No es broma. O al menos no para los salvadoreños que han visto cómo se derrumba el sistema democrático. Para él sí lo es. Nayib Bukele –haciendo gala nuevamente de su sarcasmo– se declaró “dictador de El Salvador” en su cuenta de Twitter. Así se puede leer en el perfil del presidente salvadoreño tras la actualización que hizo este domingo en la noche con la aparente intención de burlarse de sus opositores y de las organizaciones que alertan sobre sus recientes decisiones de carácter autoritario.
La ironía ha sido su marca. Con fotomontajes propios y hasta con memes, Nayib Bukele ha usado con frecuencia las redes sociales para enfrentar las críticas sobre la implementación del bitcoin como moneda de uso oficial en el país. El estilo de gobernar de Bukele podría considerarse un mal chiste si no fuera por las medidas tomadas en las últimas semanas que dan cuenta de su escasa vocación democrática.
Muestras de autoritarismo
La primera acción de la mayoría legislativa del partido de Bukele fue destituir a los magistrados de la Sala de lo Constitucional del Supremo, así como al fiscal general, Raúl Melara. Las intenciones de aferrarse al poder quedaron expuestas cuando los nuevos magistrados emitieron un fallo que habilita al presidente en ejercicio para que pueda competir por la reelección inmediata. De esta manera, Nayib Bukele podrá buscar un segundo periodo en 2024. La Constitución salvadoreña señala que no puede ser candidato a la Presidencia quien haya ejercido el cargo “por más de seis meses, consecutivos o no, durante el período inmediato anterior”.
Las remociones forzadas no quedan allí. Mediante un decreto aprobado en la Asamblea que obliga a la separación inmediata de sus cargos a los jueces y fiscales que tienen más de 60 años de edad, así como de jueces que hayan cumplido 30 años de servicio, el gobierno de Bukele pretende hacer una purga judicial que contempla el despido de 156 jueces para designar a sus sustitutos a discreción mediante la reforma a la Ley de Carrera Judicial.
Adicionalmente, hace un par de días Bukele presentó un proyecto de reforma constitucional que por la magnitud de las modificaciones constituye una maniobra para crear una nueva Constitución a su medida, en la que se abriría la puerta a un sistema de partido único, según una advertencia hecha por el director ejecutivo de la organización Cristosal, Noah Bullock, en entrevista concedida a la agencia EFE.
La preocupación internacional
Para la comunidad internacional tampoco es una broma. Estados Unidos condenó la decisión que habilita la reelección presidencial de Bukele, según indicó la encargada de negocios de EE. UU. en El Salvador, Jean Manes. Acto seguido, Washington anunció que prepara sanciones económicas contra el gobierno salvadoreños, las cuales se suman a la revocación de visas a funcionarios implementada previamente.
Las decisiones tomadas en los últimos meses llevaron además a José Miguel Vivanco, director para las Américas de Human Rights Watch (HRW), a afirmar que Nayib Bukele “desmantela las instituciones democráticas como Chávez, pero a un ritmo mucho más alarmante”.