir al mercado ruso, sancionado por Occidente como consecuencia de la invasión a Ucrania.
No parece casual que el Departamento de Estado de EE. UU. haya otorgado hace un par de meses a la italiana Eni y a la español Repsol el permiso para recibir barriles de petróleo venezolano, lo que incidió en el aumento de 61 % en las exportaciones de la estatal PDVSA el pasado mes de junio, según documentos reseñados por Reuters.
Más allá de lo comercial
Los beneficios del alivio de sanciones sobrepasan lo comercial. El pasado 17 de junio, el Departamento del Tesoro cumplió con lo prometido unas semanas atrás por la Administración Biden y sacó a Carlos Malpica Flores —sobrino de Cilia Flores, esposa Maduro— de la lista de sancionados, en la que había sido incluido en 2017 por corrupción y por ser sospechoso de lavar dinero del narcotráfico.
Otra decisión insólita de esta naturaleza se conoció la semana pasada, cuando el Departamento del Tesoro le otorgó al empresario chavista Raúl Gorrín una licencia para solventar la deuda de 650.000 dólares que mantenía con la junta de condominios del edificio Baccarat Hotel & Residences ubicado en Manhattan, donde posee un lujoso apartamento de 418 metros cuadraros, y con la alcaldía de Nueva York, para que pudiera preservarlo, dejando a un lado los nueve cargos por lavado de dinero, sobornos y corrupción que pesan en su contra.