Este domingo 13 de marzo comienza a despejarse el panorama político colombiano para los próximos cuatro años. La elección de un nuevo Congreso y la escogencia de los candidatos presidenciales en las tres consultas interpartidistas –que constituyen una suerte de primarias– marcarán el camino para los comicios del 29 de mayo en los que se buscará al sucesor del presidente Iván Duque.
Si bien la elección legislativa suele ser subestimada por algunos votantes –considerando la participación histórica– más allá de definir la conformación del Senado y la Cámara de Representantes, para muchos esta cita a la que están convocados 38.819.901 colombianos es la verdadera gran encuesta nacional que sirve de termómetro para empezar a definir posiciones frente a los aspirantes a la Casa de Nariño.
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Después de que el candidato Gustavo Petro liderara en 2018 todas las encuestas y finalmente fuera derrotado en segundo vuelta por el abanderado del uribismo, son pocos los que confían en las proyecciones de los sondeos de opinión. Sin embargo, esta elección tiene una particularidad. Por primera vez en dos décadas el expresidente Álvaro Uribe no juega un rol protagónico en la campaña.
Una elección sin el gran fenómeno electoral
Nadie puede negar que Uribe ha sido el mayor fenómeno electoral de la historia contemporánea de Colombia. Luego de haber ganado dos elecciones presidenciales consecutivas, logró también impulsar la victoria de sus dos sucesores. Aunque luego se produjo la ruptura ampliamente conocida por la opinión pública, el expresidente Juan Manuel Santos llegó al poder siendo el candidato del uribismo. La hazaña se repitió hace cuatro años con Iván Duque, quien llegó a la presidencia con el partido de Álvaro Uribe, el Centro Democrático.
Además, en esa oportunidad el exmandatario aparecía en el tarjetón como candidato al Senado, consiguiendo un enorme caudal de votos que lo convirtieron en el senador más votado de la historia. Este triunfo fue una especie de catapulta para su pupilo. Luego de la elección legislativa de 2018, Duque comenzó a posicionarse con mayor comodidad para las presidenciales que se celebraron dos meses después.
Hoy, Gustavo Petro vuelve a aparecer como favorito en las encuestas. Pero ahora el escenario es más complejo. La izquierda se aseguró de sacar a Uribe del juego político con artimañas judiciales. Aunque los tribunales no han conseguido evidencias que comprometan judicialmente al exmandatario, sus detractores lograron el objetivo de manchar su imagen frente a la ciudadanía. Es por ello que en esta ocasión Uribe ha preferido mantenerse al margen de la política.
“Ojo con el Congreso”
La correlación de fuerzas que resulte de los comicios de este domingo será tan trascendental como la propia elección presidencial. No solo porque podría ser un indicativo de la preferencia partidista de los electores sino porque además permitirá mantener el equilibrio de poderes frente al próximo Ejecutivo. Pues no sería lo mismo un eventual gobierno de Petro con el Congreso en contra que un Poder Legislativo arrodillado a todas las decisiones que emanen de una presidencia en manos de un exguerrillero.
Por esta razón han surgido campañas como la del candidato del Centro Democrático con el número 1 al Senado, Miguel Uribe, que para incentivar la participación alerta a los electores con el slogan: “Ojo con el Congreso”. Campaña que incluso fue censurada por el Consejo Nacional Electoral (CNE) mediante una medida cautelar por el uso sin permiso de fotos de personajes de la izquierda colombiana como Gustavo Petro y Piedad Córdoba, entre otros.
Son 108 escaños al Senado los que se escogerán este domingo entre un total de 934 candidatos. En lo que respecta a la Cámara de Representantes, la cifra total de aspirantes a ocupar 188 curules llega a 1498. Vale acotar que a la Cámara baja se le suman ahora 16 puestos correspondientes a las curules de paz para las víctimas, reservándose cinco asientos para los exguerrilleros de las FARC agrupados en el partido Comunes. En el Cámara alta también tienen cinco escaños garantizados, todo esto gracias al maltrecho Acuerdo de Paz de La Habana firmado por el gobierno de Santos con la mencionada narcoguerrilla, a pesar de que los colombianos rechazaron este acuerdo en el plebiscito no vinculante que el entonces presidente ignoró.
Las diferencias en el uribismo
Entre los candidatos al Senado destaca el nombre de María Fernanda Cabal, quien aspiraba a la candidatura del Centro Democrático a la presidencia, pero en un proceso interno del partido se escogió en noviembre al exministro Óscar Iván Zuluaga como el abanderado del uribismo. Hasta el momento esta candidatura no ha despegado. Por su parte, Cabal, quien esperaba como consuelo el número 1 de la lista al Senado, debido a un compromiso previo, fue desplazada por Miguel Uribe. Las inconformidades y fisuras han sido evidentes.
La senadora que con su precandidatura inició la conformación de un movimiento sólido de derecha pidió entonces ser la última en la lista, para intentar demostrar que con el número 100 puede llegar a ser la primera, en un intento por evidenciar que se han cometido errores que pueden costarle caro al país.
El primer filtro para las presidenciales
Quienes acudan a las urnas este 13 de marzo también podrán solicitar el tarjetón de una de las tres consultas interpartidistas para escoger al candidato a la presidencia de uno de los tres bloques ideológicos: Equipo por Colombia (derecha), Coalición Centro Esperanza (centro) y Pacto Histórico (izquierda). Cada uno cuenta con cinco aspirantes, liderando, según las encuestas, los exalcaldes de Medellín Federico Gutiérrez y Sergio Fajardo, y el exguerrillero Gustavo Petro, respectivamente.
Más que una gran encuesta, en este caso se trata de una especie de primarias. Serán en total 12 precandidatos los que se quedarán en el camino. Los tres vencedores seguirán la carrera por la presidencia junto con otros que han decidido mantenerse al margen de las consultas y avanzar por separado, entre ellos Óscar Iván Zuluaga, del Centro Democrático; la exsecuestrada por las FARC Ingrid Betancourt, con su partido Oxígeno; y el exalcalde de Bucaramanga, Rodolfo Hernández, quien buscar presentarse como un outsider, sorprendiendo hasta el momento con el segundo lugar en la mayoría de las encuestas.
La historia demuestra que la verdadera campaña por la presidencia comienza justo después de los comicios legislativos. En 2018, por ejemplo, el hoy presidente Iván Duque aparecía entre el cuarto y quinto lugar en los estudios de opinión previos a la elección del Congreso y las consultas, mientras que Gustavo Petro parecía no tener rival. El escenario dio un giro de 180 grados. Será entonces a partir del 14 de marzo cuando comenzarán a reconfigurarse las preferencias de los electores de cara a las presidenciales del próximo 29 de mayo y la eventual segunda vuelta del 19 de junio en caso de que ningún candidato consiga el 50 % más uno en la primera ronda.