Más de 13000 personas han sido detenidas en Rusia por manifestarse en contra de la invasión a Ucrania ordenada por Vladímir Putin desde el 24 de febrero. El líder opositor Alexéi Navalni denunció el domingo el aumento de la represión. Pero a María Baronova no le preocupa engrosar la lista de detenidos. Sus temores son aún mayores. No sabe por cuántos años siga viva. Ella era nada menos que la editora en jefe de Russia Today, el medio estatal ruso mejor conocido como RT, pero la semana pasada renunció a su cargo tras condenar el sangriento ataque al país vecino que el Kremlin evita llamar por su nombre e impone en los medios bajo su control el eufemismo de “operación militar especial”.
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Baronova no solo tema por su vida. Cree que esta “es una situación muy peligrosa” para su país y el mundo. Trabajaba para los intereses del gobierno ruso y afirma que conoce muy bien a estas personas. “Ellos nunca envían amenazas, simplemente matan. Hay un silencio extraño a mi alrededor, pero yo creo que estamos al borde de una guerra nuclear en este momento. No estoy exagerando”, dijo desde Moscú a Fox News Digital mediante una llamada de WhatsApp.
Prosiguió explicando las razones de su dimisión al alto cargo que ostentaba en RT. “No renunciaría, y no perdería mi salario y mi trabajo, si tuviera la seguridad de que vamos a estar vivos por muchos años, pero realmente no sé qué va a pasar después con nosotros”.
Teme un ataque catastrófico como respuesta de Occidente
Mientras al mundo le preocupa que Putin haga uso de las armas nucleares, María Baronova advierte que esto convertiría a Rusia en objetivo de un ataque catastrófico por parte de Occidente. Sabe que si sale una orden del Kremlin de esta magnitud recibirá una respuesta de las misma proporciones. “Sospecho que el mundo occidental lo usará”.
Su situación persona es complicada. Pese a su firme condena a la decisión de invadir Ucrania emanada del Kremlin, debe permanecer en Rusia. “Tengo un hijo, no puedo irme porque su padre no me permite irme con él, así que prefiero quedarme en Moscú… Parece que estamos en Corea del Norte o vamos a ser asesinados por un hongo termonuclear”.
La represión en Rusia no es solo en las calles. Putin también ha decidido encarcelar a todo el que contradiga su discurso. El presidente devenido en dictador firmó la semana pasada una ley aprobada por ambas cámaras del Parlamento, la cual criminaliza la difusión de “noticias falsas” con respecto al ejército ruso. La norma contempla penas de prisión de 10 a 15 años y otros cinco años para quienes busquen desprestigiar a las tropas bajo su mando.