El mundo mágico de Harry Potter no terminó con la derrota final de Voldemort en la segunda parte de Las Reliquias de la Muerte. J. K. Rowling y Warner Bros. apostaron por la saga de Animales Fantásticos, unas precuelas con las que la exitosa franquicia esperaba seguir aumentando sus beneficios en taquilla. Pero no todo ha salido según lo esperado. Por ello, el anuncio del estreno de la tercera película para el 15 de abril de 2022 ha venido acompañado de conjeturas sobre la estrategia de la escritora británica y los estudios estadounidenses para aumentar la recaudación.
Con Daniel Radcliffe, Emma Watson y Rupert Grint dando vida a Harry, Hermione y Ron el éxito fue indiscutible. Sumando todas las adaptaciones de Harry Potter, Warner Bros. recaudó más de 6000 millones de dólares. Pero Rowling no tenía planes de volver al mundo de los muggles. Entonces creó el universo de precuelas que comenzó con el libro Animales Fantásticos y dónde encontrarlos. La expectativa y la nostalgia impulsaron la exitosa recaudación de 800 millones de dólares.
Todo iba bien hasta que el segundo film, Animales Fantásticos: Los crímenes de Grindelwald, registró un retroceso hasta los 651 millones. Son varias las razones que se atribuyen a este fracaso. Una de ellas es no haber satisfecho a la comunidad LGBT, que esperaba confirmar que el personaje de Dumbledore era homosexual. Y en ese sentido parece apuntar la tercera película: Animales Fantásticos: “Los secretos de Dumbledore”.
¿Puro marketing?
En los últimos años el cine y la televisión han venido experimentando un aumento acelerado en la visibilización LGBT, lo que se considera desde la visión conservadora como la imposición de un “lobby gay”. Son muchos los personajes de series, películas y dibujos animados que han salido del closet. J. K. Rowling no se quiso quedar atrás. En un intento por sumarse a la agenda progresista que invade el ámbito cultural, la creadora de Harry Potter dijo en 2007 que siempre concibió a Albus Dumbledore como un personaje gay. Pero esto no se ha visto plasmado de forma explícita ni en los libros ni en las películas.
Las miradas estaban puestas en el segundo film de las precuelas. Rowling había vendido una supuesta historia de amor entre el director de la escuela de Hogwarts y Gellert Grindelwald –el villano que interpretó Johnny Depp– la cual no se mostró. En Animales Fantásticos: Los crímenes de Grindelwald solo hubo sutiles insinuaciones que no quedaron del todo claras, a pesar de que ella había dicho que la relación “fue increíblemente intensa. Fue apasionada y fue una relación de amor”. Sin embargo, el director aclaró poco antes del estreno que la sexualidad de personaje de Albus Dumbledore no sería “explícitamente” explorada en la película, según reseñó CNN. Esto despertó la furia de una comunidad que celebraba estar conquistando un espacio más y se sintió engañada.
J. K. Rowling fue señalada de estar “usando al colectivo LGBT como mero marketing para luego ni siquiera atreverse a oficializar un romance homosexual entre dos personajes”, sostiene un artículo de Yahoo, en el que además se analiza a profundidad el nombre escogido para la película. Por un lado, se habría optado por hacer referencia a un reconocido personaje de Harry Potter, en vista de que Animales Fantásticos no ha tenido la misma aceptación que la historia del joven mago; y por otro, se estaría buscando saldar una deuda pendiente con el público LGBT, insinuando que ahora sí serán revelados los “secretos” de Dumbledore, entre los que se incluiría su vida privada.
La ideología de género vs. J. K. Rowling
La necesidad de reivindicación con este colectivo va más allá de la ficción. La autora de las exitosas novelas de fantasía protagonizó una polémica en junio de 2020 cuando escribió unos tuits que fueron interpretados como ofensivos para las personas transgénero. Su comentario iba dirigido a reivindicar a la mujer como género, basándose en la biología, ante la publicación de un artículo de opinión en el sitio web Devex titulado: “Creando un mundo post-Covid-19 más igualitario para la gente que menstrúa”.
La ideología de género ha llegado tan lejos que J. K. Rowling fue prácticamente quemada en la hoguera del tribunal inquisidor de las redes sociales por atreverse a recordar que “la gente que menstrúa” tiene un nombre específico. “Estoy segura que solía haber una palabra para esas personas. Quién me ayuda. ¿Wumben? ¿Wimpund? ¿Woomud?”, escribió para referirse a la palabra “women” –mujeres, en inglés– y a la vez reprochar que pareciera un término condenado a desaparecer.
‘People who menstruate.’ I’m sure there used to be a word for those people. Someone help me out. Wumben? Wimpund? Woomud?
Opinion: Creating a more equal post-COVID-19 world for people who menstruate https://t.co/cVpZxG7gaA
— J.K. Rowling (@jk_rowling) June 6, 2020
La biología como verdad
Ante la lluvia de críticas por parte de un colectivo sensible que hoy cuenta con la solidaridad automática de la izquierda progre, Rowling aclaró en un hilo en la misma red social que no hubo ninguna carga de odio en su comentario. También reiteró que su posición va en la línea de defender una verdad fundamentada en la biología. “Si el sexo no es real, no hay atracción del mismo sexo, si el sexo no es real, la realidad vivida por mujeres globalmente es borrada. Conozco y adoro a personas trans, pero borrar el concepto de sexo elimina la capacidad de cualquier discusión significativa sobre sus vidas. No es odio decir la verdad”, sentenció.
Esta aclaratoria no parece haber logrado satisfacer a quienes se sintieron ofendidos. La organización GLAAD, dedicada a la defensa de la igualdad LGBTQ, calificó los tuits de la autora de Harry Potter como “erróneos y crueles” y agregó que “J. K. Rowling continúa alineándose con una ideología que distorsiona obstinadamente los hechos sobre identidad de género y las personas que son trans”, según reseño Los Angeles Times.
¿Una deuda pendiente?
La existencia de otros antecedentes de este tipo aviva la furia de la comunidad LGBT contra Rowling. Tal vez este sea el único caso considerable. En 2018 fue criticada por haberle dado “me gusta” a un tuit que se refería a las mujeres transgénero como “hombres con vestidos”.
El diario El Pais, de España, recuerda que en mayo de 2020 defendió a Maya Forstater, una investigadora que fue despedida del Centro para el Desarrollo Global por escribir en Twitter que las mujeres transgénero no pueden cambiar su sexo biológico. En este mensaje no se observa un comportamiento que pueda ser catalogado como transfóbico”:
“Vístete como quieras. Llámate como quieras. Acuéstate con cualquier adulto de forma consentida. Vive tu vida lo mejor posible en paz y a salvo. ¿Pero obligar a las mujeres a dejar su trabajo por afirmar que el sexo es real?”.
Lo cierto es que así como el socialismo ha alimentado el resentimiento de los pobres contra los ricos y los grupos indigenistas reclaman 500 años después a España por el exterminio de etnias durante la conquista, el colectivo LGBT considera que la escritora de Harry Potter tiene una deuda pendiente con esta comunidad que Warner Bros. insinúa estar dispuesto a saldar con la película Animales Fantásticos: “Los secretos de Dumbledore”.
La expectativa como posible engaño
Hasta el momento solo se conoce la fecha del estreno. Los detalles de la trama siguen siendo parte de ese gran secreto que para muchos fans no ahondará en la vida privada de Dumbledore. Ante la expectativa que ha generado el título de la tercera entrega de esta saga, ya han aparecido críticos en YouTube que aseguran que solo se trata de una estrategia publicitaria para jugar una vez más con el morbo de la audiencia con el fin de levantar la recaudación en taquilla.
El fracaso de Animales Fantásticos: Los crímenes de Grindelwald no se limita solo al descontento de quienes esperaban ver plasmado explícitamente el romance homosexual que J. K. Rowling reveló en 2007 para coquetear con un colectivo que ya ganaba visibilidad. El film también pudo haberse visto afectado por el escándalo de la batalla judicial entre Johnny Depp y su exesposa, Amber Heard, lo que finalmente terminó en su despido. El personaje de Gellert Grindelwald ahora será interpretado por el actor danés Mads Mikkelsen.
La magia en la taquilla de Harry Potter
Para el portal de críticas cinematográficas Tomatazos, hay una larga lista de desaciertos que pudieron haber influido en la pérdida de interés del público por estas precuelas. En ese sentido, las recomendaciones apuntan a reducir el números de películas (fueron anunciadas cinco), evitar tantos giros dramáticos y apostar por tramas menos complejas, reducir los intereses amorosos hacia Newt Scamander y darle más exposición a él como personaje principal y, sobre todo, disminuir las referencias forzadas a Harry Potter.
Solo el nombre de la película ya indica que este último factor no fue tomado en cuenta como una debilidad. Al contrario, todo apunta a que el director David Yates, J. K. Rowling acompañada en el guión por Steve Kloves, y los estudios Warner Bros. lo están apostando todo al reconocido personaje de Harry Potter, Albus Dumbledore, y sus secretos, que tal vez no terminen por satisfacer las expectativas y el morbo de todos los espectadores.