La llegada de Gustavo Petro a la Presidencia de Colombia no solo genera el temor de que su gobierno pueda transitar por el mismo camino que el chavismo. También es válida la preocupación de que la oposición colombiana termine pareciéndose a la nefasta oposición venezolana, que con sus constantes desaciertos ha contribuido a la consolidación de una dictadura con la que se acostumbró a cohabitar.
Desde que se conoció el resultado de la elección el pasado domingo en la tarde hubo políticos y usuarios de las redes sociales que posicionaron la etiqueta #SoyOpositor. Para el ciudadano común que buscaba drenar su frustración era suficiente con apoyar una tendencia en las plataformas digitales. Pero para la dirigencia política no. Llegaba el momento de asumir la derrota y comenzar a plantearse una configuración de fuerzas para defender las libertades, la propiedad privada, el libre mercado y la separación de poderes, que bajo los gobiernos populistas de izquierda se suprimen, se debilitan o –en el mejor de los casos– sufren una amenaza permanente.
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Aunque el nuevo Congreso se instala el 20 de julio y el sucesor de Iván Duque toma posesión del cargo el 7 de agosto, el impacto del resultado electoral en los mercados, con el dólar en alza y las acciones de Ecopetrol a la baja, demuestra que existe una natural incertidumbre tanto en los inversionistas como en los 10,5 millones de electores que se expresaron en contra de la opción vencedora, y hasta que no se presente una coalición sólida que ofrezca tranquilidad y esperanza, esta población se sentirá a la deriva.
¿Quién asumirá el liderazgo de la oposición colombiana? ¿Se logrará la unidad de los partidos antipetristas? ¿Quedan huérfanos los votantes de Rodolfo Hernández con su decisión de no hacer oposición? ¿Se debe avanzar hacia la conformación de una nueva derecha dejando atrás el uribismo? ¿Qué debe hacer la oposición colombiana para no repetir los errores de la oposición venezolana? Para buscar respuesta a todas estas interrogantes PanAm Post conversó con tres analistas, quienes con sus matices y visiones distintas tienen algunas coincidencias.
Oposición sin rostro y partidos políticos sin rumbo
En Colombia hay preocupación. El diagnóstico de lo que parece ser la oposición que comienza a configurarse no es positivo, pero tampoco es del todo desalentador. “La oposición no tiene rostro, la oposición no tiene narrativa –que es lo más grave– las creencias son absolutamente socialdemócratas cuando no socialistas, la oposición no tiene partidos políticos fuertes y organizados”, sostiene Rodrigo Pombo, abogado y profesor universitario en conversación con PanAm Post.
A esto agrega las debilidades de cada uno de los partidos que no formarán parte del gobierno de Gustavo Petro. “Tenemos un Partido Conservador absolutamente federalizado, sin principios y sin doctrina. Y dos partidos mesiánicos y monárquicos como son Cambio Radical y el Centro Democrático, en donde en el Centro Democrático tienen caudillo pero no ejerce poder interno y en Cambio Radical tienen caudillo que sí ejerce pero que no está en la política, que parece estar más jubilado que activo”.
Lo paradójico es que además el candidato que capitalizó más de 10,5 millones de votos y estuvo a tan solo tres puntos de haber ganado la Presidencia no hará oposición, contrario a lo que ocurrió en 2018, cuando Petro le puso el rostro a la oposición desde el momento en que admitió su derrota, valiéndose de los 8 millones de votos que consiguió en esa oportunidad.
“Los líderes de opinión como Rodolfo Hernández o Marelen Castillo son absolutamente irrelevantes. Son fruto de una coyuntura electoral. Nada más. Ellos no representan a nadie, no simbolizan absolutamente nada, mucho menos tienen una visión de país que ofrecer”, asegura Rodrigo Pombo, quien lamenta que Federico Gutiérrez –quien se quedó en primera vuelta con 5 millones de votos– tampoco tiene la capacidad de asumir este liderazgo, pues considera que “le falta visión de país”.
Liberarse del estigma de Uribe
Sin duda la derecha y la centroderecha colombiana habían estado agrupadas en torno al uribismo. Es por ello que la campaña de Petro se centró en atacar la figura del expresidente Álvaro Uribe para desarticular esta cohesión. El plan finalmente dio resultado. Y ahora más allá del irrefutable legado de estabilidad económica y seguridad democrática que dejó el exmandatario, todo apunta a que llegó el momento de pasar la página. El daño ya está hecho. Parece que alguien lo entendió. Sin embargo, no se comunicó por los canales adecuados ni con la sutileza que el tema ameritaba y se generó una controversia innecesaria.
Sin el Presidente Uribe ni tu mamá sería senadora, ni Colombia sería república.
No entiendo como te unes a la izquierda radical cuyo único propósito ha sido, como el tuyo, dejarlo de lado.
Uribe es y sigue siendo el muro de contención contra el comunismo.#UribistaComoSiempre https://t.co/0ZcIrOITNg
— Paloma Valencia L (@PalomaValenciaL) June 21, 2022
Juan José Lafaurie, hijo de la senadora María Fernanda Cabal, puso con escasas dos líneas el tema sobre la mesa. Más allá de la polémica que incluyó regaños en público, la propuesta quedó para el análisis. Álvaro Forero Navas, abogado especialista en administración pública con estudios en Filosofía, dijo a PanAm Post que considera razonable el argumento de construir una alternativa de derecha que se libere del estigma de Uribe.
“Me parece un planteamiento completamente sensato. Los partidos tienen que aprender a desligarse de sus pasados históricos cuando esos pasados pesan y limitan el arraigo de esos partidos en una nueva época. Yo creo que la derecha cargaba y carga un lastre enorme que ha sido el uribismo, y ese lastre del uribismo terminó por pasar la cuenta en estas elecciones”.
La oposición que no hará oposición
Forero Navas comprende en parte la posición de Rodolfo Hernández de no declararse en oposición, puesto que –según su análisis– aunque logró capitalizar el voto contra Petro también tenía mucha cercanía con las propuestas de Petro. Además, resalta que las posiciones se van a ir definiendo en la medida en que Petro comience a tomar decisiones y muestre hasta dónde puede llegar una posible flexibilización en su administración. “Yo creo que el escenario político está por reconfigurarse y se va a reconfigurar de una manera seguramente hasta sorpresiva”.
Y así de sorpresiva ha comenzado que ya se observan alineamientos ideológicamente inesperados. A la decisión de Hernández de no hacer oposición se suma el expresidente César Gaviria con el Partido Liberal, que no solo no hará oposición sino que ha decidido hacer parte del bloque oficialista en el Congreso después de haber apoyado a Federico Gutiérrez en primera vuelta, dos posiciones totalmente opuestas que exponen la falta de principios en esta organización. Así lo recordó Rodrigo Pombo al señalar que “el Partido Liberal se quedó sin liberales hace muchos decenios”. Y más sorpresiva aún es la noticia de que nueve congresistas del partido de centroderecha Cambio Radical estarían poniéndose a disposición del presidente electo.
#DATO En la Cámara de Representantes hay alrededor de 9 congresistas de Cambio Radical que están con el presidente electo, Gustavo Petro. En Senado Temistocles Ortega está haciendo campaña para acercar a los senadores al pacto. @lafm.
— Santiago Ángel (@santiagoangelp) June 23, 2022
Cómo alejarse de la oposición venezolana
Con estos movimientos no termina de quedar claro quiénes conformarán el bloque opositor y cómo se organizarán estas fuerzas políticas más allá del uribismo que encarna el Centro Democrático. Pombo y Forero coinciden en la necesidad de que la oposición colombiana sea más propositiva y se aleje de los errores de la venezolana, que apostó desde el inicio del mandato de Hugo Chávez por la consigna “Chávez vente ya”.
Para Rodrigo Pombo es apremiante que “la oposición colombiana, para evitar caer en las mismas fauces en las que terminó cayendo el régimen de oposición de Venezuela, debería ser mucho más propositivo, mucho más inteligente a la hora de elevar sus críticas”. En este mismo orden de ideas, Álvaro Forero Navas considera que la oposición en Colombia “debe hacer una crítica constructiva, es decir, no una oposición a todo”, así como “no repetir el error de la oposición venezolana de renunciar a espacios institucionales”. Forero agrega que la nueva oposición tiene que aprender también de la oposición que hizo Petro al gobierno de Duque. “Petro debe recibir de su propia medicina”.
Uno de los graves errores que cometió la oposición venezolana fue no haber conformado nuevos cuadros de liderazgo político de manera oportuna. Así lo asegura Rodrigo Pombo. “Eso creo que se hizo en Venezuela muy tarde y les pasó la cuenta de cobro”. Esta es una de sus recomendaciones para la oposición colombiana, así como “unirse los que creen en el sistema democrático, el estado de derecho, las libertades personales y defienden abiertamente el modelo capitalista, el modelo económico y el sector productivo para evitar a cualquier costo la división que va a causar el régimen del terror de Gustavo Petro”.
Una oposición para enfrentar al globalismo, no al chavismo
Ante la inevitable comparación con el caso venezolano, PanAm Post también conversó con el analista y profesor de filosofía Erik Del Bufalo, quien ofrece su opinión sobre la nueva realidad colombiana vista desde el otro lado de la frontera. “La oposición colombiana no tiene nada que aprender ni tomar consejos de la oposición venezolana, entre otras cosas, porque nunca hubo una oposición venezolana real”.
El experto venezolano considera que “en Colombia sí hay una oposición más institucionalizada, que también tiene pasos comunicantes con Petro. Entonces, va a ser otra la dinámica la que se va a plantear”. Adicionalmente recomienda tomar en cuenta varios factores diferenciadores: la temporalidad, la cultura colombiana y la estructura detrás de Petro para evitar comparaciones equivocadas con el chavismo.
“Yo no veo a Petro como la reencarnación de Chávez en Colombia. Yo veo a Petro más bien –y esto tal vez sea lo más difícil de comprender o seguramente mucha gente no estará de acuerdo conmigo– como parte de la marea rosa latinoamericana. Y va a hacer un gobierno más tipo Lula que tipo Chávez”. Lo compara incluso con Rafael Correa en Ecuador o los Kirchner en Argentina. Aclara además que Petro formaría parte de una segunda ola de esta marea rosa que sería más “woke”, es decir, más en sintonía con la izquierda de Estados Unidos.
“No quiero decir que sea mejor. Creo que en cierto sentido es más peligroso porque Petro sí va a jugar en una lógica global, que no jugó Chávez. Porque Chávez fue de algún modo, por lo menos en apariencia y con mucha tensión, una contraparte al norte global. Así como al resto de la marea rosa, a Petro yo lo veo como parte de las fuerzas globalistas actuales”.
La luna de miel de Gustavo Petro
Por lo pronto, quienes conformarán la nueva oposición colombiana parecen estar dándole a Gustavo Petro el beneficio de la duda para no caer en los errores cometidos del otro lado de la frontera con una consigna que se limite a “Petro vete ya” sin haber asumido el cargo. El líder del Pacto Histórica tendrá su luna de miel de los primeros cien días. De las decisiones tomadas durante este periodo dependerá la configuración de las fuerzas opositoras en Colombia.
Así, por ejemplo, el presidente ejecutivo de la Federación Nacional de Ganaderos (Fedegan), José Félix Lafaurie, anunció este viernes que está “presto a atender el llamado” si el nuevo jefe de Estado convoca a la “concertación, el diálogo y a la construcción de consensos”. De igual manera, el expresidente Álvaro Uribe aceptó este viernes reunirse con Petro, pero le dejó claro que acudirá al encuentro en representación de su partido y que lo que se pondrá sobre la mesa serán “dos visiones diferentes de una misma patria”.